“Estoy profundamente decepcionada por el resultado de este caso en el Tribunal Superior de Inglaterra”, asegura Corinna zu Sayn-Wittgenstein tras conocer que su causa por acoso contra el rey emérito Juan Carlos I ha sido rechazada por la Justicia británica. “Es desalentador ver que las víctimas de acoso a menudo luchan por encontrar justicia en nuestro sistema jurídico. El acoso tiene un impacto profundo y duradero en las personas, y es crucial que nuestros procesos legales proporcionen unos recursos adecuados a quienes lo hayan sufrido. La intimidación y el acoso hacia mí y mis hijos continúan y tienen como objetivo destruirme por completo. Juan Carlos ha desplegado todo su arsenal para desgastarme y el alcance de su poder es inmenso. Estoy considerando todas las opciones disponibles”. Sorprendentemente, la expareja del monarca recalca que el supuesto acoso se sigue produciendo.
Además, Corinna negó este miércoles, en un comunicado remitido a EFE, que vaya a participar en un documental de Netflix sobre lo ocurrido en Botsuana con el antiguo monarca. “Corinna zu Sayn-Wittgenstein no participa en ningún documental, y no está involucrada en un documental de Netflix sobre Botsuana. Cualquier afirmación de que ella participe es falsa”, señaló en la nota una portavoz de la examante del emérito.
Accidente en Botsuana
Corinna (también conocida por su apellido de soltera, Larsen) hizo esta afirmación después de que algunos medios de comunicación publicasen que tiene intención de participar en un documental sobre lo ocurrido en 2012 en una caza de elefantes en Botsuana, donde el emérito sufrió un accidente y se vio obligado después a pedir disculpas por lo ocurrido al pueblo español.
El incidente causó en su día una gran polémica en España porque sacó a la luz la relación que el emérito mantenía con Corinna y además apareció retratado en una foto junto al cuerpo de uno de esos animales protegidos.
El desmentido de Corinna se conoce cinco días después de que el Tribunal Superior de Londres rechazara juzgar la demanda por supuesto acoso que ella había presentado contra Juan Carlos I, al considerar que los tribunales ingleses no tienen jurisdicción sobre este caso.