Defensa rompe con la tecnología israelí: suspensión de la compra de misiles Spike y el relanzamiento del SILAM

El Gobierno avanza en la desconexión tecnológica de Israel, cambiando el rumbo de sus programas de armamento mientras busca alternativas nacionales

03 de Junio de 2025
Actualizado el 04 de junio
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Defensa rompe con la tecnología israelí: suspensión de la compra de misiles Spike y el relanzamiento del SILAM
Lanzacohetes múltiple SILAM encargado por el Ejército de Tierra español

El Ministerio de Defensa ha tomado una decisión histórica al cancelar la compra de 1.680 misiles contracarro Spike LR2, valorados en 287,5 millones de euros, que se iban a fabricar en España bajo licencia de la empresa israelí Rafael. Esta suspensión forma parte de un giro estratégico hacia una mayor autonomía tecnológica en la industria armamentística, en el marco de un plan de desconexión de Israel, anunciado recientemente por la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce. La decisión no solo afecta a la compra de misiles, sino también a la fabricación de sistemas lanzacohetes como el SILAM, que prescindirá ahora de la tecnología israelí para ser desarrollado íntegramente con tecnología española.

Un cambio de rumbo impulsado por la crisis

El contrato de los misiles Spike LR2 había sido aprobado en octubre de 2023, pocos días antes del ataque de Hamás que desató la última ofensiva del Ejército israelí contra Gaza, en la que ya han perdido la vida más de 50.000 personas. Sin embargo, el contexto geopolítico cambió rápidamente y el Gobierno español se vio presionado por la creciente indignación social por la implicación de Israel en la violencia en Palestina. Esta situación aceleró la decisión de desvincularse de la tecnología israelí en la fabricación de armamento, en una muestra de rechazo a las políticas de Israel en el conflicto palestino.

Desconexión tecnológica: un objetivo a largo plazo

Amparo Valcarce, en un reciente desayuno informativo, destacó que uno de los objetivos principales del Ministerio de Defensa es reducir al máximo la dependencia de la tecnología extranjera en sistemas militares, particularmente de empresas israelíes, que han sido proveedores clave para España en los últimos años. La estrategia es clara: avanzar hacia una autonomía tecnológica que permita a España desarrollar y producir su propio armamento sin depender de potencias extranjeras.

Aunque España no ha firmado un embargo oficial a Israel, el Gobierno de Pedro Sánchez ha apostado por reducir el uso de materiales y tecnología israelí en sus programas de defensa, incluso a riesgo de que esta decisión provoque retrasos y un aumento de los costos en algunos contratos militares. En este sentido, los expertos ya advierten que la desvinculación de la tecnología israelí podría encarecer los proyectos de defensa de España, pero la apuesta por la soberanía tecnológica es un objetivo a largo plazo para garantizar la independencia del país en cuestiones de seguridad.

El SILAM y el rediseño de la estrategia armamentística

El otro gran programa afectado por esta estrategia es el lanzacohetes múltiple SILAM, que inicialmente iba a incorporar tecnología de la empresa israelí Elbit. Este sistema, con un presupuesto de 576 millones de euros, se desarrollaba con la colaboración de las empresas españolas Escribano y Expal, y estaba basado en el sistema israelí PULS. Ahora, tras la suspensión de la licencia israelí, el proyecto se rediseñará para que todo el sistema, tanto el lanzador como la munición, sea completamente español.

Fuentes del Ministerio de Defensa han señalado que ya se están buscando nuevos socios tecnológicos para asegurar que el SILAM pueda seguir adelante sin depender de Israel. Este rediseño obligará a realizar ajustes importantes, como la modificación del lanzacohetes y la búsqueda de nuevas tecnologías nacionales que aseguren la efectividad del sistema en el campo de batalla.

Los desafíos del plan de desconexión

La apuesta por la desconexión tecnológica implica desafíos importantes. No solo se trata de encontrar alternativas a la tecnología israelí, sino también de asegurar que la industria española sea capaz de cubrir las necesidades del Ejército con sistemas de última generación. El Gobierno ya ha destinado una importante cantidad de recursos, como los 10.471 millones de euros del plan industrial de Defensa, para promover la soberanía tecnológica y garantizar que España pueda desarrollar armamento de vanguardia sin depender de potencias extranjeras.

Sin embargo, este proceso no será fácil. Algunos proyectos, como el Sistema Conjunto de Radio Táctica del Ejército, que estaba pendiente de adjudicación, también podrían verse afectados por las nuevas directrices. Este sistema, con un presupuesto de 738 millones de euros, tenía como oferta favorita la tecnología de Elbit, pero ahora, con la nueva política, es probable que se busque una alternativa nacional, lo que podría retrasar aún más la ejecución del programa.

El futuro de los contratos con empresas israelíes

A pesar de estos cambios, España no ha cancelado todos sus contratos con empresas israelíes. El Ministerio de Defensa ha confirmado que, al menos por ahora, continuará con la adquisición de 46 designadores láser a la compañía Rafael por 207,1 millones de euros. Estos sistemas son cruciales para mejorar la capacidad de los aviones de combate Eurofighter, y no existe una alternativa inmediata que permita sustituirlos sin comprometer la efectividad de la Fuerza Aérea española.

El impacto de la desconexión tecnológica en la industria española

Si bien la desconexión tecnológica de Israel puede resultar un paso necesario para garantizar la soberanía nacional, también plantea interrogantes sobre el impacto en la industria militar española. Las empresas como Escribano, Expal y Tecnobit jugarán un papel clave en el futuro de la defensa nacional, pero necesitarán tiempo y recursos para adaptarse a esta nueva realidad.

El reto no es solo tecnológico, sino también económico. A medida que se abandonan los sistemas israelíes, España deberá invertir en nuevas capacidades de investigación y desarrollo, lo que podría suponer un aumento en los costos de algunos programas de defensa. No obstante, el Gobierno considera que este esfuerzo es fundamental para conseguir una mayor autonomía estratégica y reducir cualquier vulnerabilidad derivada de la dependencia tecnológica de otros países.

Hacia una defensa más autónoma

La decisión del Ministerio de Defensa de cancelar la compra de misiles Spike LR2 y rediseñar el programa SILAM refleja un giro estratégico en la política de defensa española. A medida que se implementa la desconexión tecnológica de Israel, España se adentra en un proceso complejo pero necesario para alcanzar una mayor independencia en el desarrollo de su industria armamentística. Aunque este camino pueda traer consigo ciertos desafíos y retrasos, el objetivo de garantizar la soberanía tecnológica a largo plazo parece ser el motor que impulsa este cambio radical en las políticas de defensa del país.

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