Según el Instituto Nacional de Consumo, los talleres mecánicos son el quinto sector que más quejas recibe al año por supuestas estafas a los clientes. El portal Autofácil ha editado una serie de consejos para evitar que ser engañado en estos locales, que a menudo utilizan métodos y triquiñuelas para inflar la factura del cliente. Estar atento y prevenir puede ayudar a no caer víctima de un timo.
1. Elegir siempre un taller legal
La ley obliga a que, en los locales, en su fachada exterior y en un lugar bien visible, conste la placa identificativa en la que figure su número de registro, las siglas de su Comunidad Autónoma y las especialidades para las cuales está preparado y autorizado.
2. Hay que informarse de los precios
Es fundamental conocer cuánto cuesta la mano de obra por hora, así como “la tabla de precios por otros servicios como trabajos realizados fuera de la jornada laboral, desplazamiento de operarios, gastos de estancia del vehículo…”, asegura la web. En torno a 30 euros hora se considera una cantidad razonable o aceptable. Un taller caro cobra más de 75.
3. Pida siempre presupuesto
Todo consumidor tiene derecho a exigir un presupuesto por escrito y por anticipado en el que se hagan constar las reparaciones a las que va a ser sometido el vehículo. En ese documento se debe detallar número de identificación fiscal del taller y su sede social o razón física. Un presupuesto tiene una validez mínima de 12 días hábiles. De esta manera el mecánico no podrá realizar ningún servicio que no se encuentre especificado por escrito. Dejar el coche sin más autoriza al taller a “efectuar los arreglos que él considere necesarios”. Si no se sigue este procedimiento la empresa tiene derecho a cobrar por tantas reparaciones como haya introducido. La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) recomienda acudir siempre a talleres donde el presupuesto sea gratuito.
4. No olvidar el resguardo de depósito
Una vez que se deja el coche en el taller es importante que el usurario se lleve un resguardo de depósito. Ese documento certifica que se ha dejado el turismo allí. Hay que asegurarse de los kilómetros que tiene el coche para evitar sorpresas desagradables. El depósito es fundamental si el coche resultase robado o dañado mientras está en el taller. Solo así se puede reclamar posteriormente.
5. Solicita siempre las piezas dañadas
Es la mejor forma de saber que se han realizado las reparaciones pactadas. El taller tiene la obligación de dárselas al consumidor. De esta manera un perito puede determinar si el trabajo está bien hecho o todavía mejor: si esa pieza fue cambiada innecesariamente para inflar la factura. Esa es una de las estafas más frecuentes en este tipo de negocios.
6. Nunca poner piezas de segunda mano
Esta es una práctica cada vez más habitual. El mecánico va a un desguace, toma una pieza y se la coloca al coche en reparación. Nunca debe consentirse esta práctica, ya que la pieza no ofrece garantías. “Cuando te cambien una pieza, exige el embalaje de la nueva que te han colocado y el repuesto retirado: es un derecho del consumidor”, dice Rubén Sánchez, portavoz de la organización de consumidores Facua. El taller debe responsabilizarse de que las piezas están en buen estado.
7. Cobro por estancia
Una vez arreglado el coche, el usuario dispone de tres días para recogerlo sin incurrir en ningún coste "extra". Cada día que pase puede generar un recargo de entre 12 y 30 euros/día.
8. Siempre con factura…
Cada vez es más frecuente trabajar en negro, así se ahorran el 21% de IVA. No pedir la factura puede rebajar el precio, pero el usuario estará indefenso. En el caso de que la reparación no funcione o el coche vuelva a estropearse de forma inexplicable solo la factura nos cubre.
9. Y con garantía…
“Todas las reparaciones tienen, como mínimo, una garantía de tres meses o 2.000 km recorridos -aunque, en el caso de los vehículos industriales, y debido a su uso más intensivo, la garantía temporal se reduce a los 15 días-“, asegura Autofácil. Además, aquellos elementos que no son de desgaste, como las piezas de carrocería o de interior, tienen dos años de garantía como cualquier otro producto nuevo.
10. Timo y reclamación
Ante la menor sospecha de estafa o de que el taller ha cobrado más de lo que tocaba se puede poner una hoja de reclamación en el propio establecimiento y presentar una copia de la misma a la Oficina Municipal del Consumidor de la localidad donde está el taller. En un plazo máximo de dos meses, Consumo responderá mediante una sanción al taller con una infracción administrativa y obligando a compensar al usuario, o dando el caso por cerrado.