El atestado policial desmonta la versión de Abascal sobre el asedio a Ferraz

07 de Noviembre de 2023
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Abascal, líder de Vox, en una imagen de archivo.
Abascal, líder de Vox, en una imagen de archivo.

El atestado de la Policía Nacional sobre los disturbios en la sede del PSOE de la calle Ferraz deja en evidencia la versión de Santiago Abascal. El líder ultraderechista ha tratado de transmitir la sensación de que la manifestación contra Pedro Sánchez fue cosa de unos ancianos pacíficos y unas familias con sus niños que se congregaron en la zona para mostrar su disconformidad con la amnistía y que terminaron siendo reprimidos por las fuerzas de seguridad del “aprendiz de tirano” Sánchez. Sin embargo, nada más lejos. El documento policial, al que ha tenido acceso La Sexta, revela cómo ocurrieron realmente los sucesos.

Hacia las ocho de la tarde, según el atestado, empezaron a aparecer personas con rostro cubierto y estética ultra en primera fila cerca del vallado. En ese momento, un individuo salta la valla y es detenido por un agente. Más tarde, hacia las nueve de la noche, se incrementa la presencia de personas “embozadas y de estética ultra”. Y media hora después, a las 21.30, los manifestantes se distribuyen estratégicamente por el vallado y empiezan a cortar las bridas de las vallas. Es cuando comienza el lanzamiento de botellas de cristal y de otros objetos contra los agentes y empiezan los altercados. Se produce una carga proporcionada contra unas 200 personas de estética ultra. Se lanza gas disuasorio, una mujer es detenida por desobediencia a la autoridad y otro hombre por agredir a un funcionario de policía. Hubo cargas. La actuación de los antidisturbios se saldó con la incautación de palos de madera, barras de hierro y barras extensibles.

No fue, por tanto, una protesta pacífica, como ha tratado de presentar Vox. Mientras el PP intenta desmarcarse de los disturbios, el líder ultra pretende capitalizarlos, aunque ello suponga poner en cuestión la actuación de las fuerzas de seguridad. De hecho, fue el dirigente ultra quien, a través de las redes sociales, pidió que se secundara la protesta con un elocuente tuit: “Vamos a Ferraz”. De nuevo, las tácticas trumpistas que corroen de odio Estados Unidos tratan de ser exportadas a España, aunque en este caso con un éxito bastante más pobre. Mientras en USA la horda de Trump dispuesta a dar el golpe a la democracia toma el Capitolio armada hasta los dientes, aquí participan menos de 200 exaltados rudimentariamente armados con unos palos y unas barras extensibles. Abascal va de derrota en derrota hasta la derrota final. Ya ni siquiera le respaldan los grandes gurús de la caverna mediática. Federico Jiménez Losantos le ha enviado un dardo envenenado al asegurar que el jefe de la extrema derecha “se bajó del caballo para que cuatro señores le gritaran presidente”. “Que se quede en casa”, sentenció.

Mientras tanto, el dirigente de extrema derecha calienta el ambiente por minutos y da un paso más al pedir a los policías que desobedezcan las órdenes de sus superiores y no carguen contra los manifestantes. Es la misma estrategia de la tensión permanente que empleó el fascismo el pasado siglo cuando acabó con las democracias liberales. Golpismo puro y duro.

Por tanto, la manifestación comenzó de forma pacífica, tal como dice Abascal, el problema es que al poco fue reventada por los elementos más violentos de la extrema derecha que se fueron sumando a medida que avanzaba la noche. En cualquier caso, el líder de Vox fue la imagen de la movilización de este lunes en Madrid, punto al que se trasladó también el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, acompañando a al menos 3.800 fieles que volvieron a rodear la sede socialista, según los datos proporcionados por la Policía, informa El Confidencial. La tensión llegó a desbordarse por momentos, hasta el punto de producirse cargas policiales cuando algunos manifestantes intentaron romper el cordón policial. La noche se saldó con al menos tres detenidos por desobediencia y atentado contra la autoridad. Pero no disuadió a Abascal en sus reivindicaciones. “Tenemos el deber de estar en la calle”, alentó. La expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre acudió también el fin de semana a animar a los manifestantes. En el PP insisten en que se trata de una decisión “a título personal”.

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