El gobierno de Ayuso inicia la represión contra los médicos en huelga

15 de Febrero de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Ayuso represión

La manifestación del pasado domingo ha hecho mucho daño a la Comunidad de Madrid y, sobre todo, a la imagen de «triunfadora» que se le pretende dar a Isabel Díaz Ayuso de cara a su posible salto a la política nacional en las próximas elecciones generales del mes de diciembre.

Por eso, en primer lugar, el gobierno de Ayuso pretendió minusvalorar el hecho de que cerca de un millón de personas llenaran las calles de Madrid reclamando una sanidad pública de calidad y no el estado de derribo absoluto que sufren los ciudadanos en la actualidad. En segundo término, la propia presidenta, en la Asamblea de Madrid, negó la legitimidad de los manifestantes porque no tenían un «perfil muy sanitario».

Esto demuestra que tanto la huelga de médicos y pediatras de atención primaria le está haciendo daño. Además, las declaraciones que hicieron tanto Ayuso como sus consejeros es la muestra de que están perdiendo el pulso de la calle.

«Me han llamado terrorista sanitaria, asesina… me han querido, decían ayer, abrir las tripas… en fin, una serie de cuestiones que lo único que demuestra es la frustración de la izquierda, sobre todo, para movilizar a un electorado que es consciente de que están ahora mismo sin un solo motivo para ir a unas urnas. Porque la inmensa mayoría de la sociedad española rechaza hoy las políticas de la izquierda y lo único que se vio ayer en la manifestación es precisamente esa frustración. Pasó la manifestación y hay 34 sanitarios en huelga, esa es la verdad. Quiero que quede claro también que esta manifestación política, estas huelgas políticas, no tienen nada que ver con la verdad», afirmó Ayuso desde Israel, un país que, precisamente, niega la sanidad a una parte de la población. Por otro lado, estas declaraciones lo que realmente demuestran es la frustración de la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, que está viendo cómo su visión elitista de Madrid, de compras en las tiendas de Serrano o de tomar cañas ya no se la compran más que los convencidos y los cayetanos.

Aplicación de la represión

Ayuso sabe que está perdiendo el pulso de la calle porque contra lo que están atentando sus políticas neoliberales es contra la salud de la ciudadanía, lo que pone en riesgo la vida de muchas personas que ven cómo en sus centros de atención primaria les dan cita para su médico de cabecera para dentro de un mes.

El gobierno de la Comunidad de Madrid también sabe que esa batalla la está perdiendo, que el apoyo que recibieron en las elecciones de mayo de 2021 se va difuminando porque la gente ya no les compra esa visión tan particular de la palabra «libertad» que tan bien les funcionó después de la pandemia.

Por esa razón, el gobierno de Ayuso ha dado un paso más y ha decidido aplicar la represión a la legítima protesta de los médicos. En la mañana de hoy, la Consejería de Sanidad de Madrid ha dictado una resolución por la que prohíbe «la recogida de firmas, instalación de cartelería o reparto de folletos no autorizados, ni cualquier otra acción que no tenga carácter asistencial o de promoción de la salud».

Es decir, que se están prohibiendo actividades que entran dentro de la libertad sindical recogida en la Constitución Española, ese texto que tanto utilizan tanto Ayuso como sus consejeros cuando les conviene pero que no dudan en vulnerar cuando las libertades reconocidas por la Carta Magna van en contra de sus intereses políticos.

Por más que Isabel Díaz Ayuso vaya afirmando que Madrid tiene la segunda mejor sanidad pública de Europa, los hechos demuestran que no es así y que los profesionales sanitarios, los mismos a los que utilizaba como ejemplo de sacrificio durante la pandemia, viven en una situación de extrema precariedad por la falta de recursos económicos. En Madrid hay una peligrosa carencia de médicos, enfermeros, celadores, habitaciones de hospital, centros de atención primaria, urgencias extrahospitalarias. Las ratios de sanitarios por habitante son bajísimas y eso provoca que los médicos de atención primaria tengan que atender a más de 60 pacientes cada día, lo cual es una barbaridad y pone en peligro la vida de las personas.

Ante esta situación, la Comunidad de Madrid ha decidido taparla lo más posible, que los ciudadanos no se enteren y, por esta razón, se ha pasado de los ataques verbales a la represión más absoluta. La ciudadanía no es idiota y sabe que la sanidad pública madrileña está destrozada, situación que se ha multiplicado desde el año 2019.

En Madrid, desde luego, te puedes ir a tomar unas cañas a La Latina, puedes ir de compras a Serrano y Velázquez, te puedes alojar en los hoteles de Sarasola, puedes contemplar el mejor cielo del mundo pero, desde luego, lo que no encontrarás es una sanidad pública digna.

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