Aitana Bonmatí, elegida este jueves mejor jugadora del año por la UEFA, advirtió durante su discurso de agradecimiento del premio de que no se deben permitir "ni abusos de poder en las relaciones laborales ni faltas de respeto", en referencia a todo lo ocurrido tras el triunfo de España en el Mundial femenino por el comportamiento de Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol suspendido cautelarmente por la FIFA. El alegato de la joven jugadora catalana pasará a la historia como todo un ejemplo de lo que debe ser el comportamiento de un deportista. Cuando los hombres guardan un vergonzoso silencio ante el caso Rubiales y su beso a Jenni Hermoso, la talentosa jugadora decidió dar un paso adelante que, sin duda, abrirá camino a otras mujeres que vienen por detrás y ayudará a que situaciones de abuso de poder salgan a la luz. Aitana es una campeona mundial, una estrella eterna, pero más orgullosa debe sentirse de su actitud como persona al situarse del lado de la igualdad, el compromiso social y el feminismo.
Faltan referentes auténticos en el mundo del deporte. Y Aitana ha llegado para, de forma valiente y comprometida, ocupar ese espacio huérfano. "Como sociedad no debemos permitir que se haga abuso de poder en una relación laboral ni faltas de respeto, así que desde mi compañera Jenni Hermoso a todas las que sufren lo mismo estamos con vosotras y estamos trabajando para que la sociedad mejore", expuso la jugadora del Barcelona.
Reconoció que, a pesar del reciente éxito de su selección, "no están siendo unos momentos muy buenos" en el fútbol español. "Venimos de ganar un Mundial pero no se está hablando mucho de ello porque están pasando cosas que no me gustaría dejar pasar", continuó la centrocampista.
También se refirió a sus últimos éxitos en su club y con la selección española. "Es una temporada que nunca olvidaré y lo quiero compartir con todas mis compañeras porque sin ellas no estaría aquí. Tengo la suerte de jugar con gente maravillosa que me hace mejor cada día", añadió.
Se definió como "una persona y jugadora muy ambiciosa y muy inconformista" que siempre quiere más. "Es algo que me define muy bien y me ha hecho llegar hasta aquí".
"Tengo la suerte de jugar en un club espectacular que me permite jugar con las mejores del mundo y me hacen cada día mejor y por lo tanto soy una privilegiada", concluyó Bonmatí.
La centrocampista del Barcelona, de 25 años, fue distinguida con el premio de mejor jugadora de la UEFA de la última temporada, tras la consecución del título mundial con España el pasado día 20 en Sídney, además del triplete de su equipo con la Liga de Campeones, la liga española y la Supercopa.
La futbolista catalana releva en el palmarés a su compañera de club y de la selección Alexia Putellas, ganadora los dos últimos años, tras convertirse en finalista para lograr el galardón, junto a la también española Olga Carmona (Real Madrid) y la australiana del Chelsea Sam Kerr (Chelsea).