Tal y como publicamos en Diario16, un informe pericial presentado y admitido por los tribunales señaló que los proyectos de la Línea 7 de Metro, tanto el realizado inicialmente como la modificación del trazado, no dieron la menor importancia a la presencia de sales en los sondeos realizados en las campañas geotécnicas, «constituyendo esta cuestión un claro y grave error de proyecto».
Sin embargo, el cúmulo de irregularidades que han provocado la problemática de las obras de la Línea 7B en San Fernando de Henares no terminaron ahí. Según el informe, para la construcción de una infraestructura de este tipo en terrenos salinos es fundamental que se consiga una impermeabilidad perfecta, tanto del túnel como de estaciones o pozos.
«Estos elementos no pueden ser drenantes, ni hacia su interior, ni longitudinalmente en el caso del túnel, a fin de evitar que el flujo de agua atraído por los mismos sea continuo, pudiendo con ello actuar dicho flujo sobre las sales presentes en el terreno», afirma el documento pericial.
En el caso de la obra de la Línea 7B está demostrado que existían sales solubles tanto en el trazado original como en el trazado finalmente construido. Sin embargo, ni el Proyecto de Construcción original, ni el Proyecto Modificado, ambos supervisados por Madrid Infraestructuras del Transporte (MINTRA), tuvieron en cuenta la necesidad imperiosa de diseñar el túnel, los pozos y las estaciones como estructuras completamente impermeables, así como de implementar soluciones para evitar el flujo libre del agua. Esto fue un gravísimo error de diseño de la infraestructura con las graves consecuencias que está teniendo para más de 600 familias de San Fernando de Henares.
«En lo que respecta al túnel, éste no se diseñó como una estructura completamente impermeable, como se demuestra en el apartado 5.3. Hidrología y drenaje de este informe. Tanto el Proyecto de Construcción original como el Proyecto Modificado nº1 preveían infiltraciones de agua a través de sus paredes, y por tanto de sus juntas, fijando unos caudales de infiltración de 2,5 l/s/km y de 5,0 l/s/km según el tramo, a fin de calcular la capacidad del sistema de drenaje y los caudales a impulsar por los pozos de bombeo», señala la pericial.
El documento afirma con contundencia que lo mismo ocurrió en ambos proyectos, original y modificado, con las estaciones y los pozos de bombeo, la mayor parte de los cuales se diseñaron como estructuras permeables a base de pantallas discontinuas de pilotes separados, completamente inadecuadas en el caso de túneles en terrenos salinos.
«Esto afectó especialmente al pozo de bombeo del P.K. 7+422, al ser el situado en el punto más bajo del trazado y el más próximo al río Jarama. Esta cuestión se reconoce en el propio informe del CEDEX, cuando refiriéndose a dicho pozo se dice: ‘El pozo se ejecutó mediante pilotes separados, dejando un espacio entre ellos protegido con gunita (la protección mediante gunita no aparece reflejada en la documentación consultada del Proyecto Modificado nº 1 y en cualquier caso no es un sistema adecuado de impermeabilización de este tipo de pozos). Este diseño se ha comprobado que no garantizaba la estanqueidad, de hecho se produjeron filtraciones importantes que son el origen del problema existente’», analiza el informe pericial.
La entrada de gran cantidad de agua por las paredes de ese pozo y su bombeo masivo produjo una afluencia cada vez mayor de agua. Este agua, tal y como se demuestra en los informes hidrogeológicos de la Universidad Complutense y la Universidad Politécnica de 2008, procedía tanto de la existente en el propio terreno como del río Jarama. Esto provocó una inversión del flujo subterráneo preexistente, originando un gran cono de depresión en su entorno.
«Los informes apuntan a una conexión hidráulica entre el túnel y el río, actuando este último como fuente de recarga de agua del sistema kárstico y el pozo como descarga artificial del mismo. Este flujo continuo de agua ocasionó, por karstificación, un incremento en la permeabilidad y con ello, un aumento de las velocidades del flujo en el entorno del pozo, lo que generó nuevas y mayores disoluciones, acelerándose el proceso», señala el informe.