Un contratiempo logístico ha dejado a España sin representación física en una de las reuniones diplomáticas más relevantes de la semana. Una avería en el avión presidencial obligó este jueves al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a regresar a Madrid cuando se dirigía a París para participar en la cumbre convocada en el Elíseo sobre las garantías de seguridad a ofrecer a Ucrania.
Fuentes de Moncloa citadas por Europa Press confirmaron que el jefe del Ejecutivo español se conectará finalmente por videoconferencia a la cita, organizada bajo el paraguas de la llamada “coalición de voluntarios” que agrupa a países europeos y aliados transatlánticos dispuestos a sostener a Kiev en el escenario de un eventual alto el fuego con Rusia.
París, escenario de la diplomacia
En la capital francesa sí estarán presentes el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y una docena de dirigentes clave para el futuro de la seguridad continental. El anfitrión, Emmanuel Macron, ejercerá de mediador junto a líderes como el primer ministro polaco, Donald Tusk, y el canciller alemán, Friedrich Merz. A ellos se sumarán la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
En total, unos 30 líderes mundiales seguirán las conversaciones a distancia, entre ellos el presidente estadounidense, Donald Trump; el primer ministro británico, Keir Starmer; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el jefe del Gobierno portugués, Luís Montenegro; y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Un fallo inoportuno
El incidente técnico en el avión presidencial español no ha trascendido en detalle, pero obligó a cancelar el trayecto apenas iniciado el desplazamiento. Aunque se trata de un problema menor en apariencia, la ausencia física de Sánchez en París lo relegará a un plano secundario en un foro donde la presencia simbólica y la foto de familia son, a menudo, tan relevantes como los acuerdos alcanzados.
Trasfondo estratégico
La reunión llega en un momento delicado para la guerra en Ucrania. Aunque no se vislumbra un acuerdo inmediato, Bruselas y Washington buscan articular garantías de seguridad que disuadan a Moscú de reanudar los combates si se alcanzara un alto el fuego. La propuesta incluye desde compromisos de suministro armamentístico a largo plazo hasta fórmulas de cooperación militar más estrecha con Kiev.
La imposibilidad de Sánchez de viajar en persona no altera la posición española en estas negociaciones (Madrid se ha mostrado firme en el apoyo político, económico y militar a Ucrania), pero sí limita la capacidad de tejer relaciones bilaterales al margen de la mesa principal, donde suelen sellarse los pactos más delicados.
En diplomacia, las averías de un avión pueden parecer incidentes triviales. Pero en una guerra donde cada gesto se mide al milímetro, la imagen de un presidente ausente puede pesar más de lo esperado.