Los interrogatorios del juez Peinado son propios de estados totalitarios

Los audios con la declaración de Félix Bolaños demuestran el grado de animadversión del magistrado hacia el Gobierno, que podría ser causa de nulidad

12 de Mayo de 2025
Actualizado a las 16:23h
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El juez Peinado, que investiga a Begoña Gómez, en una imagen de archivo. Foto: La Sexta
Peinado en una imagen de archivo. Foto: La Sexta

Las prácticas judiciales del juez Peinado en el caso Begoña Gómez están siendo cuestionadas por prestigiosos juristas de este país. Pero la filtración de los audios sobre el interrogatorio del ministro Félix Bolaños en Moncloa deja aún más en evidencia las formas totalitarias de un magistrado que es considerado un héroe en los foros ultraderechistas. En un momento de la tensa comparecencia, el ministro sonrió y Peinado le llamó la atención con severidad. “No sé a qué obedece que esboce usted una sonrisa”, le recriminó. “Señoría, me está resultando muy sorprendente su interrogatorio, por eso he esbozado una sonrisa”, replicó Bolaños, lo que llevó a que el magistrado le dijese que quizá sería porque “no está habituado a un interrogatorio”. “Desde luego que no, claro”, zanjó el ministro.

Peinado investiga la organización de un máster para la Universidad Complutense a cargo de la primera dama, así como si Gómez empleó a una asesora de Moncloa, Cristina Álvarez, para sus actividades comerciales privadas, lo que a juicio del instructor constituiría un delito de malversación. A este respecto, el ministro de Presidencia declaró haber coincidido “muy poco” con Begoña Gómez (“10 o 12 ocasiones”), mientras que con su asistente o asesora solo “dos o tres” veces, “sobre todo en eventos de naturaleza política”; por lo que había tenido “muy poca relación”. “Sinceramente, han sido tan pocas veces las que yo coincido con la señora Álvarez, que tampoco tengo un recuerdo exacto de exactamente dónde fue”, agregó.

El ministro también se refirió a que el puesto que tenía asignado Álvarez “era de asistente de la señora Gómez”, aunque declaró que no conocía sus “funciones diarias”: “Yo nunca fui su jefe. Ella nunca fue mi subordinada. Y yo no sabía qué tareas hacía en el día a día”. A la pregunta del juez de por qué lo sabía, el ministro indicó que es algo “absolutamente notorio en este momento” y que, aunque él no nombró a esta persona, “sabía que era la asistente de la mujer del presidente del Gobierno”.

Por otro lado, la acusación popular que ejerce Vox le preguntó sobre si conoce qué actividad profesional desempeña Begoña Gómez. “Ella ha tenido trabajo siempre, antes de empezar su marido como presidente del Gobierno y después ha tenido actividad profesional”, respondió, aclarando que “es público” que ella “ha mantenido su actividad profesional propia”. En este contexto, también fue interpelado sobre si conocía que Álvarez “desempeñaba parte de la actividad privada de Begoña Gómez”. “No conozco lo que hacía”, zanjó Bolaños.

En lo referido al nombramiento de Álvarez, las respuestas del titular de Justicia no agradaron al juez. “Le vuelvo a preguntar porque ante la discrepancia me voy a ver obligado en la necesidad de suspender esta diligencia y practicar otra”, advirtió el magistrado, que indicó que la misma consistiría en un careo entre Bolaños y el que fuera vicesecretario general de la Presidencia del Gobierno Alfredo González, quien declaró previamente como testigo en la causa. “Está siendo sorprendente la contestación que usted hace al hilo del testimonio que prestó González”, añadió Peinado. Para Bolaños, no había “ninguna discrepancia” en ambas declaraciones. “Él (González) dice, y yo digo, que a él los nombres de las personas que van a ser propuestos por él se los dan los responsables directos de las personas de las que van a depender esos eventuales. A él le dan ese nombre para hacer la propuesta de nombramiento y él lo hace. Creo que estoy diciendo lo mismo que él ha declarado”, se defendió. Para entonces, el tercer grado algo exagerado aplicado por Peinado venía a demostrar el nivel de animadversión del instructor hacia este Gobierno. Y cuidado, que esa ojeriza o manía persecutoria propia de Estados policiales totalitarios podría ser causa de recusación o nulidad del procedimiento, más cuando es reincidente. Como también puede serlo tratar a un ministro que no está acusado de nada como un delicuente de la mafia, incluso con ánimo intimidatorio. “No es normal, es discutible esa forma de interrogar”, asegura el magistrado Joaquim Bosch.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha declarado sentirse “perplejo” ante el interrogatorio del juez al ministro Bolaños por el caso de Begoña Gómez y ha considerado que su forma de preguntar “deja a la justicia a la altura del betún”.

“La Audiencia Provincial de Madrid está consintiendo algo que me tiene perplejo. Van a dejar la imagen de la justicia a la altura del betún. Esto solo puede entenderse desde el más profundo sentimiento de impunidad del instructor”, señala en el mensaje publicado este sábado en su cuenta oficial en la red social X.

Puente adjunta al mensaje un audio de poco más de dos minutos del interrogatorio donde el juez reprocha al ministro Bolaños contestar con “evasivas” y le recuerda que esa forma de contestar “no se admite en sede judicial” e incluso, dice, la ley de enjuiciamiento criminal lo contempla “como negarse a contestar”.

El ministro defiende que cree no contestar con evasivas a lo que Peinado responde: “No es una cuestión de creencias, es una cuestión de constatación”. Bolaños declaró desde el Ministerio de Presidencia el pasado 16 de abril y el juez le afeó la forma en la que respondía a sus preguntas y le espetó en un momento de tensión: “No sé a qué obedece que esboce usted una sonrisa”, según se puede escuchar en el audio de la declaración al que ha tenido acceso Efe.

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