La líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha llamado “capitalistas despiadados” a esos empresarios que ganando siete veces más en tiempos de crisis de lo que ganaban en tiempos de vacas gordas han impuesto un régimen de precariedad laboral insufrible a sus empleados. La ministra se refería a los beneficios extraordinarios que están consiguiendo supermercados como Mercadona que, tras la elevada inflación registrada en los últimos meses, ha encarecido sus productos alimenticios de primera necesidad a pesar de los esfuerzos del Gobierno por controlar los precios con diversas medidas.
Pero no solo las empresas de alimentación y las grandes superficies se están llenando los bolsillos a costa del sufrimiento de los españoles para llegar a fin de mes. Hoy se ha sabido que las llamadas despectivamente “niñas de Inditex” irán a la huelga en protesta contra los salarios modestos que perciben. La mayor parte de la plantilla de la empresa de Amancio Ortega está compuesta por mujeres que cubren largas jornadas laborales. Las trabajadoras se quejan de que con sus salarios actuales resulta imposible construir un futuro personal y familiar.“La compañía va a registrar beneficios récord en su próxima presentación de resultados. Cerrará el año con cerca de 8.000 millones de beneficio, un 41% más que el curso anterior. Por ello, 'las niñas' de Inditex, como las denomina la propia empresa, piden una subida de 500 euros al mes, lo que significaría un gasto de 250 millones si se aplica a las 46.000 empleadas que hay en España”, según informa la Cadena Ser.
La acusación de Belarra contra los grandes empresarios de este país quizá pueda sonar demasiado cruenta, pero no deja de tener un poso de verdad, ya que los tiempos más difíciles exigen que los grandes magnates de nuestro país aparquen su ambición sin límites por los beneficios extra y repartan la riqueza entre sus trabajadores y clientes. Es lo que se conoce como responsabilidad social corporativa que en definitiva no deja de ser el verdadero patriotismo.
Los empresarios responden
Tal como era de esperar, las palabras de la ministra no han sentado bien en la alta clase empresarial española. A Vicente Boluda, el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios, le parecen “muy mal” las críticas de Belarra “porque como empresarios o somos todos capitalistas despiadados o no somos ninguno”. Además, en una gruesa comparación de brocha gorda, ha asegurado que no le tiene “miedo” a los que intentan exterminar la clase empresarial de este país, ya que “eso ya lo hicieron los nazis y no pudieron acabar con los judíos”. “Por mucho que nos exterminen a los empresarios siempre quedará alguno vivo para seguir creando una empresa”, aseveró.
Tampoco Juan Roig, máximo accionista de Mercadona, está de acuerdo con que le llamen “empresario despiadado” por mucho que la cesta de la compra en su tienda se haya puesto por las nubes. Lo que le ha escocido a Roig es que Belarra haya dicho de él que “es indecente” que se esté llenando los bolsillos en medio de una crisis galopante tras una pandemia y una guerra en Europa. Según Roig, los empresarios son los que generan “riqueza y bienestar y si después, a los que les toca gestionarla lo saben hacer, hay riqueza para todos y si no, enfrentamiento”. En su intervención, el presidente de Mercadona ha defendido que la “ética” debe ser uno de los valores de la cultura empresarial en España, para lo que ha vuelto a llamar a los empresarios a “salir del armario” y a sentirse orgullosos. Lógicamente ni una sola palabra de los precios desorbitados que han adquirido algunos productos de primera necesidad en lo peor de la crisis inflacionaria.
Negociaciones para una nueva subida del SMI
La acusación de Belarra ha caído como un jarro de agua fría en el PSOE, a quien en estos momentos, cuando Yolanda Díaz anuncia una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional, no le interesa un enfrentamiento duro con la patronal. La tensión entre ambos socios de Gobierno es evidente y quizá por ello Pablo Echenique ha tratado de salir a la palestra para poner paños calientes al asegurar que en Unidas Podemos están dispuestos a seleccionar los “adjetivos y adverbios” que emplean en sus mensajes a la opinión pública si con ello mejora la cesta de la compra de los españoles.