Un informe de la CIA, al que Diario16 ha tenido acceso, recoge las presiones que sufrió el rey Juan Carlos a manos de grupos de militares ultraderechistas recelosos del proceso descentralizador y del Estado de las Autonomías que se estaba gestando en la Transición. Hasta tal punto fueron las tensiones que la lucha contra el estado autonómico diseñado para liquidar la España franquista basada en el eslogan de “una, grande y libre” fue uno de los argumentos que esgrimieron los golpistas del 23Fen su intento de persuadir al monarca.
El documento, elevado a la superioridad por los espías norteamericanos en Madrid como Memorando para el Director de Inteligencia Central/Subdirector de Inteligencia Central, llega a asegurar que “el claro rechazo de Juan Carlos a la maniobra militar ha socavado su posición entre algunos de los oficiales, y puede alienar a más de ellos si no logra frenar el terrorismo o el proceso de autonomía en España”, reza el comunicado enviado a Washington en aquellos días.
“El rey aparentemente ha prometido a los militares que instituirá la ley marcial en las provincias vascas si el terrorismo se sale de control, y también puede haber prometido que trabajará para limitar la autonomía regional, que los militares temen como destructiva para el Estado español”, añade el análisis confidencial recogido por los espías yanquis. “Si se instituyera la ley marcial en las provincias vascas, podrían surgir nuevas tensiones políticas allí. El simple hecho de retrasar el proceso de autonomía podría no satisfacer a los militares, pero intentar revertirlo provocaría una agitación política generalizada”, asegura el comunicado emitido a la Administración norteamericana.
“Sin embargo, el gobierno de Calvo-Sotelo tiene ciertos activos en los próximos meses. El movimiento hacia la autonomía de las provincias vascas ha respondido a muchos de los agravios de los vascos moderados, que ahora pueden estar dispuestos a trabajar con Madrid contra los terroristas siempre que las fuerzas de seguridad de Madrid no se amplíen de forma espectacular”, insiste el informe.
“Los militares en España pueden reconciliarse más con la autonomía regional, ya que con el tiempo se demuestra compatible con la unidad nacional española. En el futuro, además, los militares no podrán aprovechar la incertidumbre sobre si el rey apoyará o no una maniobra contra el Gobierno, ahora que ha demostrado su compromiso con la Constitución. Finalmente, Calvo-Sotelo tiene la intención de gobernar por mayoría en el Parlamento, y no por consenso también con los partidos de oposición; las perspectivas de su eficacia son bastante buenas”, recalca el citado documento.
“Al principio, el intento de golpe de Estado en España el mes pasado parecía permitir una evaluación optimista del vigor de la democracia española frente a una amenaza para su supervivencia. Pero acumulando, la evidencia sugiere que el evento puede presagiar obstáculos más serios para la consolidación del nuevo orden político español”, agrega el documento desclasificado.
Los agentes de los servicios de inteligencia norteamericanos dan cuenta de que la complicidad militar en la planificación golpista fue “más generalizada de lo que parecía originalmente” y que aparentemente muchos más “líderes militares clave habrían apoyado el intento de golpe si no hubiera sido aplastado tan rápidamente”. El “modelo turco” seguirá atrayendo a los militares en España, asegura el informe de la CIA, “especialmente si las luchas políticas partidistas se agravan”.
Además, el papel refleja que la probabilidad de otro intento de golpe ese año parecía “escasa”, ya que “los militares probablemente estén preparados para darle al nuevo gobierno un período de gracia”. Pero recuerdan que persisten las incertidumbres para el país. “Algunos oficiales militares, que se jubilarán este año, pueden decidir hacer otro movimiento contra el gobierno mientras todavía están en servicio activo”, mientras que la “capacidad del Gobierno para demostrar su eficacia y satisfacer las preocupaciones de los militares es incierta”.
En este contexto, “la forma de las impugnaciones al Gobierno español puede cambiar: en lugar de una conspiración golpista, los intentos de asesinato pueden volverse más frecuentes, quizás dirigidos contra el propio rey o contra funcionarios gubernamentales de alto nivel como el ala militar de ETA que se vuelve más activa; esto podría hacer que los militares ejerzan una presión cada vez mayor sobre el rey para que tome medidas contra el Gobierno con la amenaza de que, de lo contrario, tomarán sus propias decisiones”.