La Justicia absuelve a Podemos: ¿qué pasa ahora con las mentiras de la caverna mediática?

09 de Septiembre de 2023
Guardar
Monedero.jpg

Durante años, Podemos sufrió una agresiva campaña de difamación y desprestigio. Se llegó a decir que el partido fundado por Pablo Iglesias recibió dinero de Venezuela y de otras dictaduras comunistas. Los poderes fácticos sentían auténtico pánico ante el auge de un partido de la izquierda real que en las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 llegó a obtener el 20,68 por ciento de los votos y 69 diputados. Había que pararlos como fuera, mintiendo, propagando bulos, hundiendo reputaciones personales si era necesario. Y la gran maquinaria del fango política, mediática y judicial se puso en marcha con la complicidad de las cloacas policiales del Estado.

Hoy Podemos ya no es nada. Las elecciones del 23J han dejado al gran partido de los indignados reducido a una fuerza política testimonial. Solo quedan algunas caras, Irene Montero e Ione Belarra, para recordarnos que todo aquello no fue un sueño. La formación morada ha quedado engullida por Sumar, la coalición de izquierdas de Yolanda Díaz. ¿Se hundieron ellos solos o los hundieron? Probablemente una mezcla de ambos factores. Cometieron muchos errores, por supuesto, que terminaron por dilapidar el granero de millones de votos, ciudadanos que confiaron en ellos y en su programa político para la transformación de España y que terminaron desencantados. Quizá se volcaron en asuntos y batallas que el electorado no terminó de entender. Quizá transmitieron la imagen de una izquierda naíf o brilli brilli muy alejada de los principios marxistas fundacionales y de la lucha de clases. Quizá terminaron por parecerse demasiado a la casta a la que juraron derrocar. O puede que no terminaran de entender que este país llamado España no es tan progre como ellos creían y cuando se tocan cuestiones sagradas como la unidad del Estado eso se acaba pagando en las urnas. Pero no cabe duda de que a Podemos le hicieron un cordón sanitario hasta asfixiarlo. Hasta 10 causas contra ellos, incluida aquella denuncia infame sobre la niñera de la familia Iglesias, se ha ido cerrando una tras otra.

La Justicia viene a confirmar, de alguna manera, que Iglesias y los suyos fueron víctimas de un montaje tan siniestro como eficaz. El juez de Madrid que investiga el conocido como caso Neurona ha acordado sacar del procedimiento a Podemos, investigado desde el inicio, al dar por descartado el delito de financiación ilegal que se le imputaba, y ha archivado la causa para el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero.

En un auto fechado el 6 de septiembre, al que ha tenido acceso Efe, el titular del juzgado de instrucción número 42 de Madrid tiene “por apartado” del procedimiento a Podemos dado que la investigación ha quedado “ceñida” a la presunta comisión de un delito electoral, en el que no se prevé la responsabilidad penal del partido político.

Sin indicios de financiación ilegal en Podemos

El magistrado Juan José Escalonilla resuelve así una petición de la Asociación de Juristas Europeos Prolege, a la que se adhirió parcialmente Podemos, partido que desde el inicio del proceso había solicitado en varias ocasiones que se decretara el archivo de la causa para la formación al no constar “indicio alguno” de financiación ilegal. La Fiscalía ha sostenido a lo largo del procedimiento que Podemos no cometió financiación irregular, pero se muestra a favor de que el partido siga como investigado porque es más garantista para la formación.

La denuncia de Calvente

Avanza así un proceso judicial que arrancó hace tres años, en el que permanecen investigados el exresponsable de finanzas de Podemos Daniel de Frutos y el exresponsable de comunicación, Juanma del Olmo, y en el que solo queda pendiente el resultado de un informe sobre el valor real de los trabajos que hizo la consultora Neurona para Podemos de cara a las elecciones generales de 2019, y determinar si el partido incurrió en un exceso en el gasto. Todo los demás ya está archivado.

Fue el 16 de julio de 2020 cuando el juez abrió diligencias por los presuntos delitos de administración desleal y malversación en la contratación por 363.000 euros de la consultora Neurona, de origen mexicano, por parte del partido morado para realizar una serie de trabajos. De momento, nada ilegal ha podido demostrarse.

Se archiva la causa contra Monedero

En relación a Juan Carlos Monedero, el gran Anticristo de la derecha española, el magistrado también acepta la petición de archivo que formuló su defensa, ejercida por el letrado Antonio Segura, fundador de ActivaT abogados, en contra del criterio de la Fiscalía. Así, el magistrado constata que “no existen indicios” de que el cofundador de Podemos“intermediara ni tuviera participación alguna en la contratación” llevada a cabo por Unidas Podemos con la consultora Neurona para trabajos electorales de cara a los comicios generales de 2019. Y admite asimismo la “autenticidad” de la polémica factura de 26.200 euros que cobró Monedero de la consultora Neurona por trabajos de asesoría política.

¿Dónde están ahora los titulares sensacionalistas de la caverna mediática, dónde quedan las mentiras periodísticas, los montajes policiales, las retrasos judiciales deliberados, los tertulianos difamadores que han participado en la operación para acabar con Podemos? ¿Es que nadie va a pagar por esta nauseabunda caza de brujas contra la izquierda? Todo lo que ha pasado aquí es impropio de un Estado de derecho y produce auténtico pavor. Sin duda, Podemos es el ejemplo paradigmático de lo que pasa en este país cuando la izquierda pretende ponerse de pie, articularse políticamente e intentar alcanzar el poder. Lo que ocurre es sencillamente que los poderes fácticos se movilizan y se compinchan para destruir el proyecto a base de falsos dosieres, bulos y mentiras. La infame campaña contra Podemos es de lo más grave que ha ocurrido en la democracia española. Ahora el daño ya está hecho. Los morados no suponen ningún peligro para las élites. El bipartidismo retorna con fuerza. Y la esperanza de la República vuelve a quedar lejos, muy lejos. Espeluznante.

Lo + leído