El caso de la actriz Ana Obregón, que se ha convertido en madre a los 68 años gracias a un vientre de alquiler en Miami, ha vuelto a desatar la polémica a cuenta de esta técnica reproductiva. En el año 2015, el Parlamento Europeo se pronunció de forma clara y contundente sobre la gestación subrogada. La condenó y confirmó que avanzaría dando los pasos legales necesarios para evitar que se utilice el cuerpo de la mujer como forma de hacer negocio. Así, en el Informe Anual de Derechos Humanos y Democracia en el Mundo de 2014, la Eurocámara condenó “la práctica de la gestación por sustitución, que es contraria a la dignidad humana de la mujer, ya que su cuerpo y sus funciones reproductivas se utilizan como una materia prima; estima que debe prohibirse esta práctica, que implica la explotación de las funciones reproductivas y la utilización del cuerpo con fines financieros o de otro tipo, en particular en el caso de las mujeres en los países en desarrollo, y pide que se examine con carácter de urgencia en el marco de los instrumentos de derechos humanos”. La declaración consta en el punto 115 del apartado dedicado al derecho de las mujeres y de las niñas del informe, que fue firmado por el eurodiputado rumano del Grupo Popular Cristian Dan Preda.
Gestación subrogada en España
El vientre de alquiler o gestación subrogada es la práctica por la que con un previo acuerdo con otra persona o pareja, una mujer queda embarazada con un óvulo ajeno al suyo y da a luz a un bebé para esa otra persona o pareja, las cuales se convierten en padres del bebé. El óvulo utilizado para la gestación suele proceder de la madre intencional o de una donante de óvulos. En España, partidos emergentes como Ciudadanos han apostado por esta práctica y han hecho batalla política de ella, llevando al Parlamento varias mociones pidiendo su legalización. Hasta la fecha no lo han conseguido, ya que todas las mociones parlamentarias han sido rechazadas.
La gestación subrogada sigue siendo ilegal en España, pero numerosas agencias ofrecen sus servicios para alquilar un vientre en el extranjero y solventar después las trabas legales para poder reconocer como propio al bebé al volver a casa, informa Efe. Un asunto que este miércoles se ha puesto de actualidad al conocerse que la actriz y empresaria Ana Obregón ha sido madre por gestación subrogada.
El artículo 10 de la ley sobre técnicas de reproducción humana asistida declara nulo el contrato para que una mujer, con o sin precio, se preste a una gestación y renuncie después a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero. Deja claro que la filiación de esos hijos vendrá determinada por el parto.
Acuerdos en otros países
Sin embargo, en varios países estos contratos son legales. Para inscribir al niño en el registro y poder viajar con él a España, se debe aportar una resolución judicial del país de origen en la que se determine la filiación del bebé. La mujer gestante renuncia a la filiación materna a favor del contratante.
Según una instrucción dictada en 2010 por la Dirección general de los Registros y del Notariado, el encargado del registro consular deberá comprobar además que no se ha vulnerado el interés superior del menor, ni los derechos de la madre gestante y, sobre todo, verificar que el consentimiento de la mujer se ha obtenido de forma libre y voluntaria.
Desde su comienzo como práctica comercial en los años 1970, la gestación subrogada suscita fuertes controversias éticas, legales y sociales. Las distintas posiciones respecto a la subrogación se diferencian principalmente entre aquellas que la consideran como el ejercicio de la libertad individual y alternativa gubernamental contra la baja natalidad y las que la consideran una forma de explotación y denigrante hacia la mujer. Esta práctica solo está permitida en un número muy reducido de países.