Los últimos indicios apuntan a una investidura de Sánchez

20 de Septiembre de 2023
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Pedro Sánchez no contempla una repetición electoral y asegura que su plan A, B y C pasa por conformar un nuevo Gobierno progresista en España. Además, hay señales que apuntan a que el presidente en funciones podría haber recabado ya los apoyos necesarios para lograr la mayoría de escaños en el Congreso de los Diputados. Una de ellas se produjo ayer en el propio hemiciclo, donde los líderes nacionalistas pudieron hablar en su lengua materna por primera vez en la historia. Sin duda, fue un día histórico en el avance de este país hacia un Estado plurinacional, tal como reconocieron portavoces de los grupos soberanistas. La derrota sin paliativos de las derechas quedó perfectamente escenificada en el plante de Vox, cuyos diputados abandonaron el Congreso tras devolverle los pinganillos de traducción simultánea al propio Sánchez.

Pero hay más indicios de que las conversaciones van por buen camino, incluso el diálogo con Junts, el grupo político de Carles Puigdemont más reacio a ceder sus votos para romper el bloqueo que amenaza la gobernabilidad del país. Así, Oriol Junqueras, líder de Esquerra, dio por hecho que el acuerdo que su partido suscribió con el PSOE para la constitución de la Mesa del Congreso ya incluía la amnistía a los cientos de encausados por el “procés” independentista. “En aquel acuerdo ya se especificaba que había que poner fin a toda forma de represión con todas las medidas legales necesarias, y estamos convencidos que entre las medidas legales para poner fin a la represión se incluye evidentemente la amnistía”, recordó Junqueras. De todas maneras, aseguró que su partido no renunciará “en ningún caso” a la unilateralidad en una futura ley que recoja un perdón generalizado porque se trata, dijo, de un “derecho democrático”.

Casi al mismo tiempo, la ministra de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, negaba en Bruselas que el Gobierno tenga pactada la amnistía con Junts desde el mes de agosto, tal como afirmaba Junqueras, al tiempo que defendía el diálogo como “principal arma política”. ¿Está todo hablado? ¿Está todo acordado? ¿Se ha cerrado un principio de acuerdo entre el Gobierno en funciones de España y Carles Puigdemont, el gran escollo que se resiste a pactar nada que no sea la amnistía y el derecho a la autodeterminación de Cataluña? Todas las negociaciones se llevan con el máximo sigilo, pero desde el PSOE de cuando en cuando se filtran algunos indicios que llevan a pensar en que, a esta hora, Sánchez está más cerca que nunca de la investidura. Esa sonrisa de jugador de mus de Patxi López ante los periodistas a la salida de Ferraz, por ejemplo, dice mucho de la tranquilidad con la que el PSOE está afrontando este complejo proceso de diálogo con las diferentes fuerzas nacionalistas. El portavoz socialista vasco transmitió la sensación de que tiene en su mano la piel del oso.

Cataluña parece proclive al pacto de Estado, pero el problema puede surgir en el País Vasco. Bildu tiene claro que dará su apoyo a Sánchez, pero el PNV ha mostrado su enfado con el presidente en funciones por haber priorizado la lengua catalana al euskera en Bruselas, donde se han puesto unos plazos y unos tempos exigentes a la aceptación de las tres lenguas cooficiales españolas. Primero una (el catalán), luego otra (el vasco) y finalmente la tercera (el gallego), pero no todas de golpe, ha venido a decir la UE. Esta decisión ha roto los planes de Moncloa, que con urgencia ha tenido que elegir el orden de entrada de cada idioma en las instituciones europeas. Finalmente, ha optado por el catalán para terminar de seducir a Puigdemont. Y, tal como era de esperar, esto ha enervado los ánimos del PNV. Aitor Esteban, ayer mismo en el Parlamento, recordaba que este favoritismo lingüístico catalán no ayuda. “No sé si perjudica a la investidura, pero desde luego no beneficia”, vino a decir el portavoz peneuvista.  

Mientras tanto, Sánchez ofrece su cara más optimista. En las últimas horas ha asegurado que no contempla una repetición electoral, que todos sus planes pasan por trabajar por un Ejecutivo progresista y que hablará claro sobre exigencias como la amnistía cuando reciba el encargo de intentar su investidura. ¿Juega de farol a sabiendas de que la investidura es imposible mientras Puigdemont no ceda en sus exigencias de referéndum o ya tiene las cartas marcadas y se sabe ganador? Todo son incógnitas. Nada ha avanzado al respecto, pero ha garantizado que todo el proceso se hará con luz y taquígrafos, sin dar pábulo a ningún tipo de especulación, y respetando en todo momento el marco constitucional.

Sánchez hizo estas declaraciones en una conversación informal con los periodistas que cubren su participación en diversos eventos en Nueva York en el marco del inicio del nuevo período de sesiones de la Asamblea General de la ONU. Allí, el jefe del Ejecutivo recalcó que es razonablemente optimista para lograr un acuerdo que le permita ser investido, aunque recordó que, de momento, es el turno del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, como ganador de las elecciones y encargado por el rey Felipe VI. Cuando el gallego fracase en su intento de investidura (le faltan 4 escaños y nadie se los va a conceder) sabremos la verdad sobre lo que se está cociendo aquí. Por cierto, la convocatoria de esa manifestación de las derechas en protesta contra la amnistía es otro dato evidente que nos lleva a pensar que el PP se ve ya derrotado y que la investidura de Sánchez es inevitable.

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