La publicación por parte del diario El País de la carta remitida por Pedro Sánchez al dictador Mohamed VI muestra a las claras, en primer lugar, que se trata de una misiva en la que España se rinde ante Marruecos y, en segundo término, que deja demasiadas dudas respecto a las reivindicaciones históricas del salvaje régimen alauí sobre Ceuta y Melilla.
Además, la propia carta contradice el argumentario utilizado por el Gobierno para defender una decisión que nadie comprende y que ha dejado absolutamente aislado a Pedro Sánchez. Las explicaciones dadas por el ministro de Asuntos Exteriores en el Congreso, además, incrementaron las dudas y dejaron claro que la decisión fue tan unilateral como las que toma Vladimir Putin.
Sin embargo, Pedro Sánchez no ha calculado más allá del año y unos meses que le quedan en el Palacio de la Moncloa. El presidente español no quiere más problemas con el país alauí ni encontrarse con miles de personas saltando la valla de Melilla o cruzando a nado hacia Ceuta. Él tiene su agenda para prepararse su futuro y una crisis con Marruecos se la podría fastidiar. Para lo que, en teoría, tiene como objetivo, es fundamental mostrarse ante quienes le tienen que elegir como un hombre capaz de resolver conflictos, cueste lo que cueste y pasando por encima de lo que sea.
Sánchez, en cambio, no ha calculado que Mohamed VI no se va a quedar sólo con la rendición de España respecto al Sáhara. El próximo objetivo del soberano dictador son las ciudades españolas en África, es decir, Ceuta y Melilla. Tampoco renunciará a otros territorios que Marruecos considera como «ocupados» por España como Chafarinas, Alhucemas o Perejil.
Pedro Sánchez no ha calculado más allá del año y unos meses que le quedan en el Palacio de la Moncloa
No en vano, en la propia página web de la Embajada de Marruecos en España aparece un mapa del país donde ya aparecen incluidos territorios como el Sáhara, Ceuta y Melilla.
La estrategia de Mohamed VI, una vez que ya ha logrado la rendición de España con el Sáhara, pasa por seguir manteniendo un perfil bajo respecto, sobre todo, respecto a Ceuta y Melilla. En cambio, según han confirmado distintas fuentes a Diario16, los servicios españoles de inteligencia militar cuentan ya con varios informes que señalan que Marruecos estaría preparando una ofensiva para una especie de ocupación híbrida de las dos ciudades autónomas españolas.
Las mismas fuentes indican que diferentes lobbies y asociaciones promarroquíes ya estarían organizando acciones de acoso a España similares a lo sucedido en Ceuta en mayo de 2021.
La carta de Sánchez no mencionó Ceuta y Melilla
Tras lo expuesto anteriormente respecto a la ofensiva de Marruecos, resulta extremadamente preocupante que en la carta Pedro Sánchez no se mencione a Ceuta y Melilla para no molestar al rey de Marruecos. Hace menciones indirectas y a través de eufemismos como la «integridad territorial». En concreto, Sánchez afirma que «todas estas acciones se llevarán a cabo con el fin de garantizar la estabilidad e integridad territorial de nuestros dos países».
El hecho de no mencionar a las dos ciudades autónomas deja muchas dudas de si la claudicación con el Sáhara es una decisión única, además de unilateral, o si existen otras concesiones a Rabat.
Traición a los españoles asesinados por Marruecos
En la misiva de Pedro Sánchez a Mohamed VI se señala que «nuestros países están indisolublemente unidos por afectos, historia, geografía, intereses y amistad comunes. Estoy convencido de que los destinos de nuestros dos pueblos también lo son, la prosperidad de Marruecos está ligada a la de España y viceversa. Nuestro objetivo debe ser construir una nueva relación basada en la transparencia y la comunicación permanente, el respeto mutuo y el respeto a los acuerdos firmados por ambas partas y la abstención de toda acción unilateral, para estar a la altura de la importancia de todo lo que compartimos y para evitar futuras crisis entre nuestros dos países».
Errores gramaticales aparte, porque al leer determinados párrafos escritos por Pedro Sánchez se pueden generar hasta desprendimientos de retina, sólo este fragmento es un golpe a la memoria de los cientos de ciudadanos españoles, en su mayoría reclutas que hacían el servicio militar obligatorio, que fueron asesinados en las incursiones marroquíes en el Sáhara, incursiones promovidas y financiadas por otro sátrapa: Hassan II.