La carta de Pedro Sánchez en la que anunciaba que se tomaba 5 días para reflexionar sobre si iba a dimitir o no ha provocado la reacción de la militancia y los simpatizantes del PSOE que han llegado de toda España para concentrarse ante la sede federal en la calle Ferraz.
Mientras hace unos meses ese mismo escenario era testigo de las protestas ciudadanas promovidas por la extrema derecha reclamando, entre otras cosas, la dimisión de Pedro Sánchez, hoy se ha producido lo contrario.
En el interior de la sede se ha celebrado el Comité Federal donde, como era de esperar, ha habido un cierre de filas en torno la figura del presidente del Gobierno y pidiéndole que no dimita. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha hecho un discurso centrado en la petición de que no dimita y en el apoyo de todo el partido.
Los líderes regionales, incluido Emiliano García-Page, también han mostrado su apoyo a la figura del presidente y a la petición de que no dimita.
Todo esto viene por le hecho de que nadie en el partido sabe qué va a ocurrir el lunes. El desconcierto en el PSOE es máximo porque hay círculos de poder que saben que la decisión ya está tomada y que lo que realmente se pretende con toda esta movilización es hacer cambiar de opinión a Sánchez.
Nadie sabe lo que va a pasar. Sólo el secretario general socialista y su círculo más cercano conocen lo que tiene en mente, pero hoy el PSOE de Sánchez ha hecho lo mismo que hicieron otros partidos y formaciones en el pasado: movilizarse para mostrar el apoyo al líder.