María Jiménez, que ha muerto esta madrugada en su casa de Sevilla, dará un paseo póstumo en coche de caballos por su barrio de Triana, con lo que su familia cumplirá uno de los últimos deseos de la artista.
Así lo ha indicado el Ayuntamiento de Sevilla, donde se está acondicionando el Salón Apeadero para instalar la capilla ardiente. La familia de María Jiménez está decidiendo ahora el momento en el que se producirá este paseo, antes o después de la colocación del féretro en el Ayuntamiento. La iglesia de Santa Ana de Triana, el barrio en el que nació y murió la artista, acogerá a las 12.00 horas de este jueves una misa por María Jiménez, la cantante, bailaora y actriz sevillana que ha muerto esta madrugada a los 73 años.
La artista murió en su casa de Triana y los restos mortales fueron trasladados al tanatorio de la SE-30 de Sevilla mientras se prepara la capilla ardiente en el consistorio. María Jiménez fue reconocida en el año 2022 con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
María comenzó como artista en los tablaos flamencos, apodada como La Pipa, al finalizar el franquismo. El 1 de junio de 1980 contrajo matrimonio en la iglesia de Santa Ana, Sevilla, con el actor valenciano Pepe Sancho.
Publicó su primer disco en 1976, con la producción de Gonzalo García Pelayo y con arreglos del guitarrista Paco Cepero, con rumbas, tangos, bulerías, boleros, rancheras y baladas de Silvio Rodríguez, Lolita de la Colina o Amancio Prada. En 1978 lanzó el álbum Se acabó, que hoy se ha convertido en himno contra la violencia machista. Cosechó éxitos en los ochenta y su carrera se relanzó en 2002 con Donde más duele (versiones de Sabina).
Su carácter indómito, rebelde y contestatario era bien conocido. Tuvo problemas con la censura tardofranquista por su vestuario adelantado a su tiempo, sus transparencias y su madera de sex symbol. También por las letras de sus canciones, duras contra el poder macho y patriarcal. Para muchos, fue una de las grandes pioneras del feminismo en España con la llegada de la democracia. Cuando llegaban las consignas a TVE para que la Jiménez controlara su poder sexual ante las cámaras, el presentador José María Íñigo decía aquello de que con María Jiménez no puede ni Franco.