La sanidad pública madrileña, bajo la gestión de Isabel Díaz Ayuso, sigue protagonizando imágenes indignantes que dejan en evidencia el abandono de las infraestructuras hospitalarias. Pacientes oncológicos en el Hospital Universitario La Paz se ven obligados a hacer cola para ducharse debido a la falta de baños en las habitaciones. Mientras tanto, en otras áreas del centro, las ventanas rotas se arreglan de manera precaria con cinta aislante.
La situación de los pacientes con cáncer en la planta 14 de La Paz ha generado indignación entre familiares y sanitarios. "Las habitaciones no tienen ducha. Los enfermos oncológicos hacen cola por la mañana para asearse. Hay dos duchas para 20 o 25 pacientes", denuncia un familiar de uno de los ingresados en declaraciones a la Cadena SER. Fotografías tomadas en diciembre de 2024 muestran baños en mal estado, con avisos para que los pacientes recojan sus pertenencias tras utilizarlos.
Desde la Consejería de Sanidad reconocen la situación, pero matizan que existen "cabinas individuales para 20 pacientes" y que "muchos hospitalizados no pueden ir de manera independiente a la ducha". Aseguran que el problema se solventará con la futura Ciudad de la Salud, aunque esta aún no ha comenzado a construirse.
Infraestructuras obsoletas y reparaciones chapuceras
La situación de precariedad no se limita a la planta de oncología. En la denominada Unidad Polivalente (GSUC), un paciente encontró su habitación con una ventana rota, sujetada con cinta adhesiva. "Cuando te sientas en el sillón del acompañante, el frío que entra es tremendo", relata su familiar. La Consejería insiste en que existe "un servicio de mantenimiento constante" para estos casos.
En la planta de Urología, pacientes operados han denunciado desperfectos en colchones, suelos y baños con manchas. Las imágenes captadas por los familiares muestran un deterioro evidente que choca con los anuncios de inversión en la sanidad madrileña.
"El trato de los profesionales es exquisito", subraya el testimonio del familiar afectado, "pero no hay derecho a que el hospital esté en estas condiciones". La Paz, que cumple 60 años, sigue funcionando con instalaciones obsoletas mientras la Comunidad de Madrid defiende su "libertad" sin garantizar la dignidad de los pacientes.
Recortes y privatizaciones: la sanidad madrileña en retroceso
El abandono de La Paz no es un caso aislado. Otros hospitales públicos madrileños también sufren problemas estructurales y de falta de personal. En el Hospital Gregorio Marañón, sindicatos denunciaron la reintroducción de habitaciones con tres pacientes, una "vuelta al pasado" que satura los servicios y dificulta la recuperación de los enfermos.
En el Hospital 12 de Octubre, la privatización de la limpieza de bisturís ha provocado que el material quirúrgico llegue a los sanitarios con restos orgánicos de intervenciones previas. Esta situación ha generado alarma entre los profesionales, que consideran que la externalización de servicios esenciales pone en riesgo la seguridad de los pacientes.
A la falta de mantenimiento y la privatización se suma la escasez de personal. Un informe del Ministerio de Sanidad revela que Madrid tiene un déficit de más de 14.000 enfermeras. La región cuenta con una ratio de 6,53 enfermeras por cada 100.000 habitantes, por debajo de autonomías como Aragón, Asturias o Castilla y León. Este déficit agrava la sobrecarga laboral y afecta la calidad asistencial.
Una gestión basada en la propaganda
Mientras la Comunidad de Madrid presume de su "excelente" sistema sanitario, la realidad en los hospitales públicos desmiente el discurso oficial. Las denuncias de pacientes y sanitarios contrastan con las campañas de comunicación del gobierno regional, que insiste en su apuesta por la "modernización" de la sanidad.
Los planes para la Ciudad de la Salud y la remodelación de La Paz se presentan como la solución a los problemas estructurales, pero las obras aún no han comenzado. Mientras tanto, los pacientes siguen sufriendo las consecuencias de la falta de inversión.
Las promesas de mejoras contrastan con la realidad de un sistema sanitario cada vez más privatizado. Los recortes en la sanidad pública conviven con el aumento de las derivaciones a hospitales privados, que reciben millones de euros en conciertos con la Administración. La externalización de servicios y la precarización del personal sanitario son el resultado de una política que prioriza el negocio sobre la salud.
"La libertad está muy bien, pero, ¿dónde está la dignidad de los pacientes?"
Los testimonios de los familiares ponen en evidencia el deterioro de la sanidad madrileña. "La libertad está muy bien, pero, ¿dónde está la dignidad de los pacientes?", se pregunta un afectado. Mientras Ayuso proclama su modelo de "libertad", los enfermos de cáncer esperan su turno para ducharse y soportan el frío de ventanas mal reparadas.
Las críticas a la gestión sanitaria de la Comunidad de Madrid no cesan. Pacientes, familiares y profesionales denuncian una situación insostenible que requiere soluciones inmediatas. La sanidad pública madrileña sigue siendo víctima de años de recortes, privatizaciones y propaganda. Mientras la Comunidad de Madrid sigue vendiendo proyectos aún no materializados, los hospitales continúan en condiciones indignas.
El deterioro de la sanidad en Madrid es el reflejo de un modelo de gestión que prioriza la imagen sobre la realidad. La pregunta sigue en el aire: ¿cómo puede hablarse de "libertad" cuando los pacientes pierden su dignidad?