La ausencia de protocolos de protección civil para el caso de un ataque nuclear empieza a preocupar a las autoridades civiles y militares. Altos mandos y políticos con responsabilidad de gobierno empiezan a plantearse, en petit comité, la necesidad de poner en marcha algún tipo de manual de urgencia para el caso de que Putin decida atacarnos con sus ojivas atómicas. Un protocolo de emergencia que contemplase, por ejemplo, la construcción de búnkeres públicos a prueba de bombas y el reparto de material de primeros auxilios como pastillas de yodo, trajes especiales y máscaras antigás, podría ayudar a salvar miles de vidas. De haber existido este tipo de edificaciones durante los ataques norteamericanos contra Hiroshima y Nagasaki en 1945 probablemente el número de bajas habría sido mucho menor.
De momento el Gobierno español ha acometido tímidas medidas en ese sentido, como la compra de 400 sistemas de megafonía para alertar a la población en caso de una emergencia nuclear. El mero hecho de que se haya decidido realizar esta inversión precisamente ahora, justo cuando Putin apunta con sus misiles hacia Occidente, demuestra que existe cierto grado de preocupación ante una amenaza que ya no es solo cosa de las películas de Hollywood.
El pasado mes de octubre, el Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, informó de que está realizando las pruebas correspondientes para verificar el funcionamiento del protocolo ES-Alert para enviar alertas a la población que se encuentre en una zona afectada por emergencias o catástrofes inminentes. Es un sistema también conocido como 112 inverso y se utilizaría también en caso de incidente nuclear. Se ha previsto un calendario de pruebas en las diferentes comunidades autónomas. Los centros de respuesta a emergencias, en coordinación con el Centro Nacional de Seguimiento y Coordinación Emergencias del Ministerio del Interior, enviarán mensajes simulados alertando de un riesgo de protección civil y un pitido, acompañado de vibración, en los teléfonos móviles alertará de la recepción del mensaje.
El sistema ES-Alert fue desplegado el pasado 21 de junio, y es fruto de la colaboración entre los Ministerios del Interior y de Asuntos Económicos y Transformación Digital, habiendo sido financiado con fondos de recuperación y resiliencia. Esta tecnología, que se pone a disposición de las autoridades de protección civil de ámbito estatal y autonómico, suma una nueva herramienta de alertas a la población a las que ya cuenta el Sistema Nacional de Protección Civil. Una simple alerta a nuestros teléfonos móviles para que busquemos un lugar seguro probablemente no evitaría la muerte de miles de personas por el impacto de un misil nuclear, pero podría ayudar a que otras tantas tuvieran una oportunidad de salvarse.
Sin embargo, después se ha sabido que el Ministerio del Interior tiene problemas con su sistema masivo de alerta para grandes situaciones de emergencias. El sistema, que está activado desde el pasado mes de junio, es capaz de enviar una alerta simultánea a millones de teléfonos móviles para informar de una situación de extrema gravedad inminente. Sin embargo, se han detectado problemas técnicos que han provocado que la red aún no sea plenamente operativa.
Amenaza real de un ataque nuclear
La escalada de tensión en Ucrania va in crescendo y esa situación cada vez más preocupante ha puesto en alerta a los países de la UE. Es el caso de la Dirección de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (DSA) de Noruega, que recomienda que todos los menores de 40 años almacenen pastillas de yodo en sus casas, un tratamiento que se cree podría ser eficaz para combatir los efectos de la radiación liberada tras la explosión de una bomba atómica. España empieza ahora a plantearse medidas concretas.
El Gobierno se toma muy en serio las bravuconadas de Putin y sus ministros del Kremlin. Recientemente, la ministra de Defensa, Margarita Robles, advertía de la “amenaza real” que existe de un ataque nuclear. Recordó que Putin “es capaz de cualquier atrocidad”. Además, en una entrevista para La Razón, la ministra ampliaba su inquietante mensaje: “A fecha de hoy no podemos decir que, desde el punto de vista de inteligencia, haya señales de que esa agresión nuclear pueda producirse. Pero es algo que está sobre la mesa”. A juicio de Robles es algo que “no se puede descartar en ningún momento”. La posibilidad de que estalle la Tercera Guerra Mundial se ha incrementado considerablemente en los últimos días, después que el Grupo de Contacto para Ucrania, que integran los países aliados occidentales de Kiev, se haya reunido en la base estadounidense de Ramstein (Alemania) para debatir sobre la posibilidad de incrementar el apoyo militar al país invadido por Rusia, incluido el suministro de tanques Leopard. Después de esto, ministros rusos han advertido de que el conflicto a gran escala podría estar más cerca. Entonces, si la cosa va en serio, ¿por qué nuestros gobernantes no empiezan a trabajar ya en planes concretos para instruir a la población y explicarle cómo actuar si nos atacan?