Pedro Sánchez acudirá a la Zarzuela para decirle a Felipe VI que tiene una negociación abierta con otras fuerzas políticas y la posibilidad de sumar una mayoría de Gobierno. Nadie en Ferraz se atreve a dar por hecho que el intento saldrá adelante. ERC y Junts han puesto un precio muy elevado a sus escaños, de modo que sin amnistía y referéndum de autodeterminación la investidura del líder socialista fracasará y los españoles tendrán que volver a las urnas. Pero de cualquier manera el PSOE trata de sacudirse la presión y fuentes consultadas por Diario16+ aseguran que Sánchez no quiere ponerse “límites” ni “deberes” para los próximos 15 días, toda vez que ya hay una fecha límite para que haya nuevo presidente: el 27 de noviembre. En caso contrario se disolverían las Cortes y se convocarían nuevas elecciones.
Si algo tiene claro el PSOE es que no habrá referéndum de autodeterminación. “No vamos a pasar por ahí”, aseguran fuentes del partido a Europa Press, un claro mensaje para ERC y Junts. Nada de todo esto impide que en Ferraz y Moncloa se viva cierta atmósfera de optimismo, más sobre todo después de que Feijóo se haya estrellado con su investidura fallida. En petit comité confían en que finalmente habrá un Gobierno Sánchez y por tanto un acuerdo previo con los partidos catalanes. Sin embargo, el entusiasmo, seña de identidad del sanchismo, va por días. Los socialistas tan pronto se muestran eufóricos en que la proeza puede conseguirse como decaen los ánimos y concluyen que la misión es imposible. En cualquier caso, el PSOE no va a ceder a todas las exigencias independentistas, o lo que es lo mismo: amnistía para los encausados por el procés sí, referéndum bajo ningún concepto.
Las fuentes recuerdan que hay tres personas encargadas de negociar con el soberanismo catalán. Y aunque no pronuncian nombres, las miradas están puestas en la ministra de Hacienda en funciones y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero; el ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática en funciones, Félix Bolaños; y el secretario de Organización, Santos Cerdán. En este sentido, indican que hay negociaciones en marcha con partidos que les pueden dar la investidura. De estos tres primeros espadas del PSOE dependerá que se llegue a un acuerdo con Carles Puigdemont.
No se descarta que Yolanda Díaz, una gran negociadora capaz de desbloquear cualquier atasco, se sume también al diálogo en algún momento crítico en que los contactos encallen. En los últimos días se ha sabido que la vicepresidenta segunda del Gobierno estaba dispuesta a intervenir en el debate de investidura de Feijóo, siempre y cuando lo hiciera Pedro Sánchez. Como el presidente delegó en Óscar Puente, Díaz también optó por no “quemarse” antes de tiempo. Tomar parte en el cara a cara con el dirigente popular gallego le habría supuesto tener que dar explicaciones sobre las negociaciones con el partido de Puigdemont. Un riesgo innecesario que podría haber dado al traste con la hoja de ruta, más teniendo en cuenta que ella ya se ha visto cara a cara con Puigdemont en los despachos de Bruselas. El hecho de que se haya guardado esa carta en la manga demuestra que la participación de Yolanda Díaz en las negociaciones puede ser decisiva.
Los dirigentes del PSOE se remiten al comunicado conjunto del partido y del PSC emitido a última hora de la tarde del jueves en el que advertían a ERC y Junts que por el camino de la ruptura y la discordia “no hay avance posible”, al tiempo que insistían en apostar por el “diálogo” como única vía para garantizar la convivencia en Cataluña.
El texto no lo mencionaba expresamente, pero se emitía poco después de que ERC y Junts aprobasen una resolución en el Parlament de Cataluña para condicionar la investidura de Sánchez a que “se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones” para celebrar un referéndum de independencia en esta comunidad autónoma.
La posición de Illa
Además, para despejar posibles dudas, el líder del PSC, Salvador Illa, rechazó el viernes un referéndum como precio para la investidura de Sánchez y advirtió de que irán de nuevo a elecciones si es necesario. Aunque hay molestia con la resolución de ERC y Junts, –que consideran un gesto fuera de lugar que no deben realizar en este momento, en plenas negociaciones– tratan de restarle importancia y consideran que no es suficiente para hacer descarrilar las conversaciones.
Es decir, siguen convencidos de que las negociaciones llegarán a buen puerto y habrá Gobierno presidido por Sánchez, pero aun así quieren dejar claro que la posibilidad de una repetición electoral en enero es real. “Tienen que saber que la opción de las elecciones sigue abierta”, apunta una persona del entorno de Sánchez.
De este modo, los socialistas pretenden trasladar que no consentirán todas las exigencias que se pongan sobre la mesa, que pasan fundamentalmente por el citado referéndum y por la amnistía a los implicados en el procès, tal como trasladó Puigdemont a principios de septiembre.
Sin embargo, toda la contundencia que se expresa con el referéndum, desaparece al ser cuestionados por la amnistía, un término que ningún dirigente socialista pronuncia por el momento. Nadie quiere hablar sobre este asunto y piden esperar a que se produzca el encargo del rey a Sánchez para ir a una investidura, un trámite que se solventará, previsiblemente, entre el lunes y el martes.