La rendición a Marruecos perpetrada por Pedro Sánchez y la facción del PSOE del gobierno no es nada nuevo. Lo que nadie podía esperar era la traición al pueblo saharaui que perpetró con el envío de una carta al sátrapa Mohamed VI en la que asimilaba la estrategia marroquí para solucionar el conflicto del Sáhara Occidental.
Sin embargo, esto no es sorpresivo, sino que es la culminación de todo un proceso que ha venido desarrollando Sánchez desde que llegó a la Moncloa. Desde el año 2018, el gobierno ha regalado decenas de millones de euros en material militar y de defensa que, evidentemente, es utilizado para la represión tanto del pueblo saharaui como del marroquí.
En el año 2019, el gobierno de Pedro Sánchez autorizó la compra de 384 vehículos para ser entregados, es decir, regalados a Marruecos. Las licitaciones se ejecutaron a través de la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP).
En concreto, el Gobierno autorizó a la FIIAPP a licitar 7 lotes, incluyendo 230 vehículos 4×4 tropicalizados, por 13,8 millones de euros, y 100 vehículos 4×4 ‘pick up’ por 5,5 millones, 10 vehículos 4×4 con configuración de ambulancia, por 520.000 euros; otros 10 camiones 4×4 cisterna para agua, por 1,65 millones; ocho camiones cisterna para gasolina, por 1,32 millones; 18 camiones 4×4 plataforma, por 2,61 millones y ocho camiones frigoríficos por 600.000 euros. En total, 26 millones de euros.
La fundación también sacó a concurso un contrato menor, de 67.000 euros, para comprar cinco radares marítimos, 10 sistemas de identificación automática AIS, 10 GPS portátiles, radios y sistemas de cartografía.
Por otro lado, el gobierno de Pedro Sánchez también se marcó como objetivo que en el Marco Financiero Plurianual de la UE se incluyera una partida estable para asistir a Marruecos en el control de la inmigración.
En 2020 el grifo de millones desde España a Marruecos continuó bien abierto. El gobierno de Pedro Sánchez se gastó más de 8 millones de euros en la compra de otros 130 vehículos para agasajar a Marruecos. Cada unidad tenía un valor superior a los 60.000 euros. La licitación se realizó para la contratación mixta de suministro en régimen de adquisición 130 vehículos con rejilla para apoyar al Ministerio del Interior de Marruecos en el marco del proyecto Apoyo a la gestión integrada de fronteras y de la migración en Marruecos, con garantía técnica y provisión de entrega en Rabat, y servicio de formación en mantenimiento de los vehículos y posibilidad de aportación de mejoras sobre estos.
A esto se añadió una ampliación de dicho contrato en el que se incluía 20 todoterrenos de alta gama y 18 camiones militares para el transporte de tropas. Todo ello nuevamente se gestiona desde la FFIIAPP.
Cámaras térmicas
Sin embargo, Marruecos no se quedó contento. En la Plataforma de Contratación del Estado se publicó un contrato de suministro por un valor de 8,8 millones de euros para la adquisición de cámaras térmicas con posicionador y visores de visión nocturna para apoyar al Ministerio del Interior del Reino de Marruecos en el marco del proyecto «Apoyo a la gestión integrada de fronteras y de la migración en Marruecos», con garantía técnica y provisión de la entrega en Rabat, así como servicio de formación en mantenimiento y uso.
Nuevamente, el órgano de contratación fue la FFIIAPP que, en realidad, se convirtió en el brazo armado de Pedro Sánchez a la hora de gastar dinero público en reforzar a Marruecos con suministros que, evidentemente, son utilizados para la represión.
Vacunas contra el Covid19
Si todo lo anterior no fueran bastantes regalos, la entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya, afirmó lo siguiente en referencia a las vacunas del Covid19: «España tendrá, porque ha comprado vacunas probablemente en exceso para vacunar a todos los ciudadanos, una cantidad que destinaremos a otros países, empezando por los países vecinos que más lo puedan necesitar. Si tenemos vacunas los europeos, que también las tenga toda la cuenca mediterránea». Traducción: las vacunas que sobraron en los primeros meses de la campaña de vacunación también fueron para Marruecos porque es el único país vecino de la cuenca mediterránea con el que España tiene frontera.
Los millones para Marruecos, secreto de Estado
El escándalo que suponía que los medios de comunicación publicáramos las decenas de millones que el gobierno de Pedro Sánchez regalaba a Marruecos provocó que desde el mes de mayo de 2021, el Ministerio del Interior decidió ocultar a la ciudadanía española el dinero público que se entregaba a un régimen autoritario y represor como es el de Marruecos. Todo ello, con la excusa de garantizar «la seguridad nacional».
El digital Moncloa.com hizo público un documento del departamento dirigido por Fernando Grande Marlaska que ordenaba que no se hiciera pública ningún tipo de información sobre el dinero público español regalado a Marruecos.
«Se reitera que las ayudas a la cooperación policial internacional, dentro de las que se incluye la ayuda al Reino de Marruecos objeto de la solicitud de información, tienen un carácter instrumental de la acción exterior y de seguridad del Gobierno», afirmaba el documento.
Sánchez y España vulneran el derecho internacional
Todo lo anterior, sumado a la carta de Pedro Sánchez en el que se unía a la estrategia de Marruecos respecto al Sáhara Occidental, no es otra cosa que un paso más de España en la vulneración constante del derecho internacional y en el abandono de sus responsabilidades hacia el Sáhara Occidental. El propio ministro de Interior de España, Fernando Grande Marlaska, cuando era juez reconoció que España es la administradora del Sáhara Occidental. En un auto del año 2014, cuando aún era juez, afirmó lo siguiente: «España sigue siendo la Potencia Administradora del territorio, y como tal, hasta que finalice el periodo de la descolonización, tiene las obligaciones recogidas en los artículos 73 y 74 de la Carta de Naciones Unidas, entre ellas dar protección, incluso jurisdiccional, a sus ciudadanos contra todo abuso, para lo cual debe extender su jurisdicción territorial para hechos como los que se refieren en la querella a que se contrae el presente procedimiento».
Sin embargo, el propio Grande Marlaska no dudó en viajar, como si no hubiera un mañana, a Rabat para recoger la «nueva lista de la compra» de Mohamed VI cuando el Frente Polisario dio por rotos los acuerdos de paz tras las violaciones del mismo perpetradas por Marruecos.
En otro orden, surge la pregunta sobre la razón existente para que España se someta al chantaje marroquí mientras el pueblo saharaui, con quien tiene unas obligaciones muy claras en base al derecho internacional, lucha por recuperar su tierra, el territorio que se les robó por unos acuerdos firmados entre España, Marruecos y Mauritania que fueron declarados ilegales por la ONU.
Todo el material regalado al régimen dictatorial y represor de Mohamed VI debería estar en manos del pueblo saharaui. Todo ese dinero regalado a Marruecos debería ser entregado al Sáhara Occidental.
Sin embargo, España obvia todas sus obligaciones y prefiere mantener contento a un régimen dictatorial que vulnera los derechos humanos y que sólo consigue sus objetivos sustentando el negocio de las mafias de tráfico de personas porque, si cada vez que Marruecos se enfurruña porque se hacen declaraciones en contra de sus intereses y permite la salida de miles de pateras para que lleguen a las costas españolas, eso quiere decir que hay una presunta conexión entre las autoridades marroquíes y los cabecillas de esas mafias.
Una democracia que se precie de serlo no puede someterse ni potenciar a una dictadura extranjera, ni mucho menos, abandonar sus responsabilidades recogidas en el derecho internacional. Sin embargo, España lo hace, se somete al chantaje de Marruecos y mantiene la opresión al pueblo saharaui que, al fin y al cabo, sólo reclama lo acordado por la ONU.