Sánchez, mucho tanque y poca mantequilla

El presidente podría estar pensando en adjudicar una partida de 80.000 millones de euros del superávit estatal a modernizar el Ejército español

17 de Marzo de 2025
Actualizado el 18 de marzo
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Sánchez pretende modernizar el Ejército español.
Un destacamento del ejército español en una imagen de archivo.

Pedro Sánchez asegura que irá al Parlamento a “tramitar lo que haya que tramitar” sobre el plan para aumentar el gasto en Defensa ante la amenaza rusa. En realidad, no está diciendo nada nuevo el presidente del Gobierno. Es la ley y no puede saltársela. Otra cosa es que tenga la tentación de gobernar por decreto en algo tan importante como la guerra. Sería ilegal, y Feijóo ya le ha advertido de que lo llevará a los tribunales si lo intenta. Lo que ocurre es que el PP es la pura contradicción. Aznar nos metió en la guerra de Irak con un apretón de manos de Bush (y haciendo oídos sordos a las manifestaciones multitudinarias de millones de españoles que rechazaron participar en aquel conflicto bélico) y ahora su partido va dando lecciones de buen parlamentarismo.

Sánchez empieza a jugarse mucho en este envite. Tiene a todos sus socios de legislatura en contra y también a Sumar, el partido de Yolanda Díaz que forma parte de la coalición de Gobierno. De modo que, o hace las cosas bien, siguiendo los trámites, con transparencia, luz y taquígrafos, o puede salir muy mal parado del trance. Una posible guerra es algo demasiado grave, tanto que podría ser el punto final a su Consejo de Ministros. Los españoles tienen derecho a saber dónde los está metiendo su Gobierno, si España va a seguir formando parte de la OTAN una vez que el Ejército europeo eche a andar, cuánto dinero nos va a costar la broma aislacionista de Trump y cómo se va a gastar. De nada de eso está hablando, hasta la fecha, el premier. No vamos a ser tan ingenuos de caer en la patraña de que el presidente tiene tentaciones autócratas, como sugiere Feijóo, pero si trata de jugar al trilerismo barato y a dárselas con queso al pueblo con algo tan trascendental como es una escalada bélica mundial, se equivoca de todas todas. Ese sería su final, como lo fue de Aznar.

Obviamente, España no está para alegrías militaristas por muy bien que vaya la economía. Ha trascendido que Sánchez puede estar pensando en destinar el superávit estatal, unos 80.000 millones de euros, a aumentar el gasto en Defensa que exige la Unión Europea. Se trata de una cantidad mareante nunca puesta en juego por ningún otro Gobierno a lo largo de la historia de este país. Suponemos que dará para algunos tanques (aún no sabemos cuántos), pero desde luego la inversión nos quitará mantequilla, que es tanto como decir menos gasto social para Sanidad y Educación. Sánchez ha negado que el rearme vaya a suponer una merma al Estado de bienestar, pero eso no es cierto desde el punto de vista de que nos vamos a gastar la friolera de 80.000 millones, que darían para muchos hospitales y escuelas. Por lo visto sí que hay dinero en este país, pero depende para qué.

Pedro Sánchez no prevé concretar, al menos hasta junio, cuándo llegará España a un gasto en defensa del 2% del PIB y abre la puerta a que el incremento de inversión en seguridad no tenga que votarse en el Congreso, aunque promete no recortar “ni un céntimo” el gasto social. Sánchez compareció en rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa tras la ronda de reuniones que ha mantenido con los representantes de los grupos parlamentarios para abordar la seguridad europea y la necesidad de aumentar ese gasto en defensa.

No obstante, quiso dejar claro que el concepto debe ser más amplio que el de Defensa, y lo ha denominado de “seguridad” porque cree que hay que incorporar cuestiones como la preparación ante los ciberataques, la lucha contra el terrorismo, la protección civil y la amenaza de la emergencia climática. Eso es lo que ha transmitido a los dirigentes de los partidos que han pasado por Moncloa, donde ha asegurado que España está preparada para llegar antes de 2029 al 2% del PIB en gasto en Defensa, tal como anunció la pasada semana en Bruselas.

A su juicio, lo importante no es llegar a un porcentaje concreto del PIB en gasto en seguridad, sino que lo relevante es invertir bien, en suelo europeo y todos los países juntos. Lo que sí ha aclarado es que no detallará en su comparecencia ante el pleno del Congreso del 26 de marzo cuándo cree que será posible cumplir el compromiso de gasto porque hay todavía pendientes una serie de datos y de criterios que es preciso conocer. Además, hay previstos algunos debates que van a condicionarlo todo, como el que se celebrará en la cumbre de la OTAN de la Haya en el mes de junio.

“Ahí es donde se va a sustanciar. También cuál va a ser el grado de compromiso y de cumplimiento de ese 2%”, señaló Sánchez, quien matizó: “El compromiso está. Vamos a cumplirlo. Cuando sea, informaré a la opinión pública española”. Además, ha agradecido su posición a su socio de coalición, Sumar, ya que cree que ha dejado claras dos cosas que considera importantes: que respetan los compromisos de España con Europa y que el compromiso del Ejecutivo es continuar con la agenda social. “Y no va a haber ningún ajuste a la baja de nuestro compromiso con las políticas sociales”, ha reiterado antes de prometer que no recortará “ni un céntimo” de euro destinado a tal fin.

Al plantearle si el debate sobre gasto en Defensa dificulta aún más que se puedan aprobar unos nuevos presupuestos generales del Estado ha insistido en que a él le gustaría que España contara con ellos. Siguen dialogando para conseguirlo porque ha garantizado que la voluntad del Gobierno es esa, pero ha reconocido que no depende sólo del Ejecutivo, sino también de los grupos parlamentarios.

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