Ya sé que por aquí nos gusta mucho buscar caminos subterráneos, pero está demostrado que el aleteo de una mariposa en un extremo del mundo puede provocar un tsunami en el otro extremo.
En tenis, en España, lo hemos visto esta misma semana con el Open de la Mutua, que sembró mal, siguió una política prepotente y presuntuosa, y como premio ha conseguido la edición más desastrosa de su historia.
En la Fórmula 1 con Adrian Newey ha pasado lo mismo. Y en verdad no es tan raro.
El ingeniero dijo la semana pasada que abandonaba Red Bull. Y Red Bull se ha sentido abandonado de inmediato. Es probable que Adrián Newey este fin de semana en Miami no haya sido demasiado mimoso con su piloto estrella, en realidad con ninguno de sus monoplazas.
-Total, ya saben todos que me voy.
En Red Bull hay una guerra civil. Han perdido a su mejor bastión, que aunque el público pueda pensar es Verstappen, resulta evidente que sin Newey el holandés jamás habría ganado un mundial.
A ello hay que añadir el muy oportuno crecimiento de McLaren.
¿Es el fin de Verstappen? ¿Conseguirá volver a ganar otros campeonato del mundo? Puede que sí, pero también puede que no.
Lo bonito sería que no se pueda predecir, que hasta la última carrera Max Verstappen esté luchando con otro u otros pilotos, con otra u otras escuderías. Hasta la última carrera
Porque la afición quiere finales de mundial como aquel de Hamilton contra Verstappen en Abu Dabi 2021.
Es una buena noticia para la Fórmula 1 y para el espectáculo que Newey haya decidido abandonar Red Bull. QUE SE MUEVA EL AIRE.
El mundo entero hoy está feliz por Norris. Y también por McLaren.
Es muy bonito cuando alguien logra escapar de la infinita masa de los perdedores para convertirse, aunque sea por un momento, en ganador.
Tigre Tigre
