Alejandra de la Fuente.
Se llaman Alejandra de la Fuente, Pablo Alcántara, Óscar de Dios y Fernando Aguilar. Y su empeño: Recuperando memoria.Llevaba horas lloviendo en Madrid cuando me he acercado esta tarde hasta el estudio de Onda Merlín Comunitaria, un local en el barrio de Villaverde. Allí estaban ellos preparados para grabar uno de sus programas, cuyo tema principal eran los niños robados del Franquismo y la violencia contra la infancia. Pero también el 20N, el fascismo que pervive y el nuevo, el Valle de los Caídos…Alejandra de la Fuente, también colaboradora de Diario16, es la coordinadora y tiene 22 años. Sus compañeros por ahí andan, entre los 20 y los 25. Afuera, se comentaban las manifestaciones del día, las de los franquistas y las de los antifascistas, y estaba a punto de celebrarse otra misa en honor del dictador Francisco Franco.Viéndoles trabajar, he recordado a los movimientos sociales, vecinales, radicales y libertarios que conocí en la Barcelona de los años 80 y primeros 90. ¿Qué fue de todo aquello? Tengo la sensación de que entre entonces y ahora hemos vivido un paréntesis lechoso, un espejismo. Todo desapareció de golpe y de repente nadie parecía echarlo de menos.Tras estos años en los creímos ser ricos y solo fuimos idiotas, entre los jóvenes de Recuperando memoriame he sentido en casa. De nuevo.***
ESTA es la cuenta de tuiter del activista Lagarder. Entren y lean largamente, lean los mensajes de odio furioso que le envían, las amenazas que recibe. Hoy le han dado una paliza los franquistas reunidos para celebrar al dictador.Para empezar, no sé por qué unos fascistas se pueden reunir a celebrar a un asesino golpista en España.Para seguir, hace tiempo que me preocupa que a Lagarder le hagan aún más daño. Voy leyendo los mensajes que le mandan en las redes. Jamás había visto insultar a alguien con tanto odio, ni con ese tipo de odio: profundamente xenófobo y violento.Lagarder se dedica a denunciar la situación de las personas que viven en la calle, y nuestra actuación hacia ellos. Cuelga vídeos de lo que ve, de sus conversaciones con los que no tienen techo, de la forma en la que se les suministra la siempre terrible caridad. Yo le agradezco profundamente que me meta en casa –a través de la pantalla– a los hombres y mujeres que no vemos, que no miramos.Temo por él. Mucho.***
A ver si mañana podemos dar más noticias de este hombre extraño y de su salud. Aquí mismo.