La foto es de Eugènia Güell, con la rima del nuevo año, que han puesto en su balcón unos vecinos del barrio de la Barceloneta, en pleno Barcelona.
Matemáticamente, 2025 es un año cuadrado perfecto, al ser el resultado de multiplicar 45 x 45 o 45². Además, está representado por el cuadrado de la suma de todos los dígitos del sistema numérico decimal, (0 + 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9)². Para remate, representa la suma de los cubos de todos los dígitos del sistema numérico decimal. (0³ + 1³ + 2³ + 3³ + 4³ + 5³ + 6³ + 7³ + 8³ + 9³). El último "año cuadrado perfecto" ocurrió en 1936 y después de 2025 sólo en 2116. —Gracias a Carlos Efrain por la observación—
Astrológicamente, es un año ligado a 2026, para desembocar cual cuesta abajo y sin frenos en 2027, donde va a ver un antes y un después en el planeta.
La realidad, es que 2025 es un año que viene con una energía renovadora, y que va a quitar las caretas de todos esos disfraces cual oxidadas armaduras que nos hemos creado para bien creer encajar en el grupo, o de esos lobos vestidos de corderos para engañar y manipular, a quién cedes de buen grado tus decisiones y te pones de perfil. Porque como dice mi amiga Yolanda Galán “este mundo se va a la mierda con tanto listo, y tanto tonto a la vez”.
Es decir, el 2025 va a darnos mucho por culo, va a ser un tsunami que no va a dejar castillo de naipes en pie, por ingentes paladas de neuromarketing que han sembrado en nuestro sistema de valores. Tras San Sebastián, Elon Musk, cual vicepresidente en la sombra de USA, va a seguir con su particular tamborrada, animando a Trump y a otros a quitarse las caretas con las que consiguieron sus votos. Acá en el jarrón chino de los derechos que se está convirtiendo la antigua Europa, también va a ver curvas, porque el modelo happyniano es insostenible. Deja de mirar a USA y empieza a mirar a la India, la super potencia tapada tras el hermano mayor chino.
En tu mano está que la rima te genere gracia o placer. Es decir, en esta apostólica, romana, católica y opusina España, hasta cuándo vamos a consentir que nos manipulen por no ser capaces publicamente por hablar de sexo. Más aún, cuando los tios tenemos el punto G en la prostata, y a la mejor estimulación de la misma es vía anal. Sí, hay gel que son lubricantes físicos, que se suman al mejor lubricante de todos, la mente. De ahí lo del neuromarketing del que escribí más arriba, y tan adictivo somos.
Tú decides, puedes surfear el tsunami que ya está aquí, o quedarte pasmado ante lo que se te viene encima en 2027.
GO!