11 de Agosto de 2024
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7 principios básicos

Los siete principios o axiomas, como describe en el Kybalión, son (extractado de Wikipedia):

  1. Mentalismo. El Todo es mente; el universo es mental. El Todo es el conjunto totalizador. Nada hay fuera del Todo.
  2. Correspondencia. Como es arriba, es abajo; como es adentro, es afuera. Afirma que este principio se manifiesta en los tres Grandes Planos: el Físico, el Mental y el Espiritual.
  3. Vibración. Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.
  4. Polaridad. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
  5. Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.
  6. Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley.
  7. Género / Generación. La generación se manifiesta en todos los planos, todo tiene su principio masculino y femenino, activo y pasivo. Los dos géneros existen por doquier. En el plano físico es la sexualidad y de la unión de las dos polaridades surge la creación, la generación.

Mentalismo

Este principio expresa que el universo proviene de la mente del todo, siendo el todo el creador del universo. Cuando se habla del todo, nos referimos a que todo lo que está a nuestro alrededor, cada cosa que podemos y no podemos ver, existe gracias a la imaginación del todo, que es indefinible y puede ser considerado como una mente universal, infinita y viviente. Esto quiere decir que somos reales dentro del universo, pero somos manifestaciones de su mente.1​ También puede entenderse con que el universo que observamos no puede escapar de nuestra propia mente y que todo lo observable y lo vivido es en si mente. Este principio está basado en el concepto del Brahman, la divinidad impersonal en el hinduismo.

Correspondencia

Este principio plantea la idea de que siempre hay una correspondencia entre las leyes de los fenómenos de los diferentes planos del ser y la vida.

Establece que hay armonía entre el plano físico, el plano mental y el plano espiritual, significa que todos los planos de existencia, están conectados y en correspondencia. El macrocosmos se encuentra en el microcosmos y viceversa: los sistemas solares, las sociedades y la vida en la Tierra reflejan lo mismo.

Es decir, hagamos lo que hagamos en el nivel micro, lo haremos en el nivel macro. Incluso los hábitos más pequeños influyen en nuestro comportamiento. Al hacer cualquier cosa, también haremos todo. Si descuidamos un área de nuestra vida, lo más probable es que el resto de las áreas también se vean afectadas.​ Este principio sería equivalente al concepto del yin y yang en el taoísmo.

Vibración

Este principio afirma que todo está en movimiento, que nada permanece inmóvil. Explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente y aun del mismo espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios. Desde el todo, que es puro espíritu, hasta la más pequeña forma de materia, todo está en vibración: entre más alta, más elevada es su posición en la escala. La vibración del espíritu es de una intensidad infinita; tanto, que prácticamente puede considerarse como si estuviera en reposo, de igual manera que una rueda que gira rapidísimamente parece que está sin movimiento. Y en el otro extremo de la escala hay formas de materia densísima, cuya vibración es tan débil que parece también estar en reposo.3

Este principio sería equivalente al concepto del flujo del  (en el taoísmo) o el prana (en el hinduismo).

Polaridad

Este principio incorpora la verdad de que todas las cosas manifiestas tienen «dos lados», «dos aspectos», «dos polos», «un par de opuestos», iguales en naturaleza pero con múltiples grados entre los dos extremos, distintos en polaridad, idéntico en naturaleza, ambos se atraen y se armonizan en el equilibrio del cosmos.

La polaridad mantiene el ritmo de la vida. Conocemos la existencia de algo por el contraste de su opuesto. Así encontramos:

  • luz-oscuridad
  • amor-odio
  • espíritu-materia
  • vida-muerte
  • bien-mal
  • vigilia-sueño
  • valor-miedo
  • alegría-tristeza.

Los opuestos se presentan siempre en el mismo elemento. El principio de polaridad funciona a lo largo de una escala vibratoria de grados que va de lo positivo a lo negativo, siendo lo positivo de naturaleza superior a lo negativo.

Este principio sería equivalente al concepto del yin y yang (en el taoísmo).

Ritmo

Este principio va unido al principio de polaridad. Siempre que haya una acción habrá una reacción, un avance y un retroceso, una ascensión y un descenso. Y esta ley rige para todo; soles, mundos, animales, mente, energía, materia. Se manifiesta en la creación como en la destrucción de los mundos, en el progreso como en la decadencia de las naciones, en la vida y, finalmente, en los estados mentales del hombre. Nos indica que no importa que tan mal esté tu vida, puede mejorar. Todo fluye y refluye. No siempre podemos ganar ni perder, porque debe existir un balance, pues no todo perdura, al contrario, todo cambia, todo vibra, fluye y refluye.

Este principio sería equivalente al concepto del flujo del  (en el taoísmo) o el prana (en el hinduismo).

Causa y efecto

Este principio afirma que todo efecto tiene su causa, y toda causa su efecto. Nada ocurre casualmente. La suerte es una palabra vana. Este principio encierra la verdad de que la casualidad es sólo un término que indica la existencia de una causa no reconocida o percibida; que el fenómeno es continuo, sin soluciones de continuidad.

La causa y el efecto residen meramente en los sucesos. Un suceso o acontecimiento es lo que viene, llega u ocurre como consecuencia o resultado de un acontecimiento o evento anterior. Ningún acontecimiento crea otro, sino que no es nada más que el eslabón precedente en la gran cadena coordenada de sucesos que fluyen de la energía creadora del TODO. ​

Este principio sería equivalente al concepto del flujo del  (en el taoísmo) o el prana (en el hinduismo).

Este principio sería equivalente al concepto del karma (en el hinduismo y el budismo) o el concepto de pratītya-samutpāda (del budismo).

Género

El principio de género es totalmente en su sentido hermético, y el sexo es la acepción terrenal aceptada del término, aunque no son lo mismo.

El principio establece que no todos los seres son iguales, se distinguen en su género, y los géneros se buscan para continuar existiendo. Que se requiere de los diversos géneros para mantener la vida, y que los géneros se reflejan unos en otros y son iguales en correspondencia. La palabra española «género» deriva de la raíz latina que significa ‘concebir, procrear, generar, crear, producir’.

Un momento de consideración sobre el asunto demostrará que esa palabra tiene un significado mucho más amplio y general que el término sexo, pues este se refiere a las distinciones físicas entre los seres machos y hembras. Este principio sería equivalente a unos de los conceptos presentes dentro del yin y yang (en el taoísmo), o las doctrinas hinduistas de shakti y prakriti (lo femenino) y el púrusha (lo masculino).

Es necesario que esta distinción entre la naturaleza masculina y femenina se imprima en la mente, porque ciertos escritores que han adquirido algunas nociones de doctrina hermética han tratado de identificar este séptimo principio con erróneas y a veces reprensibles teorías y enseñanzas concernientes al sexo.

 

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