El próximo 29 de enero nos adentramos en el nuevo año chino, amparados por la luna llena, y la innovadora energía de la nueva era de acuario. Esta vez, no será un rutinario cambio de piel de serpiente, que nos ayude a esconder nuestra alma otra década más, cual baile de máscaras al son de “tocalá una vez más, Sam”, bailando en bucle por el agujero negro, mientras éste se autodestruía con nosotros dentró, y sin ser conscientes de ello.
Esta vez, nos atreveremos a no ponernos otra máscara, a dejar de creer que así encajaremos con ese modelo artificial moral de dinámicas sociales de aparentar la SOLrisa perfecta en el instagram.
Por primera vez, en milenios seremos reyes desnudos, caminando ante los ojos de todos, sabiendo conscientemente que paseamos desnudos, sin nuestras máscaras de carnaval, sin nuestras armaduras oxidadas de caballeros. Tan solo con nuestro ser, y nuestro conocimiento acumulado en anteriores vidas, aunque guardados bajo siete llaves.
En esta transmutación entre el Tener Humano que nos hemos dejado modelar, y el Ser Humano, que siempre fuimos, nos damos cuenta que somos nuestro tesoro, nuestra luz, y para iluminar el camino, es necesario, ser común unidad. Para una vez conectados a otros seres de la misma especie, realizarnos al aportar nuestros talentos innatos que ayudan a los seres de nuestra común unidad.
La forma más fácil de crear esa común unidad, y escuchar el latido del universo dentro de nosotros, es dar un abrazo de más de veinte segundos, de corazón a corazón. Para ello, es necesario que de nuevo, te reveles a lo aprendido, y procedas a deshacer el camino. En un abrazo normal, en el cual, pasamos el brazo derecho por encima del hombro de nuestro anterior contrincante, y ahora, amigo. Pero ahí no hay energía alguna que fluya, ya que como mucho contactan un pulmón de cada uno de nosotros. En cambio, si das el abrazo levantando tu brazo izquierdo sobre tu hermano, los órganos que se ponen en contacto, son los corazones. Si eres capaz de aguantar 20 segundos, comprobarás que vuestros corazones latirán a la vez, entrando en una comunión cercana al latido ancestral del universo. La calma se apoderó de vuestro seres, dejando espacio para que vuestras se sintonicen, y hagan resonar en ambos vehículos humanos, que somos unicidades y a la par somos uno.
GO!