Según los expertos, la caída libre es un movimiento en el que se deja caer un objeto desde cierta altura y, mientras este cae, no existe ninguna resistencia o elemento que interrumpa su trayectoria. Por esa razón, se denomina “libre”.
Abundando en lo que manifiesta GCF Global, se considera un movimiento rectilíneo uniformemente acelerado, no solo porque los objetos caen siguiendo una línea recta vertical, sino también porque la aceleración del objeto es constante, es decir, mantiene los mismos valores.
¡No me digan que no encuentran similitudes, hasta un paralelismo inquietante entre la anterior descripción y el proceso habitual del llamado "pelotazo"!
La corrupción: un lastre persistente
La resistencia o elemento que pudiera interrumpirla en nuestro caso puede aparecer a posteriori bajo la forma de un Tribunal de Justicia que ejerza su carácter punitivo, pero casi nunca, con el transcurso del tiempo se suelen recuperar las cantidades defraudadas.
No cabe duda de que los ecos del caso Koldo, el exministro Ábalos, el Ayuntamiento de Madrid y las denuncias del comisionista Aldama han incidido en los indicadores internacionales, sobrecargando la agenda de presuntas tramas de corrupción en el sector público. Todo esto ha influido negativamente en la solvencia pública y moral de España.
Hace unos días escribía en este medio el artículo Política, lados sombríos y repercusiones, donde uno de sus apartados se refería a Corrupción: un problemapersistente, al cual me remito. Desde 2018, venimos analizando esta herencia lejana que hemos recibido de nuestros antepasados bajo el principio: “Manus manum lavat” (una mano lava la otra), hasta hacerse interminable con todos los gobiernos.
Transparencia Internacional 2024: una realidad alarmante
Citaba en mi artículo, datos de Transparency International 2023, que probablemente enrojecerían a más de uno respecto a la imagen de España y la corrupción. Pero 2024 hace honor al titular de esta columna: al observar los nuevos datos del organismo, y. aunque desconozcamos sus métodos, vemos que España ha descendido diez puestos en el índice de corrupción, situándose a poca distancia de Ruanda o Botsuana.
Con esta nueva calificación, España ocupa el puesto 46 de 180 en el ranking global del IPC, compartiendo posición con Chipre, la República Checa y Granada. Igualmente, la puntuación ha caído de 60 a 56 sobre 100 con respecto a la obtenida en 2023, es decir, a niveles similares a los de Fiyi y Omán.
En cuanto a los países de la Unión Europea, España ha pasado del puesto 14/27 al 16/27, siendo superada por Letonia (59/100) y Eslovenia (60/100), y compartiendo puntuación con Chipre y la República Checa.
Reflexión final
En este sentido, resulta necesario reflexionar sobre la dinámica estructural que perpetúa la corrupción en el país y las consecuencias económicas y sociales que ello conlleva.
La falta de mecanismos preventivos y la impunidad que rodea estos casos han convertido la corrupción en un fenómeno recurrente, con graves repercusiones en la confianza ciudadana y la estabilidad institucional.
Seguiremos atentos a la evolución de estos indicadores y sus impactos en la percepción nacional e internacional de España. Como ciudadanos, nos corresponde exigir transparencia y responsabilidad a quienes ocupan cargos públicos, para evitar que la caída libre en corrupción se convierta en un estado permanente e irreversible y supuestamente adicionales impuestos.