Gonzalo Oses

Aceptar mis miedos me da paz

13 de Diciembre de 2023
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Aceptar mis miedos me da paz

Llevo una semana a lo Rajoy. Es decir, dejar que las cosas se solucionen por su cuenta, en vez de ser reactivo y solucionar los problemas al momento, y dejarme arrastrar por la emocional corriente. Para mi sorpresa, ¡funciona!

Si leíste mi última columna, verás que me quedé en modo palomitas viendo mi propia película de terror, que es mirar a la cara a mis miedos, temores y esa parte de mi esencia de la que he renegado hasta ahora. Pues bien, cada día me he llevado por lo menos una hostia ya sea emocional, mental o energética en forma de llamada o situación inesperada que surgía. Al no hacerla demasiado caso, darla espacio y negándome a sufrir, la emergencia con las horas se diluía, quedándome en paz, sin la necesidad de seguir interactuando con la persona que me narraba el incendio. Es como estar en el centro de un huracán, donde todo está en calma, aunque a tu alrededor ves a todos yendo de un sitio a otro con cara de pánico.

Con todo, ciertos hábitos inconscientes que me llevaron a sustituir el dolor por placer han desaparecido, lo cual, es un gran avance para el objetivo que nos propusimos hace unos meses mi inconsciente y yo: vivir en plenitud.

Si he dejado de juzgarme a mí mismo, ¿cómo voy a juzgar lo que tuiteas? Así, cada vez me cuesta más interactuar en X, hasta hace unos meses era mi espacio natural de juego para conectar personas con soluciones, Cierto es que Instagram es más adictivo.

He estado en situaciones de tanta calma, que al meterme de nuevo en uno de los huracanes pensaba que sería invisible, pero no, salí trasquilado emocionalmente. Así que, toca seguir rajoyiniezándome energéticamente, y aceptar que seguis detectando mi energía.

Desde que no niego a mis miedos, y diálogo con ellos, empiezo a pensar que no son innatos, son aprendidos, conforme me han enseñado, en base a una expectativa o frustración.

He empezado a cuestionarme la necesidad de sufrir, ya que tan solo es una elección, frente al dolor. Estoy dejando de sufrir por lo que no está en mi mano. Ya sea el genocidio de Gaza por los nazis del gobierno isrraeli, o por lo que otras personas podáis hacer en base a mis deseos y apegos.

Por otra parte, al ir hablando sobre mis miedos, me ha sorprendido como buena parte de mis amigos, también están colapsando, y están en procesos transformadores, por lo que no vengan a la tradicional cena de autónomos navideña. De la misma manera, una amiga se atrevió a hacerse la sanación del karma y consultar a sus registros akáshicos, y ha escrito, en cuatro días (literalmente un libro para sanearse, y facilitar el camino de las personas que coincidan en su dolor y decidan dejar de sufrir.

La última liberación, es a la hora de ligar, ahora me atrevo a ser sincero.

GO!

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