Algo que el Movimiento 15M denunciaba con rigor y toda razón, era la casta política como la peor de las lacras (y lo es más en la actualidad). Como políticos profesionales son personas que, de un tiempo a esta parte, la mayoría de ellas acceden a los cargos públicos sin ningún mérito, demostrado en las reivindicaciones sindicales, ecologistas, feministas, pacifistas, vecinales, sociales, etc.
En la actualidad solo basta, acceder a una organización política y si es de las de mayor poder mucho mejor, pues está demostrado que se han convertido en especie de agencias de colocación, con tantos cargos electos o de libre disposición (enchufados). Lo malo es que, por no existir una ley electoral y de partidos políticos que lo impidan, pueden perpetuarse en los cargos indefinidamente.
La política debería ser vocacional y para desempeñarla bien por un tiempo limitado. Se da los casos de muchos dirigentes políticos que suelen ostentar cargos orgánicos e institucionales al mismo nivel (jueces y parte). Y desde éste secuestran al orgánico o interno del conjunto de sus partidos políticos. Éstos han creado una estructura piramidal, donde desde la cúspide el dirigente máximo, cuenta con sus homólogos territoriales que, en sus respectivos ámbitos le imitan.
Con estas estructuras y su correspondiente funcionamiento, se ha cercenado la democracia interna, la militancia no cuenta para nada (Pedro Sánchez prometió empoderarla, pero ha venido haciendo justo lo contrario). Se podría entender en partidos políticos de derecha como el PP. Incluidos algunos nacionalistas con la excepción del PNV que separa el cargo institucional del interno u orgánico y prevalece este. Y por supuesto, mucho más el ultraderechista Vox. ¡Cuanta falta hace una profunda regeneración democrática!.
Con este panorama no es de extrañar que muchos (demasiados) casos, como el reciente que ha querido protagonizar Alberto Garzón, hayan prosperado y las “puertas giratorias” se han convertido en paisajes naturales. Los casos más ostentosos e indecentes fueron los de Felipe González y José María Aznar, que previamente se dedicaron a privatizar muchas empresas públicas estratégicas.
Debido a la gran oposición que tuvo de sus correligionarios de Izquierda Unida y de los simpatizantes de izquierda en general, a Alberto Garzón no le quedó otro remedio y desistió en formar parte de la empresa privada Consultora ACENTO creada por los “socialistas” Pepe Blanco y Antonio Hernando del PSOE y Alfonso Alonso del PP. Este tipo de empresas se dedican a asesorar a otras de diversos sectores, para mediante los contactos de políticos de renombre poder acceder con sus lobbies a las instituciones y conseguir contratos ventajosos.
¿No conocía Alberto Garzón a quienes estaban al frente de ACENTO, como el mismo Pepe Blanco?. Éste de entre sus muchas indecencias, fue uno de los principales protagonistas paran segregar del municipio de Villanueva de Aurosa, la Isla de Aurosa que hasta principio de los 80 del siglo pasado, era realmente fabulosa habitada por unos pocos pescadores que tenían sus viviendas integradas en el paisaje. Pero ahora ya cuenta con su propio municipio con cerca de 5.000 habitantes, como consecuencia de la gran especulación a la que ha sido sometida. Por supuesto, una de las mansiones más amplias y ostentosas es la suya.
El ejemplo que iba a dar Alberto Garzón con este tipo de personajes no iba a ser nada edificante. Rectificó y afortunadamente para él no se le podrá aplicar la celebre frase: “dime con quien andas y te diré quien eres”.