“Mi patria son los trabajadores”(frase de los últimos mensajes que pude intercambiar con él).
El 28 de octubre, recibimos como jarro de agua fría la muerte de Alexis, gran conocido y admirado camarada que militó en el PCPE, participó activamente en la lucha contra los desahucios, colaboró con todos los movimientos de la injusticia social en España y que finalmente tomó la dura decisión de trasladarse a vivir a la República de Donestk, en el año 2014, cuando se intensificaban los ataques contra un pueblo que luchaba por su autodeterminación dentro de un país que ya era irremediablemente bastión de la financiación grosera de los EEUU y que apuntaba con su injerencia militar, sus bases y sus tanques, a Rusia. La matanza de los sindicalistas en Odessa, por las milicias ultra nacionalistas en mayo de 2014 que dejaron 46 ciudadanos ucranianos prorrusos, 214 heridos y 172 detenidos le marcó para siempre, decidiendo con todas las consecuencias, defender in situ, el derecho de los pueblos a elegir su futuro y la soberanía del Donbás. Fue acogido como hermano de clase en un territorio hostil castigado por el yugo del imperialismo atlántico. Allí encontró su casa, su familia y pudo materializar su proyecto de vida revolucionario, no cesando nunca en la lucha anti fascista. Se convirtió en un auténtico experto en todo tipo de armamento militar, era un lector apasionado de todos los procesos sociales históricos, como no, de la URSS. Se ha ido muy pronto, demasiado pronto, tenía 36 años. La escabrosa financiación con presupuestos públicos de los gobiernos europeos a la criminal organización atlantista, nos ha arrebatado la vida de un compañero y camarada, (la de muchos otros también, 85.000 soldados con nombres y apellidos), que convencido a tal nivel de sus ideales comunistas, nunca dudó de participar contra la bestia imperialista, nutrida y alimentada por fondos que pagamos esos trabajadores que éramos su Patria.
Héroe y víctima de un sistema depredador capitalista que está desolando al mundo entero en una vorágine de saqueo de sus propios recursos naturales, continuo, sin tregua, contra pueblos como Yemen, Siria, Libia, Yugoslavia, Palestina, que convivieron y hoy conviven entre bombardeos diarios, entre hambrunas, entre muerte y desolación de sus hombres, mujeres, niños inocentes, que nacen y mueren bajo conflictos armados de la dictadura de un capital enfermo de poder colonial donde ejecutan sus matanzas sin que ningún organismo internacional ponga freno a una organización militar creada para destruir al planeta en beneficio exclusivo de sus arcas y de su casino financiero asesino y obsceno manipulado con frases y palabras de paz y democracias bañadas de sangre.
Todos somos responsables de su muerte, mal acostumbrados a más de cuarenta años del brazo armado de occidente, si no llamamos y no nos organizamos contra los gobiernos europeos para abandonar las posiciones belicistas, la OTAN y la UE. Si seguimos educando a todas las generaciones en la normalización de las guerras, no hay futuro alguno para la clase trabajadora.
Alexis era un guerrero por la Paz Internacional. Si queremos hacerle justicia, si queremos que se sienta orgulloso de nosotros, los suyos, debemos emprender una lucha contra el cementerio europeo de los generales estadounidenses del Pentágono, manifestando la consigna de V.I. Lenin; “Guerra a la guerra”, la de las clases populares contra la guerra imperialista.
Que tu tierra, que te vio luchar, te sea leve.
Hasta siempre, comandante Alexis.