Alguien le ha pintado colmillos de vampiro y cuernos de diablo en esa foto que sale con la boca cerrada, los labios casi apretados. Almeida, Martínez Almeida, aspirante a alcalde: otra vez después de lo increíblemente mal que lo ha hecho durante su legislatura. No gusta. No se le quiere.
Pregunto y no encuentro a nadie que hable bien de él. Todos opinan igual en el distrito Retiro.
ES UN MENTIROSO. NO TIENE PALABRA.
PARECE MÁS INTERESADO EN COMPLACER A EUROPA QUE A LOS HABITANTES DE MADRID.
Almeida ha conseguido labrarse una sólida y unánime impopularidad gracias a aceras que estaban perfectamente y que -en ocasiones- ha cambiado por otras iguales por completo, a obras interminables que han complicado la vida a los madrileños durante meses y que ha rematado de modo tan chapucero como en la recién remozada calle del Doctor Esquerdo donde puede verse un carril en dirección sur con una flecha pintada en el suelo que apunta a un bordillo de considerable altura; ya hay marcas de las ruedas de coches que no han logrado esquivarlo (véanse las imágenes que ilustran este artículo). Al conductor lo obligan a seguir recto y se encuentra con un bordillo. Así es Almeida: indica que sigas recto y te planta un bordillo en medio.
Almeida, tras decir lo contrario en su campaña electoral, ha hecho suya la guerra frontal contra todos los propietarios de vehículos antiguos, so pretexto de que contaminan. Naturalmente no deja a ningún propietario de vehículo que mida lo que contamina su coche: hay infinidad de pequeños vehículos sin distintivo que contaminan poquísimo. Y quien vive en Madrid y suela ir a buscar a sus nietos al colegio a partir de 2024 ya no podrá hacerlo en ningún caso porque a los madrileños que vivan dentro de la llamada ALMENDRA les obligarán a tirar su coche a la basura. Independientemente de que esté perfecto y contamine menos que otros más nuevos. La contaminación real no se mide, sólo se mira la matrícula.
Llega a tal extremo el deseo de Almeida de complacer a Europa con el tema de la contaminación, que incluso las personas con minusvalía -ancianos de 80 o 90 años con minusvalías de más del 80% cuyos coches conducen para llevarlos de un lado a otro sus hijos- tendrán que deshacerse de su vehículo excepto si está modificado para que lo conduzca directamente el minusválido: mi padre ya no puede valerse por sí mismo pero sube y baja de su propio coche cuando yo lo llevo y traigo a uno u otro sitio. Quienes no sean ricos para comprarse uno nuevo se quedarán sin coche para siempre; condenados a ir al centro médico en taxi, si es que pueden permitírselo, en lugar de que los lleven sus hijos.
¿Es por eso que no sonríes, Almeida? ¿Por eso te pintan en las marquesinas colmillos y cuernecitos? ¿Porque te importan un bledo los ancianos y los más desprotegidos? Y también los buenos administradores: gente que tiene un coche maravillosamente cuidado desde hace 20 o 25 años y que tendrá que tirarlo si tú vuelves a salir de alcalde. Podrías limitar los kilómetros de circulación a los coches viejos, o limitar las horas de circulación, o darles trato de coches históricas si son propiedad de mayores de 65 años, o cualquier otra medida similar; porque hoy día con Internet y los GPS sería muy sencillo. Pero no. Es mejor aplastar al buen administrador y al anciano, a cualquiera que sea frágil económicamente.
Quizá te ganes así el aplauso de Europa, y también el afecto de los fabricantes de coches, pero piensa -hombre que no sonríe ni siquiera en los anuncios de su campaña política- que jamás ha habido un alcalde tan impopular como tú en el distrito Retiro de Madrid; y se supone que sus vecinos son mayoritariamente votantes de tu cuerda. Pero tiene toda la pinta que esta vez van a utilizar esa cuerda para quitarse de en medio a un alcalde que viven y sienten como si fuera su peor enemigo.
