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Andalucía, tus recursos se agOTAN

20 de Julio de 2024
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Andalucía, tus recursos se agOTAN

Hablemos claro, una guerra nunca son por dicotomías ideológicas ni por mejorar la vida de la gente sino por acumulación de recursos (riqueza) y poseer una mejor posición geopolítica frente al mundo.

Además, en una tesitura de cambio climático y modelo productivo insostenible la acumulación de recursos y tu posición sobre el mapa geopolítico será clave para tu supervivencia. De ahí, las apariciones de más guerras en ese afán de la adquisición de unos recursos que cada vez son más escasos y parece que sumado a nuestro consumo irresponsable no parece mejorar tal situación.

El globo parece dividirse en dos posiciones: occidente, comandado por EEUU, Europa y Japón, entre otros; y resto del mundo, protagonizado por                                                                                                                                                                                                                                      BRICS (China, Rusia, India, entre otros). Por ello, tu disponibilidad de recursos dependerá en gran parte al equipo que pertenezca y uno de los instrumentos que se utilizará para la adquisición de determinados materiales naturales será la maldita guerra, a veces, bélicas y, a veces, comerciales entre ellas. En esta línea, ¿Andalucía, a cuál equipo quieres pertenecer?

Este contexto de bipolaridad en el mundo se debe en gran parte que, por un lado, a las acciones socioeconómicas de los países “desarrolladas” que componen la OTAN donde han ido perfilando un mundo con una fragante desigualdad tanto entre los territorios como en el interior de ellos. Por otro lado, han ido emergiendo otras regiones que no sólo se han puesto a la vanguardia económica sino, incluso, tecnológica que parece suplantar al poder de occidente después de décadas en el segundo plano.

Los países de las OTAN fueron los adalides de la globalización, caballo de Troya del siglo XX, donde pregonaban que el mundo iba a ser más igualitario. Y nada menos de la realidad debido que los ricos cada vez son más ricos y los pobres más pobres. Asimismo, los salarios del trabajador medio han ido cayendo mientras las rentas de los altos directivos y de los capitales han ido creciendo.

Un ejemplo de los anterior es la “deslocalización”, instrumentos potente de la globalización, ya que permitió que fabricas enteras se fueran a países menos “desarrollados” teniendo, por ello, los trabajadores de esas firmas buscar otro empleo, eso sí, de menor calidad. También, parecía que los empleos nuevos que iba traer estas empresas en estos países menos avanzados iban ser de condiciones de trabajo adecuadas y la única intención era aprovechar su legislación más laxa en términos sociales, laborales, tributarios y medio ambientales. De ahí, algunas de éstas empresas instauradas en estos países han conllevado guerras para la apropiación de sus recursos naturales trayendo consigo todo tipo de violencia en sus calles donde el único camino era la migración y, posteriormente, cuando llegan a las vallas ya sabemos cómo los del “norte” les reciben “cariñosamente”.

Esto último, ha propiciado que algunos de estos países adquieran tecnología y se pongan al mismo nivel que los occidentales. Este panorama es justo ya que todos debemos tener las mismas opciones tecnológicas pero no a consta del deterioro de las condiciones laborales de occidente puesto que vemos cual ha sido el resultado: desigualdad, brexit, extrema derecha y rebobinación de derechos, entre otros. De hecho, se ha perdido una oportunidad para redistribuir oportunidades para todos y todas, pero eso jamás es la intención de los que gobiernan el mundo.

Pues bien, la OTAN sigue de cumbre en cumbre reuniéndose los países aliados para defender a la población de la amenaza rusa. Sin embargo, durante décadas, ellos y ellas mismas abandonaron la sociedad a su suerte socioeconómica debido al establecimiento de políticas (privatizaciones, desregulación de los mercados, libertad de capitales) que sólo protegen los intereses de una élite ahogando así las oportunidades de la mayoría.

Aquí la única amenaza existente es la desigualdad orquestada por esos mismos países que alardean de “desarrollados” y que por sus decisiones con la complicidad de la cúspide empresarial nos desamparáis, a la mayoría, con un mercado laboral sin esperanza; al resto del mundo en guerra; y una juventud universal sin futuro.

Igualmente, sois los mismos que agrietan uno de los pilares fundamentales de la democracia que son los medios de comunicación que con vuestras mentiras pactadas distorsionáis y manipuláis el voto electoral, matando a la propia democracia. Por tanto, sois una “gran corrupción” en cualquier esfera socioeconómica.

La solución de la OTAN no debe subrayarse en más gasto militar sino invertir en un modelo productivo que no contamine y podamos revertir el cambio climático para que de una vez por todas los recursos no escaseen más todavía y podamos reducir a cero las guerras.

En este sentido, los objetivos del desarrollo sostenible (ODS), comandados por la ONU, hacen oídos sordos ya que al parecer los únicos objetivos que preocupan son el incremento del gasto militar a toda costa y permitir que Israel masacre, sin ningún tipo de impedimento por parte de instituciones internacionales, a todo el pueblo palestino. Así que dónde queda el cumplimiento del objetivo número 16 que escribe la ONU: “paz y justicia” de los ODS…

A ver si empezamos ayudar a los países con problemas y dejemos que gestionen y controlen sus recursos pero sin tanques, pistolas y bombas ya que demasiadas esquelas habitan en sus campos debido a las malas maneras de los países que forman parte del grupo de whatsapp de la OTAN.

En el caso andaluz, hablar de la OTAN es hablar de la Unión Europea y del centralismo que con sus mismas maneras socioeconómicas nos ha llevado a que según Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y Exclusión Social (EAPN-A) el 38,7% de la población andaluza está en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Esto pone de manifiesto, nada más y nada menos, que “uno de cada tres familias andaluzas (1d3andaluz)”, aproximadamente, son desiguales con todo lo negativo que esto implica socioeconómicamente; y ya no sólo Andalucía sino para cualquier nación que posea tal desastroso dato.

Además, nuestra nación posee dos bases militares provenientes de los EEUU. Algunos y algunas pensarán que eso tiene aspectos positivos como: 1. Seguridad y defensa, la presencia de bases militares de Estados Unidos en Andalucía puede contribuir a la seguridad y defensa de la región y de España en general. La colaboración militar entre ambos países puede ayudar a hacer frente a posibles amenazas y crisis internacionales; 2. Cooperación y entrenamiento, las bases militares de Estados Unidos en Andalucía permiten la cooperación y el entrenamiento conjunto entre las fuerzas armadas de ambos países. Esto puede favorecer la interoperabilidad y la coordinación en operaciones conjuntas; 3. Empleo y economía, la presencia de bases militares puede generar empleo directo e indirecto en la región, así como impulsar la economía local a través del gasto en servicios y comercio por parte de personal militar y sus familias.

A partir de esta exposición de aspectos positivos, ¿merece la pena mendigar unos puestos de trabajo por: uno, ceder soberanía en cuestiones de seguridad y defensa; y dos, el impacto negativo en el medio ambiente de la nación andaluza, a través de la contaminación del suelo, aire y agua, así como de la generación de residuos y desechos tóxicos? Sinceramente, no podemos permitirlo ya que la soberanía de un país en este tipo de cuestiones y la calidad de nuestra naturaleza paralela de un cambio climático que nos acecha está por encima de cualquier interés ajeno al andaluz.

Andalucía, tus recursos se agotan a merced del interés de los de siempre; es decir, de la élite tanto política como empresarial que gobierna la OTAN. Por ello, la única dignidad que nos queda es el andalucismo para erradicar el 1d3andaluz que hoy sufrimos, siendo así el único rayo de luz en estos tiempos de oscuridad societaria. Sus reivindicaciones relacionadas con la raza, género, orientación sexual, edad, y etnia, entre otros; y su lucha por defender los “dolores” de Andalucía son el único instrumento que nos queda para que la OTAN y las guerras no acaben con nuestros recursos.

De lo contrario, si no nos alzamos con el andalucismo la guerra, finalmente, asomará en las puertas de nuestras casas. De ahí, la importancia de tener presencia andalucista en el Parlamento Europeo el próximo 9 de junio con las elecciones europeas.

Ahora, en tiempos donde los recursos y la democracia se van agOTANdo en Andalucía, es momento de un “andalucismo alternativo” en Bruselas.

Viva Andalucía libre NO NI NA

X la revolución de los desiguales…

 

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