73586046.jpg

Ante las elecciones del 9 de junio

06 de Junio de 2024
Guardar
Miremos por todos, no por unos pocos

Es la primera vez que se nota una cierta movilización ante unas elecciones de ámbito europeo. La percepción que se ha tenido hasta ahora en el sentido de que Bruselas nos pillaban lejos y no servían de mucho ha resultado ser falsa porque, como se ha visto en el último quinquenio, no han sido pocas las cuestiones interesantes para nuestro país que se han resuelto en Bruselas. Y todo a pesar que el PP y VOX, solo han utilizado la UE para vender como negativos, aspectos positivos y logros del gobierno de coalición. No hay duda de que la ambición y ganas insoportables de hacerse con el poder por parte de Feijoo, no ha ayudado para nada a nuestro país. Da la impresión, o al menos es lo que piensa mucha gente, de que la derecha española prefiere, de largo, que las cosas vayan mal para poder alcanzar el poder.

Pero su impaciencia, y el conocimiento de que no van a derrocar al actual gobierno en buena lid, es decir, ofertando un programa social, económico y medioambiental más al gusto de la gente que el del gobierno de coalición, hace que el PP y VOX recurran al bulo y a la hipérbole como única arma de “destrucción masiva”; eso sí, apoyados por los poderes fácticos, especialmente la judicatura. Muchos jueces actúan más como “brazo armado” que como togados que imparten justicia. Los ejemplos del juez García Castellón con sus autos de quita y pon, y del juez Peinado empeñado en amplificar la denuncia de “Manos Limpias” contra Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez, pese a que ni el fiscal ni la Guarda Civil han dicho que no hay caso, son casos paradigmáticos de militantes de derechas.

Y a todo esto, la ultraderecha aparece como una opción importante a la hora de jugar en el próximo período de sesiones un papel obstruccionista en lo que se refiere al futuro de Europa, aunque no acaben de ponerse de acuerdo sus líderes nacionales en cómo organizarse: la última propuesta del mandatario húngaro, Viktor Orban, diciendo que se junten la italiana G. Meloni y la francesa J. M. Le Pen con él, dejando fuera a otras extremas derechas como VOX, ha sido lo último que se ha dicho. Está por ver cómo se organizarán, pero lo que está muy claro es que para partidos que están en contra del cuidado del Medio Ambiente, de la inmigración, y defienden solo lo identitario, está muy claro que lo suyo no es construir Europa sino romper todo lo que se pueda.

Este es el horizonte que se avecina, con una socialdemocracia venida a menos y con los partidos a su izquierda no demasiado boyantes, en el siguiente quinquenio veremos de todo, para mal de todos. Y debemos alegrarnos que las políticas de nuestro país, con sus defectos que los tiene, han ido bien en muchos aspectos; el hecho de levantarnos hoy con la buena noticia de que el empleo está ya en 21,3 millones, y subiendo, por lo que la gran asignatura pendiente de nuestra democracia, el paro, sobretodo el juvenil, puede estar desapareciendo y acercándose el pleno empleo, es algo que nos debe alegrar. Ahora quedan dos cosas muy importantes: que los salarios sean más altos y que no se vayan vivienda, que tiene que estar más a mano de la gente más joven para que puedan emanciparse.

¿Quién va a resolver estos problemas si no es la izquierda? El que piense que lo resolverá la derecha será un iluso. Para el PP más VOX queda la agitación por la Amnistía, hasta que un día pasen de ella y pacten con Puigdemont, y por Begoña Gómez que, para los dirigentes del PP, el simple hecho de haber sido llamada por el juez Peinado ya convierte a ella, a Pedro Sánchez, y al PSOE en corruptos.

Que no nos pase nada.

Lo + leído