Antonio Aguado Sánchez

Los antisistemas cambian de bando

25 de Febrero de 2025
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Los antisistemas cambian de bando

La aparición de Podemos para la izquierda fundamentalmente el Partido Socialista, incluido muchos de los hijos de sus dirigentes que llegaron a expresar el apoyo a la organización morada, fue como una especie de bocanada de aire fresco llegada en el momento preciso, debido al desgaste electoral que estaba padeciendo el PSOE.  

Todo empezó con la aparición previamente del Movimiento 15M en mayo de 2011. Por mediación del mismo y desde este entonces, se produjeron espontáneamente y en espacios abiertos de muchos municipios de todos los territorios,  encuentros y asambleas abiertas y participativas, en las que se daba la oportunidad a las personas para que libremente expresaran, sus opiniones, reflexiones y propuestas que estimaran oportunas para hacerle frente a la situación tan difícil que nuestro país estaba atravesando, como consecuencia de las secuelas que había dejado la crisis política, económica y social de 2008 y también el descredito de la clase política etiquetada como casta.

Era realmente aleccionador ver como un movimiento salido de la nada, estaba tan bien organizado respetándose las intervenciones, lo que se exponía y las propuestas que se sometían en las asambleas y eran aprobadas. En este sentido, estaba claro que el Movimiento 15M era claramente antisistema. De esta forma cada vez se consolidaba más, hasta llegar a crearse el partido político Podemos que se presentó ante la sociedad el 7 de enero de 2014.

Las expectativas que en un principio había causado, se iban incrementando en todas las primeras elecciones en las que participó, como ocurrió en las elecciones generales de diciembre del 2015 cuando obtuvo 20,68 de los votos y 69 diputados. Después de un acuerdo con Izquierda Unida se formó la Coalición Unidos Podemos, en la que se integraron con grupo parlamentario propio: Compromis-Podemos-És el Moment de la Comunidad Valenciana, En Comun Podem por Cataluña y En Marea por Galicia, obteniendo esta referida coalición 71 diputados en las elecciones de junio del 2016.

Ya desde el inicio de Podemos y como consecuencia de las luchas internas, incluyendo depuraciones de algunos cofundadores y, por no haber articulado un proyecto homogéneo que le identificara, paulatinamente fue decreciendo su apoyo y así, en las elecciones generales de abril del 2019 obtuvieron 42 diputados y, en las de diciembre de ese mismo año bajaron a 35 escaños. Estas elecciones fueron como consecuencia de no producirse un acuerdo entre el PSOE y Unidos Podemos, con arreglo al resultado de las anteriores y esto propició el ascenso de Vox de 24 a 52 diputados.

Todo esto le ha venido pasando factura a un Podemos totalmente irreconocible, con arreglo al de sus inicios, cuando con sus reivindicaciones llegaba muy bien a una gran parte de la sociedad y fundamentalmente a los jóvenes, sobre todo a los más formados muchos procedentes del mundo universitario, como demostraban durante la experiencia del 15M en sus exposiciones y propuestas. Posteriormente estuvieron apoyando a Podemos al identificarse con sus discursos y expresiones antisistema, con frases en contra de la casta política y que iban a “tomar los cielos”.

Por esto tendría que ser muy preocupante que este importante segmento de la población, más concretamente los jóvenes de 18 años a 25 el 26% según las encuestas, manifiesten su simpatía y apoyo a Vox. Significa que, si se eleva de los mencionados 25 años a 30 o más aún 35, el apoyo a esta organización política de extrema derecha sería bastante mayor.  En consecuencia, les estará llegando y convenciendo los discursos populistas y llenos de bulos y mentiras de Santiago Abascal y compañía.

Nada de extrañar, si se toma como ejemplo lo sucedido con Ramón Tamames que, de ser un comunista y sufrir represión durante el franquismo, fue nada menos quien presentó la moción de censura de Vox al gobierno de Pedro Sánchez. Otro ejemplo es el de Joaquín Leguina que, habiendo sido presidente de la Comunidad de Madrid entre junio de 1983 hasta junio de 1995 por el PSOE, se ha pasado a las filas de la reaccionaria Isabel Díaz Ayuso.

También son preocupantes las encuestas que contemplan el sentir de los militares y policías, manifestando con un 47% identificarse igualmente con Vox. Contando con el Partido Popular ese porcentaje se incrementaría considerablemente. El discurso antisistema sigue latente, pero ahora lo utiliza el reaccionarismo de la derecha extrema del PP y el fascismo de la extrema derecha de Vox. Aparte de sus voceros oficiales, cuentan con medios de comunicación afines y las opacas redes sociales que se lo posibilitan. Es evidente que España no es una democracia plena, tal y como manifestó en varias ocasiones Pedro Sánchez. Con todo lo que hay en contra, es cuestión de que los demócratas hagamos causa común y exijamos que de verdad se proceda a la regeneración de la democracia.   

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