«Echemos de nuestros yacimientos a esa tropa de piojosos turistas y residentes británicos, alemanes, holandeses y hasta rusos y árabes. ¿Quién los necesita?»
Así se postula su Señoría Pobre Diablo Ramírez, Ministro de Suicidio Colectivo y Destrucción Masiva, refiriéndose a todos aquellos negacionistas que se oponen a la extracción de «arenas curiosas» por parte de World Sand Technology. La polémica se produce tras conocerse que toda la Costa del Sol y el Levante de arriba abajo constituyen un megayacimiento en sí del preciado elemento salado: arena de playa, vital, como se sabe, en la fabricación de tal y tal. Así, habiéndose procedido a cercar, con carácter de urgencia, millones de kilómetros cúbicos, así como a pergeñar las convenientes expropiaciones de cientos de miles de segundas viviendas, incluyendo campos de golf y hotelazos, el proyecto se tambalea ahora como resultado de la fatal intervención de cuatro ecologistas barbudos y tres perroflautas sin nada que hacer que, aburridos, y en nombre de los boquerones y chanquetes, reclaman un sentido común que a todas luces a ellos no les sobra. Su trágica intervención ha sido suficiente para convencer a los propietarios de que la razón es suya. ¡Hablamos de progreso, señoras! Los tiempos cambian al minuto y en este preciso que ahora vivimos se cotiza bien alta la arena de playa turística. Los de World Sand sabrán mejor que nadie lo que conviene a sus bolsillos, por ello son los expertos. Y la misión de todo gobierno progresista y moderno y resiliente ha de ser apoyar toda iniciativa para avanzar en la Transición Egocéntrica y luchar contra el Cambio Cataclismático a la manera que Bruselas y los Fondos de Imposición dicten, porque así está escrito en la Agenda y el Programa, que van a misa por la Gracia de Cobertura. Tomen ustedes, perroflautas y extranjeros desagradecidos, ejemplo de la mayoría de los españolos y las españolas, que callan y transigen porque, como bien dice el lema de partido que más beneficia a nuestra Patria: «¡Ellos sabrán!».
Sí, amigas. Dejemos que World Sand Technology y todas las empresas y Fondos del mundo vengan a España a llevarse la arena, cuanta más mejor, por Europa y el Cambio Cataclismático y la Transición Egocéntrica. Preocúpense ustedes de actualizar sus perfiles en redes sociales y dejen hacer a los que saben. «Más vale lo malo conocido», así comienza nuestro más preciado refrán, nuestra centenaria «hoja de ruta», aquella que nos depositó en el presente momento y que mejor expresa nuestra idiosincrasia ibérica.
Aprobemos los decretos de marras ahora mismo, en vacaciones, cuando nadie presta atención. ¡Por Essspaña, una y esclava!