Confieso mi perplejidad. Oigo y veo la alarma (al menos aparente) de los responsables europeos. Si se va la OTAN de Europa estamos perdidos- dicen. Hemos de rearmarnos hasta con un 5% de nuestro PIB o nos espera ver a los caballos rusos abrevar en la Plaza de la Cibeles. ¿Cómo no voy a estar perplejo? Sabemos gracias a Trump que la responsabilidad de la guerra de Ucrania fue de Biden. Bueno, lo sabemos por otras muchas fuentes fiables (la propia Victoria Nuland entre otros) pero ya es oficial.
Putin advirtió antes de invadir que estaba dispuesto a no hacerlo si Berlin y Paris se avenían a poner en marcha los acuerdos de Minsk. Berlín y Paris hicieron oídos sordos. Eso lo acaba de decir Macron. Se produce la invasión y los inexpertos e inocentes ucranianos firman una paz con iniciales. Llega el acuerdo a Washington y Biden lo rechaza y pregunta como es que se ha podido firmar la paz. Y ellos contestan que Putin no quiere tierras y está dispuesto a retirarse de las ya conquistadas en el Donbass. Biden replica que el problema no son los territorios ucranianos sino la OTAN. Boris Johnson es enviado a Kiev a explicar la situación. Y ahora sabemos gracias a la revista Time que Biden nunca creyó en la victoria de Ucrania. Deseaba una guerra larga que desangrase a Rusia.
Trump no solo ha revelado ese secreto de Polichinela sino que ha ampliado el campo de la verdad. Las revoluciones de colores del espacio postsoviético y sobre todas ellas el Maidan ucraniano, son obra de la CIA y de Soros. De gritos de libertad de una sociedad harta del yugo mongol, nada de nada. Soborno puro y simple. Y ahora pasemos de las musas al teatro. ¿Si todo eso es verdad y lo es de manera incontrovertible, que hacemos pidiendo armarnos hasta las cejas? ¿Si Rusia no tiene la culpa de nada a que vienen estos militarismos desnortados? Armarse sí, en el caso de España. Nuestras fuerzas armadas llevan descapitalizadas muchos años y su situación es simplemente inadmisible.
Por otra parte sabemos todos que el dinero van a administrarlo de la manera mas exigente y sin sombra de corrupción. Pero de ahí a un 5% del PIB parece absurdo. Ahora mismo gastamos ya el triple que Rusia. Pasar al 5% sería armarnos como si el discurso anterior a Trump, el de hostilidad, hubiese sido verdad. Pero ya sabemos que no lo era- y gracias a una confesión de parte. Lo que hemos de hacer los europeos, ahora que ya sabemos de manera fehaciente lo sucedido, es volver a 1990 y al acuerdo que ofreció Alemania, inclusivo y sin OTAN y solución final al problema de Eurasia. Pues si el modelo inclusivo alemán se adopta ¿Cómo podría Rusia invadirse a si misma? Lo enuncio de otra manera. El discurso de Trump invalida el relato de que estamos en peligro y de que necesitamos defendernos de Rusia. Lo que necesitamos es volver al “ni una pulgada” original que se le prometió a Gorbachev. Y terminar de una vez con esa anomalía que es una OTAN defensora de un orden inexistente.
De 1975 a 1990 vivimos quince años de distensión que terminaron en cuanto Bush padre rechazó el plan alemán para sustituirlo por un modelo neoimperialista de inspiración británica, según el cual lo vital para Occidente era evitar la unión entre Alemania y Rusia. Así que yo defendería volver a todo lo que la OTAN se llevó. Disminución de fuerzas convencionales, política de cielos abiertos, fin de los cohetes de alcance medio en Europa, vuelta al ABM, sobrevuelos concertados de operaciones militares…la vieja distensión abortada por los neocons, luego wokes. Y una vez que hayamos vuelto a ese mundo que nunca debimos abandonar y sabiendo ya que la hostilidad rusa era impostada, iniciar un proceso de armarse, según convenga o no, en la medida en la que lo exija el nuevo modelo de relación estratégica con Rusia. Nada de un determinista 5% injustificado.
Sería un gran momento de la política exterior española presentarse en Moscú y decir que ha terminado la época de la hostilidad y que con esta administración se abre el espacio de un nuevo Helsinki. Ello nos pondría en los buenos libros tanto de Washington como de Moscú, que buena falta nos hace. Esto no tiene nada que ver con estar de acuerdo con MAGA o con Putin sino con la realidad. Recordemos que Churchill firmó con Stalin ir a la guerra contra Hitler. No por ello dijo que el Gulag estuviese bien ni que los procesos de Moscú fueron ejemplares. Simplemente juntaron fuerzas contra el enemigo común. Aquí se trataría de lo contrario. Juntar fuerzas con el amigo común. Es mas simple y simpático. Y si ya de paso se pusiese fin a la anomalía de la escasa presencia española en el espacio postsoviético mejor que mejor. Pues si Defensa necesita fondos, Exteriores está exangüe. No hay Embajadas ni el Bielorrusia, ni en el Caucaso ni en Asia Central salvo Kazakstan. Tampoco en Mongolia, llevada por una élite abierta a negocios y cooperación internacional. En fin, creo que valdría la pena dar una oportunidad a la razón y no al miedo al ridículo y a la dimisión que atenaza a toda la clase política europea. Moscú y Washington esperan que alguien recoja el testigo de su reencuentro anunciado. ¿Por qué no España?