La cohesión que los nahuas mantenían en la zona maya a traves de los itzaes, se fue desmoronando una vez que los aztecas fueron vencidos. Los pueblos mayas, cada vez mas independientes, con un gobierno propio de un “halachuinic”; el verdadero hombre, luego aumentaron las rivalidades entre ellos, unos se aliaron a los españoles como los xiues. Los itzaes huyeron hacía zonas incontroladas por ellos: al Peten; al sur; a la sierra; a la selva; a las cuevas y; a las islas. Los ungidos, los sanadores, nahuales y chamanes eran los más buscados. Los itzaes no eran como los aztecas en cuanto a coraje por ser libres, aun cuando obedecían al religioso y al conquistador seguían con su tradición y los combatían. No cedieron fácilmente a la religión cristiana, por tal motivo el Vaticano reconoció su habla como lengua litúrgica. Es falso que del puerto Polé (Xcaret) los itzaes partieron a poblar el mundo Maya como dicen citando la Historia de Yucatán de López Cogolludo y la Historia y Religión de los Mayas de E. Thompson. Lositzaes llegaron ahí cuando empezaron a comerciar por las costas de la península.
A los itzaes los españoles los veían cimarrones, huidizos, idólatras que se alejaban a los montes para adorar a sus antiguas deidades. “Era de la gente más mala y de más traiciones que haya en el mundo descubierto por el imperio, no mueren como cristianos, sino por traiciones, por guerras, por adorar al demonio. Son alteradores, causantes de la agitación que busca el control de las poblaciones, enemigos de la iglesia y de las autoridades. No hay verdad en ellos, ninguna cosa que se pueda aprovechar, no tienen remedio, no son criaturas a salvar, hay que exterminarlos.” Sostenían relatores de la iglesia y militares de la época. No podían entender la continuidad mítica de su origen en el mundo, aquel maya “huido” respondía a la necesidad de mantener la estabilidad de ellos con la naturaleza.
La ocupación de los sabios, sanadores, chamanes, nahuales era; conservar, componer, enseñar, recoger, difundir la palabra y los cantares de la cultura maya. R. Luxlan y P. Balam en “Sueño del camino Maya” y otros estudiosos han señalado esta tradición del relato revelado de verdades abisales. Así como la mariposa monarca migra anualmente a una parte de México obedeciendo a un código genético, puede que en los mayas viaje un “gen cultural” como el buscado por los tibetanos en la reencarnación del Lama. Los mayas inquirían los “ojos de los abuelos” en recién nacidos, si uno los tenía, lo cuidaban hasta que hablara para ver sí usaba palabras que nadie le enseñó. Y al relatar su sueño de cosas que contaban los antiguos, concluían que sería un h-menob; un sabio lector de los signos y escucha de los dioses. O, un dzadzac (yerbero); un ah-kin adivino; un yoot ́m frotador que expulsa males de los músculos; un uscinah-bac sobador de huesos; un ah-botbat predictor del tiempo por llevar la cuenta del pasado y del presente. Por conservar su cultura eran considerados enemigos del cristianismo. Por el miedo a ellos y a sus libros, Diego de Landa quemó como 50 códices, demolió estelas y jeroglíficos. Él y sucesores persiguieron y torturaron con sadismo inquisitorio medieval a los chamanes al menos hasta la muerte de Jacinto Canek en 1760. Los libros empiezan a desaparecer, igual los chamanes, nahuales y sabios indígenas. La mayoría se refugió en la selva, la sierra, las cuevas y en las islas. Durante siglos vivieron en las orillas de las poblaciones. Hay un episodio que devela tal persecución. Los últimos jefes autóctonos del Quiché fomentadores del Popol Vuh, murieron quemados por Pedro de Alvarado, en 1524. Se afirmaba que el libro lo poseía alguien de "identidad oculta", “que ya no se ve más” para que no fuera destruido. Como pasó con muchos códices.
El desarme de la conciencia en los mayas ha sufrido por lo menos cuatro etapas, la primera bajo el dominio de los aztecas, que aunque vencidos su población no disminuyó; la segunda por la conquista, la colonización y cristianización, su población bajó considerablemente; la tercera con la guerra de castas, casi los exterminan. A esta fecha algunos señalan que se perdió hasta un 95% de los Mayas existentes antes de la llegada de los españoles. Bajo la global modernización es la
presente. De manera que vivir en armonía con la naturaleza, con las antiguas palabras de su sabiduría tradicional y coexistir hasta con las piedras, sufre el embate modernizador del turismo, como otras vías de desarrollo crea “imaginarios” ventajosos y la vez insensibilidad ante atrocidades como la violencia, la impunidad, el saqueo, la contaminación de tierras y aguas, la deforestación de miles de hectáreas de selvas, que se tapen, alteren cenotes, ríos y lagos perdiendo el agua dulce, que rellenen humedales, que no se respeten áreas naturales protegidas internacionalmente. Todo pone en peligro de destrucción la biodiversidad, los ecosistemas y a las comunidades mayas por un proceso cultural degenerativo en su lengua, costumbres y vida cotidiana.
Crear un “imaginario” lleva el propósito de que la mayoría de la gente se informe y entienda de cierta manera, sin llegar al fondo de las cosas o a una verdad convincente, por lo que no sabrá dónde comienza la mentira para justificar el etnocidio o un ecocidio, por ejemplo. Los mayas saben de “salvadores” que llegaron con promesas y casi los exterminan, gracias a los sabios “huidos” sabemos de su filosofía, astronomía, calendario, arquitectura, irrigación, agricultura, urbanismo, medicina, caminos, navegación, escritura, juego de pelota y demás, de sabios que huyendo del abismo, de lo infundado, de la violencia hacia ellos y sus fundamentos revelados en imagen y voz, decidieron que su palabra, historia y rituales quedaran escritos y en la tradición oral. No exentos de sincretismo con el cristianismo, como cuando aceptaron la cosmogonía náhuatl.
La cruz facilitó esa amalgama religiosa. La Cruz de los mayas se encuentra en los templos, en los glifos de los códices, en los adornos de los edificios, en los dibujos de cerámica, en los huipiles, en el diseño de los pueblos, en el cálculo del tiempo, etc., etc.. Está en la lápida de Pakal en el Templo de las Inscripciones, en el Templo de la Cruz Foliada, ambas en Palenque. La vemos en la cruz de Bacab con los dioses de los 4 rumbos en 4 brazos iguales a diferencia de la cruz cristiana. Los 4 Cargadores del tiempo orientan sus energías anualmente alternándose; uno en cada una de las esquinas del universo, rumbos sagrados esenciales en la división entre cuatro del orden terrestre y celeste. Todas las cruces representan el cosmos y, en el centro el quinto punto cardinal. Una gran ceiba la asemeja, el árbol que sostiene el cielo, se le adora creyendo que de sus raíces surgió la raza maya.
Imaginemos lo que los conquistadores creyeron cuando vieron esas cruces, un milagro, Cristo en el Nuevo Mundo. Impresión parecida en los sacerdotes mayas cuando vieron que los españoles cargaban cruces. Los monjes españoles vieron en la cruz maya la herramienta perfecta para la cristianización, el símbolo que les facilitaría la conquista ideológica y religiosa. A pesar de que la religión y dioses nativos fueron proscritos y demonizados por la evangelización, la cruz con el cristianismo mezcló la cosmogonía maya antigua de la resurrección. Una cruz sería después estandarte de rebeldía en la guerra de castas; La Cruz Parlante, que les ordenaba a los mayas castigar de sobrenatural manera a los dzulo’ob (extraños) que no respetan su idea del mundo. La cruz parlante pronunciaba los oráculos de lucha y memoria popular de los cruzo ́ob.
D. Jones The Inscribed Markers of the Coba-Yaxuna Causeway and the Glyph for Sakbih y otros señalan que las zonas dominadas por los itzáes se convirtieron en productoras y, varios de ellos en comerciantes. Su comercio incluía productos selváticos, de la montaña, los cultivos de maíz, frijol, calabaza, amaranto, chile, tomate, cacao, fibras, una especie de algodón, recolección de miel y hasta figuras para rituales secretos. En este punto había rituales a cada etapa de la milpa; desmonte, roza, siembra, cultivo y cosecha, para dar vida a sus dioses y religión. La milpa generaba un sentido comunal, de convivencia para tener derecho al monte y regular su explotación por los miembros del pueblo maya. Con la domesticación de plantas, animales, de su producción y crianza, comercializarlos se convirtió en función estimada por los mayas. Tenían un dios del comercio, ek chuah, representado con un fardo para cargar y un bastón. Según leyenda, hermano de yum caaz o, ju’n ixim (dios del maíz) ambos hijos de Ix-chel ¿Cómo no la iban a adorar?.
El comercio necesitaba caminos, igual para las ofrendas, buscar remedios y demás. Los kusansun, sakbé, saqb'e (caminos) conectaban a varios centros principales desde Copan, hasta Chichen Itza con ramales a Cobá, Tulum, Yaxuna, Uxmal, Tikal y muchos. Pero se vedaban por las luchas entre caciques de los pueblos, de manera que la mercancía transportada por los Tememes(cargadores) seguido no llegaba a su destino. Entonces el comercio abrió rutas hidráulicas costeando la península para que los productos de Copan, de Quiririgua salieran por el puerto de Nito (Guatemala), hasta Ecab o Ekab (Cabo catoche), pasando por Xicalango en la desembocadura del Usumacinta, para conectarse por un entramado de veredas a los ríos Grijalba y Candelaria, llegando por tierra a Xicalango pasando por Yax ha, Bonampak, Palenque y otros puntos. De Xanantunich (Belice) se comerciaba con Tikal, de ahí a Ichpaatun, en la bahía de Chetumal, luego a Tulum, después a Hamancab (playa de Carmen), a Pole (Xcaret) de ahí a Ecab. De estos tres últimos lugares se iba a Cozumel. Ningun camino llevaba a Cozumel, originalmente. La ruta era igual de norte a sur de acuerdo con el ciclo de la cosecha. Después de la conquista los itzaes compartieron esta ruta y otras, interactuando con todos, auxiliando incluso a los misioneros en sus expediciones evangelizadoras.
En Nito (Guatemala) hay evidencias de la existencia de un tianguis periódico, donde se realizaban negocios comerciales. Había sanadores y chamanes entre ellos. Los mayas en los lugares de mercadeo tenían posadas que los colonizadores prohibieron por considerarlos lugares subversivos, creando casas de comunidad y mesones para vigilarlos y fiscalizar al negocio comercial. El tianguis será el único lugar donde se les permitirá comerciar, además de prohibirles navegar. Los Chamanes con la vigilancia asistían agazapados en la periferia del mercado. En los tianguis se usaba el cacao y las cuentas de jade como moneda de cambio, además del trueque por ejemplo; en un puño de sal por ropa, las partes debían reconocer de equivalencia para saber cuánta ropa equivale a determinada cantidad de sal. El Códice de Motul refleja algunos productores que comerciaban; «Ah Pakal Cacau», el cultivador de cacao, «Ah Con Tzatan», el vendedor de esteras y objetos trenzados, «Ah Con Cutz» el vendedor de guajolotes. Los comerciantes dominaban los dialectos mayas (unos 30) por tener un ancestro común: el Proto-maya. Scholes F.V. y Roys R.L.,The Maya Chontal Indians of Acalan-Tixchel dicen que las lenguas desde tabasco hasta honduras eran similares.
De Tayasal a Belice los itzáes articulaban el comercio, después de su derrota se convirtieron en proveedores de productos españoles frenando con ello la penetración a su mundo. Perdieron el dominio con los comerciantes de Verapaz (Guatemala) y con autoridades españolas ambiciosas. En Cahabón, Cobán, Ixtatán, etc., obtuvieron importantes beneficios. Los P'polom (mercados) en la plaza (Kii'wik) del lugar, se repetían en la costa de la península cada ciclo lunar y agrícola. Desde luego en Hamancab (playa de Carmen) y en Pole (Xcaret), de la raíz P'pol, relacionado con el “acto de mercadear” además de lo cultivado, criado se ofrecían; pieles, telas, trabajos de plumería, de orfebrería, de talabartería, de madera, figurillas y comida. La quinta avenida en playa del Carmen como mercado peatonal del consumismo y de la vanidad, no rememora el P'polom Maya. En Cozumel seguramente había varios sanadores, algunos ah kin y, h-men. Los comerciantes y familias de Ecab (Ekab), Chetumal, Bacalar, Muyil, Coba, Tankah, Tulum, Akumal, Hel-Xa, Chacalar, Xcaret, Acalán, Conil, Ichpatun, Ochtankah, Xcambó, Xamanhá, y Zamá y otros, aprovechaban el mercadeo para ir a Cozumel por remedios y negocios comerciales, ahí se iba a sanar, habia oráculos religiosos, calendáricos, astronómicos, históricos y adivinatorios. De las ceremonias se encargaban los sabios referidos, despues los huidos de pueblos “cristianizados” de; Homun, Maní, Pocboc, Tekax y otros. Es lo que observaron Diego de Landa el de la“Relación de las cosas de Yucatán” y López de Cogolludo interpretan esas travesías como herejías. No había peregrinaciones, 2 que 3 canoas con 5 o 6 remeros se acompañaban para ir a Cuzamil.
Señala uno de los Chilam Balam “Entonces se multiplicó la muchedumbre de los hijos de las abejas en la pequeña Cuzamil. Y allí fue la flor de la miel, la jícara de la miel y el primer colmenar y el corazón de la tierra”. La miel se usaba en enfermedades y sin abejas no hay cultivos. Desde Tulum ver aparecer la Luna llena sobre el mar, asociada a los solsticios, por el rumbo de Cozumel fue una señal muy significativa para que los sabios ah kin y h-men consideraran aquel lugar ideal para ser la voz de la diosa. Además era la dirección de la que llegaban las lluvias. Para los mayas de la costa oriental de la península la Luna creciente aparecía sobre la tierra, mientras que la menguante emergía del mar, reforzando la dicotomía entre ambas representaciones de; renacimiento y del estar en el mundo. La Luna decreciente desaparecía en el oriente de la isla, sus eventos debieran coincidir con las apariciones de otros cuerpos celestes, particularmente con Venus. El oeste era la dirección de la muerte mientras el este era la de los dioses.
Por lo que Cozumel en la última etapa del pueblo maya itzae (hasta antes de la conquista) se convirtió en centro del conocimiento, lugar para intercambiar información histórica astronómica, astrológica, calendárica y religiosa. Su posición con relación al horizonte, tanto al Oriente como al Occidente, ofrecía las condiciones propicias para la observación y medición de fenómenos astronómicos de especial importancia, como las salidas y puestas del Sol en los solsticios y otras fechas del calendario agrícola, así́ como para ver la Luna en sus distintas fases visualizadas por los mayas. Es lo que representa la pirámide de Ka’na Nah en San Gervasio, no es un templo dedicado a Ix-Chel.
Hay crónica de un ah kin, (la lengua, la voz) que ahí consultaban los mayas lo que querían, el ah kin se apartaba a un lugar y hablaba con la diosa Ix-Chel quien le respondía lo que le preguntaba. Él ah kin volvía con la respuesta, de manera que los mayas que se iban con lo que querían saber y, él ah kin recibía por ello presentes de sus cosechas, crianza o de la caza. Citando a Cogolludo, Thompson describe “Era una gran figura de cerámica unida a la pared del santuario con mortero. Detrás había algo semejante a una sacristía con una puertecita oculta que daba a la espalda del ídolo”. Además era hueco de barro cocido. Tecnologia que los mayas la obtuvieron de los españoles después. Y se imaginaron un altar cristiano. Los ah kin y h-men asesoraban a los señores del gobierno tribal, en el nombramiento de principales para los pueblos en el servicio de los templos, en la enseñanza de los jeroglifos, la elaboración de los códices. El conocimiento calendárico del ah kin señalaba las fechas adecuadas para la siembra, pronosticando la carga positiva o negativa de los dioses en los ciclos agricolas.
Los negociantes del turismo inventan la travesia sagrada de la Rivera Maya a Cozumel, con el propósito de adorar (no ocurre) a la diosa de la luna Ix-Chel. La puesta en escena dura 3 días, comienza con el arribo a Polé de los remeros recibidos en una ceremonia de “purificación”. Los canoeros son de la rivera, como el 50% trabajan en los negocios turísticos, menos de un 5% son descendientes mayas directos. Participan de edades distintas, mujeres la mayoría. Pueden cruzar hasta 50 canoas con 10 ocupantes cada una. Los canoeros entrenan dos o tres veces por semana por seis meses para poder atravesar el estrecho de 32 kilómetros en una fecha definida. Les significa tiempo y dinero y, reciben poco a cambio, las cortesías para ellos duran unas horas, si desean permanecer en los parques deben pagar como un cliente. Participan unas mil personas, unos defendiendo su empleo, otros su negocio, una gran parte lo hace por deporte y distracción. Sostienen sus promotores que es un esfuerzo por recuperar una tradición prehispánica, fortalecer el valor de una cultura ancestral que refuerza la identidad del estado de Quintana Roo, estimulando el sentido de pertenencia de la comunidad local. No es una tradición rescatada. No existió. Declaran que la meta era crear una actividad como atractivo turístico la cual conecte con la raíz histórica del lugar, cree comunidad en un presente multicultural de la Rivera, avive el destino no solo como de sol y playa sino tambien con turismo cultural, fomentando el patrimonio histórico prehispánico de la zona, considerada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.
En cuanto a contribuir a la identidad de Quintana Roo con base a la cultura maya, es muy laudable cuando la mayoría de sus habitantes son mexicanos de otros lares. Buscar la identidad estatal en los descendientes mayas directos en el estado (11% de su población total) es todo un reto. Una identidad en la segunda lengua mas hablada entre los indígenas mexicanos. Que los mayas no sean parte del escenario para la foto, ni se queden como “voluntarios”. Vale la pena intentarlo iniciando con estaciones de radio que trasmitan en esa lengua; que la nomenclatura de los espacios públicos de los centros turísticos sea en maya; mas programas educativos, deportivos y de difusión de “lo Maya”; fomentar la artesanía y los productos cero kilómetros. Que los descendientes mayas del estado (unos 230 mil) segregados ancestralmente, sean exentos del pago de impuestos y de servicios. Son los propietarios originales de la naturaleza, los sitios arqueológicos y el paisaje. Para fijar a la Rivera Maya como destino historico-cultural hay que corregir la información que deja en los turistas una imagen distorsionada por versiones comerciales sensacionalistas de la civilización maya. Con aseveraciones falsas, mal documentadas, llenas de mitos distorsionados, increíbles rituales irreales históricamente, espectáculos lúdicos de luz, llamas, truenos y con cierto salvajismo, que tanto gusta a los gringos. El patrimonio histórico-cultural de muchos países (Grecia, Italia y otros) son el origen del turismo, pero la gran mayoría de turistas actuales no viajan por motivos culturales. Y los negocios turisticos se centran en lo económico, no en una reivindicación de la historia, las costumbres y el capital intelectual de los pueblos. Muchos turistas viven aislados de la población local, en“guetos”, sus encuentros con ella se limitan al trato asimétrico con el personal de servicio. De todas maneras, la proporción modesta de visitas puramente instructivas (cada vez en aumento) obliga a pensar en las actividades didácticas culturales en los destinos turísticos. Una política pública para el turismo cultural debe dar pasos para salvaguardar la naturaleza, la arqueología, la biodiversidad y la cultura de la región. Los animales, las plantas, los cenotes, las cuevas, las montañas, los ríos y las piedras, todo es fundamental en el pensamiento maya, no son entes ajenos a ellos en la naturaleza.
Para explotar con fines turísticos tal legado, no tan inmaterial o simbólico como unos pretenden, hay que cuidar sus tesoros construidos y no construidos no sean explotados irracionalmente por patrones y turistas frívolos, deshonestos, confundidos, incultos. Ni por multinacionales turísticas que vendrían a explotar el espacio y el paisaje, depredar la ecología en una lógica de rapiña utilitarista indiscriminada. Evitar la apropiación del espacio histórico; el tráfico de piezas arqueológicas y de especies; la folclorización de la cultura maya; el remplazo de sus ritos y dioses por símbolos inventados y vendibles.
En ese tono, el grupo Xcaret fue demandado por usar elementos de la cultura maya en publicidad, productos y servicios. El Indautor mexicano dio trámite a la queja de los representantes del Gran Consejo Maya en base a la Ley Fedederal de Protección al Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas. Xcaret hace uso intensivo y mercantil de la lengua maya, artesanías, vivienda, vestimenta, costumbres, así como rituales, ceremonias, festividades y lugares ceremoniales, dice la demanda. Los voceros de Xcaret sostienen recuperan diversas tradiciones con un staff de historiadores, antropólogos y expertos en temas mayas, pero para otros su “recreación histórica” es una puesta en escena, una diversión, un sueño lúdico. Las medidas precautorias consisten en abstenerse de publicar en cualquier medio y comerciar en cualquier modalidad, productos y servicios de características mayas o en su cosmogonía. Incluye parques, hoteles, transportación, paquetes turísticos y tours en las que se utilicen elementos. Y se deberán retirar de las páginas de internet dichos elementos. Tal vez afecte a la travesia maya.
Volviendo al turismo hay gran riesgo que a traves de esta actividad se falseé el desarrollo de las comunidades como sucede en las reservas indígenas americanas con los casinos. Habrá que tener cuidado con esto y otras, las actividades lúdicas de los paises expulsores de turistas que los locales tienden a imitar. No volver a una relación colonialista con un turismo conquistador del pasado y presente maya, con invención de falsas tradiciones ó, por identificación con el extranjero dominante y orientador de aspiraciones de vida porque es el cliente al que hay que satisfacer, aún a costa de la dignidad. Es el reto dificil ahí donde se vive del turismo de sol y playa, donde los turistas y residentes no buscan conocer la importancia cultural de donde pisan. Por que se han creado valores e identidades contrarios a la cultura maya. Donde la delincuencia, la prostitución, la pederastia, la criminalidad, el fraude, la drogadicción, el cobro de piso, formas “parásitas” de comportamiento, especulación del suelo, son los reales obstáculos de cualquier política de turismo cultural.
La actividad turística, recreativa y deportiva de la travesia remando hacia Cozumel es muy buena idea para recuperar su memoria histórica, valorar su sabidúria ancestral, asi como sus actuales habilidades, recuperar la palabra y el vocabulario maya, el significado de su territorio y evaluar el riesgo de su capacidad ecológica con una población en crecimiento de acuerdo al agua dulce y servicios disponibles. Considerar que el consumo medio de agua de un turista oscila entre 450 y 800 litros en (hoteles, restaurantes, los spa, el golf, los parques temáticos y el gasto municipal en servicios de higiene). Barcelona impuso una moratoria hotelera para limitar el número de visitantes. Las Baleares ha restringido a tres el número de cruceros diarios. Cuantos serían paraCozumel según su capacidad eco sistémica ¿cuatro, seis?. Las Canarias, también están poniendo límites porque se saturan de visitantes en verano.
Buscar que la travesía sea dos veces al año, de acuerdo a la dualidad de la diosa lunar de los mayas, una en primavera para la diosa joven y otra en otoño para la diosa abuela. Aprovechar la experiencia participativa en la travesía, el ejemplo de trabajar en equipo para lograr remar tantas horas, la solidaridad y cooperación trasformadas en amistad comprensiva, notar en los canoeros el aumento del orgullo de vivir en la Rivera, saber del cambio de perspectiva de cada uno de ellos cuando lo trasmite a su familia y amistades. Por lo que Cozumel y, otros puntos de la costa deben reforzar esta actividad aclarando las fallas históricas. Que Cozumel, por uno o dos días, se convierta en referencia para la salud física y espiritual de la Rivera Maya. Con gratuidad y ofertas accesibles en diagnósticos, consultas, curaciones, terapias y otros servicios relacionados con la salud. ¿Es mucho pedir?. Sobre todo después de la pandemia que tanto dañó al turismo.