Lo tenga o no lo tenga, no será fácil que lo cante, al menos de momento, pues la ex fiscala general sigue atrapada en la maraña institucional que tanto obliga a callar, mientras la ex vicepresidenta, que se ha apresurado a decir que a ella también le han ofrecido el Consejo de Estado, eligió la libertad de palabra que se le puede consentir a la diputada rasa que es ahora.
¿O quizás Sánchez no le ofreció algo que le convenciera lo bastante para obligarle a callar todo lo que sabe?
En cualquier caso, una libertad para hablar que nunca será tanta como la que practica alguien que, aunque sea igual de ex ministra y de socialista, en este momento sólo es profesora de universidad en Extremadura.
Sí, se trata de Trujillo diciendo que “Ceuta y Melilla son de Marruecos”, quien sabe si pensando en el futuro de este viejo imperio que sigue siendo incapaz de resolver sus últimos jirones con la diplomacia suficiente para minimizar perjuicios y, si fuera posible, conseguir algo a cambio.
Abriré un paréntesis serio para decirle a Sánchez que no nos cuente milongas sobre los saharauis, pues no disfrutamos mientras el rey de Marruecos se ríe de él y de todos nosotros. Pero también pesimista, para constatar lo mucho que siguen influyendo quienes no tuvieron bastante con el desastre del 98 tras lo de Cuba y necesitan seguir perdiendo fuera de mala manera para alimentar los odios con los que sembrar nuevos miedos entre nosotros.
Pero esto de hoy iba de ambas ex. Primero Calvo.
5 de agosto de 2020. Es imposible olvidar el gran ridículo al que se vio obligada cuando tuvo que declarar que “el rey emérito no huye de nada” y que “Felipe VI estaba haciendo un trabajo impecable”.
9 de mayor de 2022. Ese día Calvo declaró a “El País” que “yo lo plantee, se barajó, se puso sobre la mesa y no se vio la oportunidad en ese momento, ni por parte del presidente del Gobierno ni por parte del PP ni por parte de la Casa Real”. Hablaba de reformar la inviolabilidad (igual a impunidad) de Felipe VI, sin la cual, todo hay que recordarlo, la “no huida” del emérito nunca habría tenido lugar, pues antes le habrían advertido de que no cometiera delitos.
Calvo dijo también que esas negociaciones se llevaron a cabo en 2021 y durante los primeros meses de 2022, fechas que llaman la atención, pues salió del gobierno en julio de 2021. Además, cabe preguntarse si “la mesa” donde “se barajó” esa ronda era la del Consejo de ministros, pues en algún sitio he leído que sus deliberaciones son secretas.
Antes de hablar de Delgado, un paréntesis para la legalidad constitucional.
El artículo 124.2 de la Constitución dice que “El Ministerio Fiscal ejerce sus funciones por medio de órganos propios conforme a los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica y con sujeción, en todo caso, a los de legalidad e imparcialidad”.
Ahora sí, Dolores Delgado.
Marzo de 2022. El fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, decreta el archivo de la investigación, a pesar de que deja constancia de la existencia de varios delitos fiscales y otros cometidos por Juan Carlos I, el emérito que vive en los Emiratos.
Por tanto, Delgado será, para siempre, tan responsable como Luzón de una interpretación inaceptable del artículo 56.3 de la Constitución, pues su alcance lo determina otro artículo, el 64, que deja claro que los únicos actos del rey de los que no es responsable son los que refrendan el presidente del Gobierno, el del Congreso o los ministros. Es decir, cuando el rey cobra dinero de unos jeques árabes y no lo declara al fisco, el responsable es el propio rey, salvo que esa operación aparezca autorizada en el BOE.
Julio de 2022. Dolores Delgado, fiscala general del Estado, cesa a petición propia, pasando a ser fiscal de sala en la Fiscalía Togada del Tribunal Supremo. Es decir, para seguir cobrando tendrá que seguir callando.
¿Hay alguna relación causa efecto, por pequeña que sea, entre las salidas de Calvo y Delgado de la primera fila de la política institucional y los contenciosos citados con Felipe VI y Juan Carlos I, respectivamente?
¿Se trató de los ceses sobrevenidos de dos altos cargos que, de repente, se sintieron incompatibles con el privilegio de un rey que parece medieval?
Los que gobiernan jamás responderán a esta pregunta porque el PSOE se suma a VOX y al PP a la hora de bloquear las propuestas de otros grupos parlamentarios a favor de las reformas necesarias para dignificar la política y la sociedad.
Por ejemplo, la de acabar para siempre con esta inviolabilidad igual a impunidad que permite al rey seguir cometiendo delitos. El PNV la llevó en junio pasado al Congreso y los partidos monárquicos citados la negaron con la excusa de un informe de los letrados. Como si los titulares de esos escaños no estuvieran para crear nuevas leyes o reformar las existentes.