Tal como ya apunté en mi último artículo titulado: Valencia, un mes después de la Dana, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se ha rodeado de empresarios corruptos, algunos provenientes de la Gürtel a quienes ha otorgado contratos a dedo, además de militares y puede que toreros, negándose al mismo tiempo a realizar ningún acto de reconocimiento hacia a las víctimas y sus familiares.
Eso sí, ha justificado su decisión de suprimir el tope del salario a los altos cargos de su gobierno con la excusa de querer rodearse de los mejores y, según noticias, tiene en previsión levantar la prohibición de nuevas construcciones en cerca de 1.100 hectáreas de terrenos que se hallan en zonas declaradas como inundables. Con ello asegurará a sus amigos poder construir en un futuro próximo.
Si bien todo esto es cierto, también lo es que la ciudadanía valenciana no está de acuerdo con su, de momento, continuidad al frene del gobierno. No solamente la sociedad civil se ha organizado de forma ejemplar en su respuesta a la DANA, haciendo un trabajo espectacular que ha suplido la inoperancia de su gobierno, sino que el pasado sábado volvió a manifestarse masivamente exigiendo la dimisión de Mazón: Más de cien mil personas recorrieron las calles del centro de Valencia, de nuevo con un gran clamor que es mucho más que la simple denuncia de la inutilidad y el cinismo de éste politiquillo para convertirse en el lema de la gente que no quiere que las cosas sigan como antes y quiere cambiar la inercia del País Valenciano.
Sabemos que la dimisión de Mazón no se producirá de buen agrado, porque el personaje ya ha demostrado tener la piel gruesa y la cara muy dura, sin entendimiento alguno y una sensibilidad inexistente, pero debería terminar fulminado. También debería acabar depurando responsabilidades ante la justicia: hay 222 muertos y cuatro desaparecidos en esta tragedia, gran parte de los cuales se hubieran evitado si Mazón y su equipo hubieran estado en su sitio el pasado 29 de octubre, haciendo el trabajo por el que los valencianos les pagan el sueldo. Su irresponsabilidad, su dejadez, ha sido a todas luces criminal.
Un buen amigo, con quien comento mis artículos, me ha hecho el siguiente comentario; Mazón continuará al frente de la Generalidad Valenciana por dos razones, primero porqué le apoya el partido y segundo porqué piensa que si Diaz Ayuso no h abandonado su gobierno por 7.291 fallecimientos, ¿Por qué debería hacerlo él por tan solo un poco más de 200? Su razonamiento no es tan descabellado como parece a primera vista.
El bombardeo mediático y judicial del PP, con sus medios y jueces afines, abriendo acusaciones contra el gobierno y el presidente español tratando de desviar la atención de la vergonzosa gestión de su gobierno en la Generalitat Valenciana, también se acerca, peligrosamente, al ámbito de lo delictivo: la justicia no debe favorecer a los partidos políticos, ni la prensa esparcir difamaciones. En cualquier caso, la embestida de la derecha y la ultraderecha españolas a partir de la DANA, con una lluvia de mentiras cada vez más espesa, tiene efectos sociales e institucionales profundamente tóxicos.
También efectos contraproducentes para sus propios intereses. En el País Valenciano es como si la catástrofe fuera un punto de inflexión a partir del cual se abre la necesidad de iniciar otra etapa. una manifestación no es suficiente para cambiar las cosas, pero es un buen comienzo. Trabajar contra el turismo de masas y en defensa de la memoria democrática. Tanto un caso como otro falta concretar las vías de expresión política, pero la fuerza civil está ahí y representa una ciudadanía democráticamente madura y, por tanto, exigente.