«Maó no tolera la violència masclista» (Mahón no tolera la violencia machista) dice una señal en la plaza del ayuntamiento de la misma localidad menorquina.
Me pregunto que se le pasará por la cabeza al alcalde de Mahón colocando esa señal.
Acaso cree que la violencia, sea del género que sea, cesará inmediatamente después de poner esa señal. Algo tan ridículo solo se le puede ocurrir a personas con poca actividad intelectual, que sigue las doctrinas de una ministra de «igualdad», traumatizada quizá por algún desafortunado desenlace en su vida, y que estamos sufriendo el resto de los españoles.
Puede ser también que no solo siga las doctrinas de ministros, ministras o «ministres»como se suele decir hoy en día, sino que esa placa cuesta una cifra monetaria que va «más allá» del gasto destinado a su fabricación.
Es indignante pensar que políticas como las que se están llevando a cabo hoy en día por la mal llamada Violencia de género, estén causando tantos estragos en la sociedad española, sobre todo la infantil y adolescente, que el día de mañana, saldrán engañados, engañadas y «engañades» al mundo real, y la mayoría, esperemos que no, se tomaran como actitud agresiva el simple hecho de que alguien se quiera acercar a ligar.
Hay de todo «en la viña del señor» y todos, todas y «todes» sabemos que hay mucho ruin desalmado en la vida, pero no olvidemos que nuestros tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, padres, y generaciones y generaciones de miles de años atrás ligaron con alguien para poder tener esa familia que tarde o temprano nos tocó heredar.
Es más triste saber que con ese título de esa señal lo único que deja claro es que se rechaza la violencia proveniente de los hombres, como si algunas mujeres fueran una mosquita muerta y no hubieran acosado, violado o asesinado a otros seres vivos de igual o diferente sexo, sean sus parejas o incluso sus propios hijos.
Nada más lejos de la realidad; no creo que nuestro «informado» alcalde esté al corriente de la primeras noticias de «violencia de género» en nuestro país en este recién comenzado 2023, en donde una mujer ha asesinado a su pareja, un hombre, envenenándolo, y luego procedió a suicidarse; ni mucho menos que de las últimas del 2022 fue el asesinato a disparos de dos crías de 9 y 11 años a manos de su madre, una agente de la G. Civil que inmediatamente también se suicidó. Pero claro, son noticias que no saldrán nunca en los medios.
Me gustaría saber si el señor alcalde se ha sentado a analizar la diferencia entre lo que es una violación y la violencia.
Si me lo permite yo se lo explico y sírvale a todo aquel que me esté leyendo.
Una violación es un acto de violencia hacia una persona, cuyo móvil es abusar sexualmente de su cuerpo, generalmente producido por un hombre hacia una mujer, y digo generalmente, no siempre, ya que también se dan casos contrarios; mientras que la violencia es un acto agresivo que no tiene género, pudiendo ser solo verbal muchas veces; se puede dar en ambos casos y el móvil no es el abuso hacia el cuerpo ni nada relacionado con el sexo. Se produce en un domicilio, en la calle, en un supermercado…, y a nivel conyugal puede darse como chantaje hacia la otra pareja, por alcoholismo, por no querer compartir una custodia o unos derechos… muchas veces pagándose desgraciadamente con la vida incluso de los menores, que sí que no tienen la culpa de nada.
Así que señor alcalde, llamémosle a las cosas por su nombre y haga usted el favor de quitar esa señal de la plaza que sale de mis impuestos y yo no he consentido que se use para dicho destino.
Como sugerencia: «Mahón rechaza la violencia»
Por cierto, y acabando, sepa usted que mientras escribía esta carta el corrector ortográfico no ha hecho más que señalarme solo las palabras terminadas con «e» y es que escribir «todes, engañades, ministres…» es la mayor aberración lingüística de nuestra lengua española, y vergüenza le debería de dar seguir la línea de una ministra que seguramente no aprobó la asignatura en su día.