Cuando en las presentes Elecciones aparece después de la parafernalia que se ha montado por y en pro del sector independentista, una participación del 57.9% o lo que significa la mismo, un 42.7% de abstención a uno le da por pensar que, mediante la misma, se consolida el hartazgo político que este País viene sufriendo y venimos sosteniendo en estas mismas páginas.
Recordamos que, en las pasadas elecciones, en la trágica época de Pandemia, la participación en 2021 fue de un 53.56%, prácticamente la misma que en las actuales.
Debe ser, que algunos mensajes dirigidos a la sociedad catalana por el sector independentista no han debido cristalizar en la misma, convirtiendo la abstención en una/s respuesta/s combativa/s.
Respuestas, que adelantábamos en nuestra anterior Columna días atrás, titulada: "Nuevo Proscenio en las Elecciones Catalanas".
En la misma se vertían nuestros particulares sondeos realizados en Barcelona, tales como "no veo suficiente maduro al sector independentista como para hacer frente a una independencia"; "estos señores no me representan"; o "no estamos preparados ni España ni nosotros, para estas aventuras". Eran muestras generalizadas de un sector de la sociedad de Barcelona en cuanto a desacuerdos.
Estimamos, que al no haber alcanzado los partidos independentistas su propia mayoría, se podría ralentizar el impulso independentista, planteándose dudas sobre la dirección futura del movimiento y consecuentemente se abre un punto de inflexión importante que, probablemente influirá en la política catalana y española en los próximos años.
Y es que 2.300.000 electores aproximadamente no hayan votado, coincidiendo con los anunciados inicialmente como "indecisos", no cuadra
De acuerdo con los resultados, tendríamos un posible tripartito mayoritario para formar Gobierno: con PSC (42); ERC (20); Comunes (6) = 68 (Mayoría). Pero este planteamiento tampoco cuadra.
¿Pasará factura Puigdemont a Sánchez por los siete votos que le hicieron presidente de España? y solicitará aquél ser de Cataluña?
Un servidor si fuera Salvador Illa, aún no me fiaría de llegar a presidente.
Ya comentaremos sobre la estrategia que les mencionaba en dicha Columna, respecto a apertura de entablar otros capítulos negociadores en el escenario político catalán, sobre un estatus de Cataluña dentro de España....
Lamentable la foto final de familia de ERC en la derrota y el rostro de Oriol Junqueras. Por cierto, no aparecía Gabriel Rufián.
En fin, demasiadas emociones políticas para estas horas de madrugada, preguntándome ¿A ver si resulta que tenemos dos Maquiavelo en España, y sin enterarnos?
Continuaremos comentando.