El próximo domingo los catalanes y las catalanas deciden su futuro. Se juegan avanzar a partir del diálogo y los acuerdos o seguir en la confrontación, en la ruptura y en la división.
En la primera cuestión, está demostrado con hechos que los socialistas hemos sabido pactar con los nacionalistas catalanes por el bien de España y también de Cataluña.
En la segunda, nos encontramos con una Derecha donde sólo ha sido capaz de embarrar el terreno, dividir, romper y confrontar poniendo etiquetas de “buenos catalanes” y de “malos catalanes” en función de si sirven a sus intereses o no. Un tremendo error que hemos pagado muy caro todos los españoles. No sólo los catalanes.
Cataluña debe ser siempre esa tierra de oportunidades y para ello, queda claro que esa voluntad está en el programa del Gobierno de Coalición Progresista donde el Presidente del Gobierno ha puesto a Jordi Hereu en un ministerio clave como es el de Industria de forma que la labor mediadora del Ejecutivo haga posible la vuelta de las empresas a Cataluña. A fe que se está consiguiendo gracias a la gestión del ex-Alcalde de Barcelona en una maniobra acertada de Pedro Sánchez.
En el terreno autonómico, la apuesta por Salvador Illa nuevamente abre una vía donde el cambio se abra paso a partir del diálogo, del consenso, la mesura y la moderación huyendo de extremismos de uno y otro lado pues está demostrado que no llevan a nada bueno.
Me parece también interesante ver a un candidato que habla de reforzar los servicios públicos así como poner atención en un gravísimo problema que existe hoy en Cataluña como es la sequía apostando por la construcción de desaladoras de forma que el abastecimiento de los pueblos y las ciudades de Cataluña esté garantizado.
Cataluña y España necesitamos un tiempo de solvencia, mesura, buen hacer y sobre todo gestión. Algo que por desgracia, no se ha visto en estos años. Y es que un político lo que debe hacer es lo que se le exige en la calle siempre: velar por el interés general tratando de satisfacer sus necesidades más básicas dejando atrás asuntos que en la realidad de la calle no surte efectos positivos.
Recuerdo que en los temas como la amnistía, hace mucho tiempo el Presidente del Gobierno dijo que los temas de la Política deben tratarse en el campo de la Política y no judicializarse. Algo en lo que estoy totalmente de acuerdo
Creo que es lo más adecuado que debe hacerse y decirse porque no he creído nunca que la Justicia deba meterse en temas que no son de su incumbencia. A todo ello, dio respuesta hace siglos Montesquieu con la separación de poderes que propugnó en aquella Francia que marcó un antes y un después en la Historia poniendo los cimientos necesarios para la existencia de unos estados modernos y acordes con lo que el Humanismo requiere.
Por todo ello, para alejarse del ruido, la confrontación y la bronca Cataluña debe apostar por el reencuentro entre catalanes y también entre españoles. Lo dijo Salvador Illa en la pasada campaña y vuelve a decirlo ahora y si lo remarco aquí es para que quienes le critican y le acusan de cambiar de opinión o de guión, decirles que quienes tenemos memoria, podemos decir que nunca ha cambiado su forma de pensar ni de hacer Política. Eso es algo que le da más valor si cabe al ex-Ministro de Sanidad. Por eso, vayamos por ese camino. Todo lo que no sea eso, será seguir perdiendo tiempo y oportunidades tanto Cataluña como España.