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Censura previa

07 de Marzo de 2017
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He oído unas declaraciones llamativas de la nueva portavoz de Podemos en el Congreso. Se quejaba de que los periodistas se han impuesto la autocensura para evitar que los medios para los que trabajan los echen con cajas destempladas si alaban a esta formación.Estas declaraciones, hechas, por supuesto, en un tono de suficiencia similar al que emplea su líder carismático Iglesias, resultan extrañas. Acaso son realmente una advertencia, “de dónde vienes, manzanas traigo”. Una llamada de atención para seguir estando siempre en primera plana. Y subiendo.Para que nadie les tosa. Y si alguien les tose es un cobarde que se ha vendido por un plato de lentejas.Lo que podría deducirse, por el contrario, es que si no se loa lo suficiente a este grupo político se puede acabar en la cuneta. El periodista o el medio. Advertencia sutil, muy del gusto de esta intelectualidad.Porque no hay que olvidar que Iglesias realizó unas afirmaciones muy preocupantes hace ya algún tiempo en defensa del control de los medios de comunicación que, eso sí, olía a censura previa, a totalitarismo del más rancio y trasnochado.O no tanto porque, en el otro extremo, Trump también está usando su particular estilo para amordazar a la prensa intentando convencer a su electorado de que, en realidad, la prensa es el enemigo público a combatir. El monstruo al que defenestrar de una vez por todas. Y manda callar a unos y otros en las ruedas de prensa, insulta, incluso, a quienes no son de su cuerda o se atreven a formular preguntas no complacientes.Los extremos se tocan.Tampoco hay que ser ingenuos: aquí la Prensa, como todo, como todos, tiene sus amores y sus odios. Se deja querer, a veces, se tambalea. Puede no estar en su mejor momento. La Asociación de la prensa emprende también acciones por posibles presiones de otro tipo. El gobierno, se dice, hace lo que puede para llevar el agua a su molino y nadie lo denuncia…Pero siempre ha sido así, desde que hay libertad de expresión. Y aquí no llevamos tanto, por eso, a veces, se tienen tics extraños de autoritarismo. Una nostalgia de aquella censura previa que tanto hacía discurrir a los periodistas más valientes para acabar diciendo algo de lo que querían y no podían decir.El humor de la Codorniz colándose por los vericuetos del régimen. Ahora falta algo de sentido del humor. Si se ejerce, se es tachado de simple. Hay que tomárselo todo en serio. A mí, desde luego, me cuesta mucho tomarme a todos estos en serio. Menudo aburrimiento.La prensa: un poder. Pero no el Poder.Desde el poder siempre se va a querer controlar a los medios de comunicación. Lo preocupante es que se quiere controlar ya, antes de conseguir el poder.Copar los medios, estar siempre en el candelero mediático en primera línea. Y luego abominar del periodismo si no les gusta lo que se dice de ellos. Prensa libre, pero la suya, la de los que están con ellos.Un poquito de respeto y de tolerancia no estaría de más señora portavoz.
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