Conocí a Maria Jesús Montero en la caseta hispalense Mimoga, a la que yo pertenecía como consorte que en paz descanse.
Para los lectores no sevillanos, se suele prescindir del hecho de que la Feria y la Semana Santa son tramoya en que se cierran negocios y amores sin carmin en nuestra ciudad miarma.
Continuamente se informa que aquella caseta del ferial era de Alfonso Mir, un inteligente ex concejal sevillano recientemente infartado.
Sin embargo, la realidad es que quien la regentaba era Gómez de Celis, y fue a la que Pedro Sánchez acudió en las primarias que finalmente “ganó” a Susana Díaz.
Fue allí donde también llegó Sánchez a degustar –yo les recomiendo “La Gabriela”-, la manzanilla sanluqueña.
Celis andaba entonces llorando por las esquinas.
Manuel Centeno, -juez sevillano- había imputado a uno de los sirvientes de Arfonsito. Lamento no recordar el nombre del investigado, pero todo giraba sobre si se descubriría una presunta caja fuerte naturalmente ajena.
Sea como fuere, se lamentaba de que “si le veían con Pedro su carrera política estaba fenecida”.
A la vuelta, tras el almuerzo en una marisquería onubense, recuerdo como único comentario, “menos mal que Pedro se ha ido pronto”.
También la visitó y formó parte de ella Maria Jesus Montero. Era la prueba indeleble de que los idus de Marzo pronto alcanzarían a la pobre Susana.
Más adelante, -dejo enanitos sueltos para otro futuro artículo- fue Santos Cerdan quien apareció por la caseta de Celis. (Teliz como al parecer dicen le llama o llamaba Koldo).
Con el navarro, debo reconocer que se escondían más y hasta le reservaban el rincón del único ventilador que consolaba como al viejo coronel aquella carta que no tenía quien le escribiera.
Fue allí donde se cerró el equipo de Santos Cerdan en Ferraz. Esto es, donde “fichó” a algunos de los asesores de Arfonsito durante la etapa de Alcalde de Sevilla de Monteseirin.
Hay que darle las gracias a Celis por exiliar la “excelencia” sevillana.
Será por eso por lo que me extrañó haber leído sus declaraciones contra Santos Cerdan, al que, de obsequiarle con langostinos, le dedicó –en su caída- pinchitos morunos. La gente pierde la noción de los espacios.
Aquellas primarias fueron como los familiares de Celis presuntamente recomendados en Mercasevilla; o como la que fuera esposa del ex consejero socialista Vallejo a la que Arfonsito “rescató” mientras el primero se pudría en la cárcel y dicen que colocó - Sevilla estaba muy sucia- en Lipasam, donde la escoba suple el endecasílabo.
Ardo en deseos de quien aparecerá en la próxima Feria de Sevilla. Ya he reservado plaza, pero me temo que no veré a mi Mari Jesu...
Todo esto de Lipasam, de las presuntas y presuntos cajas fuertes, Montero y el ex Secretario de Organizacion del PSOE están en los aledaños de la mala sombra.
En la vida se perdona todo, hasta lo de las mujeres, que siempre son ajenas, como decía Amancio Prada; pero las cajas fuertes quedan registradas. (que se lo digan a Cristobal Montoro).
Atentos a las primarias para la Alcaldía sevillana. Será por eso que el nuevo casoplón de Celis en Madrid, tiene otro nombre en el buzón. Cosas del empadronamiento, que no es lo mismo que el padrinomiento.
Felipe González siempre fue un maestro, manque a mi me ponía más Alfonso Guerra. Será por eso por lo que apenas se le recuerda en el ferial o erial sevillano.
A Adriana Lastra (tomen nota), seguro que tampoco...