Debe de ser Pedro Sánchez entusiasta lector de Fernando Vizcaíno Casas, ya saben, fallecido autor de aquella famosa novela de finales de los setenta del pasado siglo titulada "...y al tercer año resucitó". Se refería, claro, a Francisco Franco alias " El Caudillo" que había muerto tan solo tres años antes. Como émulo ansioso de aventajar al maestro Vizcaíno Casas, Pedro Sánchez ha decidido resucitarlo, a Franco me refiero, pero no a los tres años de muerto sino a los cincuenta, que tiene mucho más mérito. Para ello, ha desdeñado el vudú y la oración y en cambio ha pergeñado no menos de cien actos destinados a una maratón de resurrección de todo un año. Más o menos un acto cada tres días. Poco me parece para tan extraordinario empeño, el de resucitar al viejo general cinco décadas después. Tal vez nuestro presidente quiera dar un constructivo ejemplo a los chinos, ya que Mao murió poco después, en 1976 y por tanto en 2026 se cumplirán también cincuenta años de su óbito. Si es que Pedro, el presidente del gobierno más progresista, feminista, inclusivo y sostenible de la historia de la humanidad, pueda ser convertirse además en todo un referente mundial en conmemoraciones.
Nuestro Pedro contaba tan solo tres años cuando Franco murió. No puede recordar mucho todo aquello. Por eso, ha decidido formar un " Comité de expertos".¿ Otro? ¿Pero expertos en qué? ¿Quiere asegurarse de que Franco se encuentre realmente muerto? Yo creo que casi seguro que sí. Que está muerto. Reconozco que no soy experto pero es cuestión de mera probabilidad. Bueno, a no ser que el nacional catolicismo que Franco profesaba le permitiese ganar verdaderamente la vida eterna y le concediese el poder de la materialización ectoplásmica. Esa si que sería buena. Que el dictador regresase como fantasma. Causaría un gran revuelo y debería intervenir Iker Jiménez, alguien a quien la televisión gubernamental odia profundamente con lo cual, queda descartado. Puigdemont no ganaría para reservar hoteles en Bruselas de tantos progresistas que pondrían pies en polvorosa enfrentados al espectro que no se si se haría acompañar de la Guardia mora para que el Rey de Marruecos rabiase un poco. Seguro que a Pepe Álvarez, secretario de UGT, le ha encantado la capital belga y no estaría molesto de cambiar el aburrido sindicalismo por la emoción del desterrado.
No obstante, creo que el aparecido no tardaría en sufrir de combustión espontánea tras percatarse del estado actual en que se encuentra España. Ya debilitado el espectro, podría ser presa fácil de un Feijóo que, en vista de su incapacidad política, habría hecho las oposiciones pertinentes de " cazafantasmas". Bien pertrechado de inyecciones vacunales y un artilugio protónico a modo de celda, incluso él sería capaz de reducir al aterrador ectoplasma franquista. Vale, teóricamente ahora está mal visto banalizar la figura de Franco como lo hago. Me dirán que en Alemania no se hacen risas con Hitler. Será porque no han leído " Ha vuelto", la famosa novela de Timur Vermes que ya tiene unos cuantos años y en la cual, el mismísimo Adolf Hitler despierta en la Alemania de 2011.
Pero volvamos a España. ¿Se imaginan ustedes a los tecnócratas del Opus Dei tipo Laureano López Rodó, político, abogado, jurista, catedrático y comisario de los planes de desarrollo enfrentados a un preparadísimo portero de garito nocturno como Koldo? Porque imagino que en los fastos de resurrección Franco retornará con su séquito infernal. ¿Qué pensaría Alberto Ullastres primer representante español ante la Comunidad Europea de Teresa Ribera tan ecológica ella? Ni punto de comparación unos con otros. Los actuales son, sin duda alguna, demócratas a carta cabal.
La verdad es que durante los años ochenta y noventa la mayoría de nosotros olvidamos a Franco y a su época. Yo tenía 14 años cuando falleció aunque me criaron personas que habían sufrido la guerra y las privaciones de la posguerra. " Si hubieses vivido la guerra no te dejarías nada en el plato" me decía mi abuela. Ciertamente no estaban, ninguno de ellos, ni la mitad de concienciados con Franco de lo que lo está el PSOE actual. Por eso y dado que España no sufre de problema alguno y nadamos en la abundancia, es fundamental que los jóvenes puedan rebelarse contra la figura del viejo dictador. Aunque hay que andarse con ojo no vaya a salir el tiro por la culata ya que los jóvenes suelen enfrentarse siempre al poder establecido. Que yo sepa, no es Franco quien lo detenta hoy en día. Es Pedro, más caudillo que cualquier caudillo aunque no por la gracia de Dios sino por aclamación de su parroquia. Y peor todavía, algunas comparaciones entre aquellas gentes y las actuales pueden ser no del todo favorables. Tal vez, solo tal vez, se estén pasando en la propaganda que ya se está haciendo muy cansina.