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El Coche Autónomo será bueno para la sociedad, o no, en función de cada legislador

10 de Octubre de 2024
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El Coche Autónomo será bueno para la sociedad, o no, en función de cada legislador

Para comenzar este artículo con una perpectiva real, en primer lugar hay que poner de manifiesto una diferencia clave entre lo que ocurre en Estados Unidos y lo que sucede en Europa, especialmente en España. En EE.UU., algunas ciudades han comenzado a experimentar con vehículos autónomos, pero en un marco regulatorio que, comparado con el europeo, es mucho más laxo. La Unión Europea y sus Estados miembros tienen legislaciones mucho más restrictivas y exigentes en cuanto a la protección del empleo, la seguridad en el transporte y la protección de los derechos de los usuarios. Por tanto, no podemos extrapolar las experiencias de EE.UU. a nuestra realidad sin hacer un análisis crítico de cómo esas tecnologías encajan con nuestras leyes y valores.

Por otro lado, es importante recordar que actualmente el coche autónomo no está regulado para su uso como vehículo de transporte público en Europa. Esto ya plantea un desafío legal. En España, la regulación del taxi se rige a nivel nacional, autonómico y municipal, y establece límites claros en el número de licencias, precisamente para evitar una saturación del sector y proteger así tanto a los trabajadores como a los usuarios y ciudadanos en general.

La Directiva Bolkestein excluye al Taxi de la liberalización:

Y aquí quiero hacer un recordatorio importante: la Directiva Bolkestein, que ha sido utilizada por algunos para argumentar a favor de la liberalización, excluye específicamente el transporte urbano de pasajeros, y además especifica literalmente al sectir del Taxi. ¿Qué significa esto? Que en caso de que se permitiera la entrada de taxis autónomos sin conductor, las administraciones públicas tendrían que indemnizar a los miles de taxistas y conductores de VTC que han accedido al sector cumpliendo con todas las normativas vigentes, bajo reglas de juego claras. Esto supondría miles de millones de euros del dinero de todos los ciudadanos, una carga que no podemos ignorar y que en muchos casos ni siquiera se menciona cuando se habla de la supuesta “innovación” de los coches autónomos.

Según estudio realizado por la Comunidad de Madrid, ya hay más oferta que demanda de servicios:

En Madrid, además, ya tenemos una situación donde la oferta de taxis supera la demanda. Esto ha sido confirmado por un reciente estudio encargado por la Comunidad de Madrid bajo el mandato de la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Si el sector ya está sobredimensionado, ¿qué sentido tiene introducir más vehículos, y más aún, hacerlo con tecnología que no está ni regulada ni demostrada para este uso en entornos urbanos como el nuestro? A esto hay que sumar los cerca de 9.000 VTCs que también operan en la Comunidad, lo que agrava aún más el desequilibrio.

El Coche Autónomo nunca es totalmente autonónomo:

Otro tema que es crucial abordar es la cuestión de la responsabilidad y supervisión humana. A día de hoy, no existe un coche autónomo 100% capaz de gestionar todas las situaciones del tráfico. En cualquier accidente, fallo o incidencia, debe haber una persona responsable, alguien que responda por los daños. Y aquí me gustaría poner un ejemplo muy claro: hace décadas que los aviones cuentan con piloto automático, una tecnología muchísimo más avanzada y probada que la de los coches autónomos y además en un tipo de transporte infinitamente menos masificado con muchísimo menor riesgo de colisiones y/o imprevistos. Sin embargo, los aviones siempre llevan no uno, sino dos pilotos humanos, además de contar con el apoyo constante de la torre de control, que es operada por personal humano altamente cualificado. A pesar de la tecnología, la presencia humana sigue siendo indispensable para gestionar imprevistos, emergencias y tomar decisiones en tiempo real.

Si ni siquiera en la aviación, donde el control automatizado ha avanzado tanto, con décadas de uso y mucho menor riesgo de colisión, se prescinde del factor humano, resulta impensable que en el transporte urbano, mucho más caótico y dinámico, se deje todo en manos de la tecnología. Además, cualquier vehículo, autónomo o no, necesita mantenimiento, reparaciones y supervisión constante, lo cual refuerza la idea de que, si en algún momento se permite el uso de vehículos autónomos en el sector del taxi, estos deberían ser gestionados por los actuales poseedores de licencias, asegurando así la continuidad de los puestos de trabajo y no su eliminación.

La Tecnología debe y PUEDE utilizarse en beneficio de la sociedad y no para perjudicarla:

Por tanto, la cuestión no es si el coche autónomo puede funcionar, sino cómo se implementa y quién se beneficia de su uso. Si verdaderamente se considera que esta tecnología es beneficiosa, debe ser en favor de la sociedad y no en detrimento de los trabajadores, que quedarían desplazados sin razón alguna, de manera totalmente innecesaria. De lo contrario, lo que estaríamos haciendo es transferir el beneficio de la tecnología directamente a grandes multinacionales, mientras los ciudadanos y pequeños autónomos pagamos los costos en términos de desempleo e indemnizaciones.

Aun implementando el coche autónomo al sector del Taxi, el conductor humano seguirá siendo imprescindible para un gran número de usuarios:

Esto es aún más evidente cuando consideramos los tipos de servicios que prestamos los taxistas hoy en día. Muchos de nuestros clientes, especialmente personas mayores o con dificultades de movilidad, dependen de la asistencia humana que ofrecemos. En muchos casos, ayudamos a subir o bajar del coche, cargamos sus compras, o incluso les acompañamos al médico o veterinario y cargamos con sus animales. Este nivel de servicio no puede ser replicado por una máquina, y es esencial para una parte significativa de la población que además son precisamente asiduos al sector del Taxi.

Que el coche autónomo beneficie o no a la sociedad, está en manos de las administraciones:

Finalmente, confío en que nuestras administraciones, tanto locales como nacionales, legislarán en beneficio de la sociedad. No se trata de evitar el progreso o bloquear la innovación, sino de hacerlo de manera justa y responsable. Si los taxis autónomos son el futuro, deben integrarse de forma que tanto los pasajeros como los actuales conductores y propietarios de licencias salgan beneficiados. No podemos permitir que la modernización se traduzca en la precarización del empleo ni en la destrucción de un sector que ha sido, y sigue siendo, esencial para nuestras ciudades y del que viven miles y miles de personas.

Estamos ante un problema global para todas las profesiones:

Y lo más importante: esto no afecta solo al taxi. Si abrimos la puerta a los vehículos autónomos sin una regulación adecuada, afectará a todo el sector del transporte: desde los VTCs hasta los camioneros, mensajeros y repartidores. Estamos hablando de una transformación radical que debe ser gestionada con cuidado y respeto por quienes dependen de estos trabajos para su sustento.

Estoy convencido de que nuestras autoridades sabrán encontrar un equilibrio, para que el progreso no signifique dejar a miles de familias sin sustento y que la sociedad española y sus necesidades no se queden en manos de unas multinacionales sin escrúpulos.

 

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