La confianza es un mecanismo que reduce la complejidad social y proporciona seguridad en la planificación y orientación hacia el futuro. Sin embargo, no garantiza certeza absoluta, sino que aumenta las posibilidades de reducir temporalmente la complejidad.
La confianza, en su sentido más amplio, es un elemento fundamental en la vida social. Sin confianza, incluso resultaría difícil levantarse por la mañana. Incluso sería imposible tener una desconfianza absoluta y utilizarla como base para tomar medidas preventivas, ya que eso requeriría confiar en otras direcciones. Todo sería posible y todo sería incierto.
El ser humano no puede enfrentar abruptamente la complejidad máxima del mundo. Mostrar confianza implica anticipar el futuro y actuar como si este fuera cierto. Podría decirse que a través de la confianza, el tiempo se invalida o al menos se minimizan las diferencias temporales.
La confianza se basa en el hecho de que el futuro tiene muchas más posibilidades de las que se pueden materializar en el presente y convertirse en pasado. La incertidumbre que existe es simplemente una consecuencia de que todos los futuros pueden convertirse en presente y, a partir de ahí, en pasado.
El futuro ejerce una carga abrumadora sobre la capacidad del ser humano para representarse a sí mismo las cosas. Debemos vivir en el presente junto con este futuro extremadamente complejo. Por lo tanto, debemos simplificar el futuro para que se equipare al presente y así reducir la complejidad.
La confianza, por lo tanto, amplía las posibilidades de acción en el presente, dirigiéndose hacia un futuro que, aunque incierto, se vuelve confiable. Es un mecanismo que reduce la complejidad y aumenta la capacidad del sistema para actuar de manera coherente en un entorno aún más complejo. Sin embargo, esta reducción de la complejidad no implica eliminar los posibles peligros.
Cada presente tiene su propio futuro, que es un panorama ilimitado de posibilidades futuras. Imagina un futuro en el que solo una selección de posibilidades se convertirá en presente. A medida que avanzamos hacia el futuro, estas posibilidades abren camino hacia la selección de nuevos presentes y, por lo tanto, a nuevas perspectivas futuras.
Aquellos que confían corren el riesgo de ser decepcionados. La confianza es una apuesta hecha en el presente hacia el futuro, y se basa en el pasado.