“Estudia lo que quieras pero escoge una carrera con salidas”. Me pregunto cuántas veces a lo largo del curso, aquellos que estos días se han enfrentado a la PAU, habrán escuchado algo parecido. Analicemos la frase:
“Estudia lo que quieras”... ¿y qué quiero? Recuerdo admirar a los compañeros de instituto que tenían una vocación clara frente a los que, como yo, teníamos diversos intereses y todos ellos diferentes entre sí. “Estudia aquello que se te de bien” decían, pero… ¿cómo voy a saber en lo que soy buena si lo único que he hecho hasta ahora es estudiar datos y vomitarlos en un examen? Hoy en día la educación es cada vez más competencial pero aún así creo que sería necesario incluir durante los años de la educación secundaria, más experiencias prácticas y más oportunidades para aplicar los conocimientos a contextos reales y actuales.
“Escoge”. Pasamos como un rebaño por el sistema educativo, apenas elegimos un par de asignaturas dentro de itinerarios establecidos y de repente… ¡puf! debes tomar la decisión que se supone que determinará el resto de tu vida. Digo “se supone” porque a pesar de la presión que ejerce sobre nosotros el sistema, siempre se está a tiempo de cambiar. Prueba, recorre distintos caminos, no pienses que estás perdiendo el tiempo, a veces saber qué es lo que no quieres es lo más importante.
“Una carrera”. Por supuesto una carrera. En mi época, hace diez años, estudiar una FP era sinónimo de fracaso escolar. Sin embargo, a día de hoy, aquellos que fracasaron en 2015 llevan más años cotizados que los que creímos en la promesa del título universitario.
“Con salidas”. Vivimos en un mundo de total inestabilidad política, económica y social, de cambios constantes, lo que valía hace una hora quedará obsoleto en tres días. ¿Alguien es capaz de predecir realmente qué profesionales serán necesarios dentro de cuatro o cinco años? Se nos habla de salidas pero no se nos enseña a construir los caminos para llegar a nuestras metas. Actualmente tenemos un millón de herramientas al alcance de nuestra mano para promocionar nuestros talentos, monetizar nuestras habilidades, divulgar sobre las cosas que nos apasionan y sobre todo para crear proyectos propios sin tener que pedirle permiso a nadie.
Una vez mi amiga Sonia, con la que por vicisitudes de la vida he perdido el contacto, me dijo: << Si realmente te gusta lo que haces, las salidas se encuentran solas >>. Grábense esa frase a fuego porque cada vez más a menudo, el entusiasmo y la constancia abren más puertas que cualquier máster.