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Contextualizando a Montoro y un antídoto contra la corrupción

07 de Agosto de 2025
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Caso Montoro Empresas
Cristóbal Montoro, en una imagen de archivo | Foto: Pool Moncloa

Todas las personas, desde las más corruptas hasta las incorruptibles, si es que existen, nos parecemos en algo y, por tanto, conocer las circunstancias nos permite evaluar mejor cada corrupción. Por eso, contextualizar es necesario y, como tenemos tendencia a convertirnos en jueces de los demás, no debemos olvidar que en muchos juicios se tienen en cuenta los atenuantes.

Y también los agravantes, que puede que en este caso sea lo procedente.

Montoro fue ministro de Hacienda con Aznar de 2000 a 2004 y durante aquella legislatura, al margen de lo que el hoy presunto pudiera ir tramando en beneficio propio de cara al futuro, millones solo teníamos ojos y oídos para aquella guerra de Irak en la que Aznar nos embarcó y que, para nosotros, concluyó con los atentados del 11M de 2004, cuya gran mentira sobre sus autores provocó la derrota electoral inesperada del PP liderado por un Rajoy que había sido "digitado" contra el mismo Rodrigo Rato que hoy le disputa a Esperanza Aguirre el título de "más que nadie" en lo de desear que Montoro acabe con sus huesos en la cárcel. 

En 2006, cuando Montoro constituyó Equipo Económico, era evidente que ni él ni nadie podían imaginar la crisis económica de las hipotecas subprime que se desencadenó un año después en USA y que originó la crisis mundial de 2008.

En cambio, a pesar de la desastrosa legislatura que desde la oposición protagonizaba Rajoy (como olvidar la idiotez del boicot al Grupo PRISA en 2007, por ejemplo), el PP gobernaba en suficientes CC.AA. y grandes ciudades como para que un montaje destinado a rentabilizar contactos en instituciones públicas tuviera éxito, y más si su jefe era alguien que conocía muchos datos de corruptores, de corruptos y de corrompibles porque había sido ministro de Hacienda.

Por eso, el Equipo Económico de Montoro no solo siguió, especialmente tras el regreso de su titular al ministerio a partir de diciembre de 2011 con Rajoy, sino que, a diferencia de los muchos negocios que se arruinaron, logró multiplicar el suyo durante la crisis económica mundial porque seguían vivos sus principales clientes, unas empresas "sistémicas" a las que les vendía informes a miles de euros por palabra, puntos y comas incluidos, y porque tampoco desapareció su "proveedor" principal de leyes a medida, un Congreso controlado por un PP con 186 escaños.

Esa cifra de 186 me lleva al "antídoto" del título para gritar por una reforma urgente de la Ley Electoral destinada a que el veneno de la corrupción con la implicación de los legislativos no tenga tan fácil lo de proliferar.

¡¡Para conseguir más del 50% de los escaños en cualquier parlamento será imprescindible que una candidatura o grupo de candidaturas haya conseguido más del 50% de los votos en las urnas¡¡

Pido disculpas por gritar en negrita pero es evidente que resulta mucho más fácil "convencer" de cualquier reforma de "dudosa necesidad" a los diputados de un mismo partido político que a los de varios, como también lo es que el 53,1% a que equivalían los 186 escaños del PP en el Congreso significaban 8,5 puntos más que el 44,6% de los votos que el propio PP había cosechado  en aquellas elecciones o, dicho de otra forma, casi un 20% más del poder para legislar que el concedido por una voluntad popular que cuando se la convoca es, precisamente, para actualizar el reparto del citado poder para legislar.

¿Qué le parece a usted si, como medida contra la corrupción, se reforma una LOREG que corrompe la voluntad popular tergiversándola?

Regreso a lo del contexto y recuerdo que lo que me ha llevado ante el teclado son las imágenes que ahora se repiten por TV con Montoro ministro entre 2012 y 2015. Muchas veces se burlaba con total descaro de quienes lo criticaban.

Son imágenes que, aunque borrosas en la memoria, recuerdo haberlas visto entonces pero no provocaban en mí, y supongo que tampoco en millones de personas, el rechazo que me provocan ahora.

¿Qué nos estaba pasando?

Escribo dos preguntas en Internet para averiguarlo y la IA, que está en fase de promoción para engancharnos, me ofrece dos respuestas correctas.

"El desempleo alcanzó su máximo histórico en el primer trimestre de 2013, con una tasa del 26,94%."

"El año con el mayor número de desahucios en España fue 2012, con 75.375 ejecuciones hipotecarias".

Como Montoro era ministro de Hacienda decido preguntar por si era o no autoritario y la misma IA me responde que "...la etiqueta de "autoritario" se le ha aplicado por su estilo de gestión y algunas políticas económicas implementadas durante su mandato, especialmente durante la crisis económica". 

Entonces decido comparar la evolución, a lo largo de seis cuatrienios, de la manía que tenemos de seguir viviendo. En este caso consulto los números en las estadísticas habituales y calculo yo mismo, cosa fácil, los porcentajes que, tanto para las muertes totales como para los suicidios, corresponden en el cuadro que sigue a la variación de cada periodo respecto del anterior.

Periodo

Muertes

Variación

Suicidios

Variación

De 2000 a 2003

1.473.968

2,89%

13.431

1,97%

De 2004 a 2007

1.516.128

2,86%

13.415

-0,12%

De 2008 a 2011

1.541.215

1,65%

13.224

-1,42%

De 2012 a 2015

1.611.767

4,58%

14.921

12,83%

De 2016 a 2019

1.681.558

4,33%

14.458

-3,10%

De 2020 a 2023

1.845.061

9,72%

16.268

12,52%

 

Aunque de 2020 a 2023 no tocaba hablar hoy, parece evidente que el similar incremento de suicidios respecto de la segunda legislatura de Montoro está directamente relacionado con el COVID, pues durante este último cuatrienio el desglose de las variaciones anuales fue el siguiente:

Años comparados

Variación

2020 respecto de 2019

7,4%

2021 respecto de 2020

1,6%

2022 respecto de 2021 (1)

2,3%

2023 respecto de 2022 (1)

3,2%

 

Definitivamente, en el caso Montoro (2) no son atenuantes sino agravantes, pues no hay periodos históricos más fáciles para gobernar que aquellos en los que las crisis desquician a los gobernados, especialmente si los gobernantes son crueles y autoritarios. Tanto es así que incluso periodistas como Carlos Alsina, y no es el único, solo se han atrevido a informar de las amenazas proferidas por el propio ex ministro ahora, una vez que ha caído en desgracia.

Tampoco hay periodos más fáciles para robarle el dinero a los contribuyentes y a través del Estado que aquellos en los que las crisis desquician..., sí, se lo ahorro, porque iba a escribir lo mismo que usted acaba de leer en el párrafo anterior.

Da lo mismo que sean crisis económicas o sanitarias como las que pueden provocar escasez de mascarillas, y así tampoco tengo que nombrar a más presuntos como, por ejemplo, los familiares de una tal Ayuso: lo importante para los delincuentes políticos o con buenos contactos en la política es que la gente esté obsesionada con el problema de sobrevivir.

Y si aumenta el porcentaje de personas que deciden suicidarse, mejor para los ladrones con mando en plaza, pues el desasosiego general cundirá y ellos robarán más.

Y siempre les tocará la lotería de un juez que, con pandemia o sin ella, sentenciará que aprovechar las ocasiones es la primera regla de este juego.

Por eso, y perdone que insista, contra la corrupción más vale prevenir con leyes de cumplimiento tan inevitable como el de un recuento electoral, que con marañas de normas que siempre contienen trampas.

(1) Por si los ligeros incrementos de suicidios observados en 2022 y 2023 le hacen pensar a alguien que se trata de personas que se quitaron la vida porque no podían soportar más a un tal Sánchez, tengo que decirle a ese alguien que disfruto decepcionándole y no solo por los supervivientes, pues en 2024 los suicidios cayeron un 2,6% aunque sigue vigente una eutanasia que sin duda anima a morir en paz para dejar de sufrir. Hay ocasiones en las que pienso que Pedro Sánchez, incluso cuando tira piedras a su propio tejado, es incapaz de marchitar la flor con la que nació puesta en el ano.

(2) Más pronto que tarde, y sobre todo si el juicio contra Montoro sigue adelante, aparecerán quienes digan que él sacó a España de la crisis, tal como le dijo a la diputada canaria Ana Oramas para convencerla de que votara a favor de que se hundiera cuando gobernaba Zapatero. La respuesta es demasiado fácil: ¿acaso siguen sumidos en aquella miseria los países que no tuvieron un "Montoro" en su ministerio de Hacienda?

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